Eduardo Pastrana frente a cámaras se muestra ‘coquetón’, pero cuando se apagan las luces y reflectores se convierte en el ‘Papi Noel’ para dar clases de baile (gratuitas) a un grupo de niños y adultos con habilidades especiales del “Cebeinpe - Programa para adultos ‘Sara Soriano’”.
La gente conoce el lado coqueto del ‘Papi’, pero no tu lado solidario...
Así es. Creo que tengo un poco de culpa, porque siempre me he vendido así, pero solo es parte de mi personaje. Fuera de todo, soy un ser humano que llegó al Perú sin tener nada.
¿Cómo nace la idea de enseñar clases de baile a los niños y adultos?
Llevo casi dos años apoyando a niños y adultos, que en su mayoría tienen síndrome de down y son autistas. Un amigo cubano me habló, me preguntó si podía enseñarles a bailar y yo encantado. Le tengo mucho cariño a los niños, porque son hermosos y no saben decir mentiras. Me abrazan, besan y tenemos una linda amistad.
Llevas dos años apoyando a los niños y sin necesidad de llamar a las cámaras...
Sí. Lo hago, porque me nace del corazón hacerlo, pero no porque quiera figurar con esto. Me reconforta verlos sonreír, porque vivo solo en Perú y me identifico un poco con ellos.
¿Alguna anécdota especial?
Uno de los niños a quien le daba clases se puso mal en mayo de este año. Estaba muy enfermito, tenía cáncer, a punto de fallecer y sus padres me pidieron que vaya a verlo. Fui a la clínica y realmente fue increíble la reacción que tuvo el niño, porque empezó a mejorar y a querer comer. Él estaba triste y deprimido por la enfermedad, pero fue evolucionando, superó el cáncer, sus padres están muy agradecidos conmigo y me dicen que mi visita cambió todo. Ahora el niño está superbién y somos muy buenos amigos.
¿Qué significa la Navidad para ti?
En Cuba no hay mucha tradición como en Lima. En mi país se hace una cosa muy sencilla, pero soy el que lleva el espíritu navideño a mi casa. Muchas navidades las pasé solo y triste, pero ahora viajo a mi país. Llevo adornos y peluches para que se emocionen. Trabajo todo el año con la finalidad de estar a fin de año con mi familia.
¿Recuerdas una Navidad especial?
Tuve una niñez dura, por eso trato de ayudar siempre a las personas, es mi misión. En mi casa se comía lo que se podía, pero siempre estaré agradecido con mis padres, porque hacían de todo para que tenga un par de zapatos y no me falte un plato de comida.