Desde hace varios días había mantenido comunicación con Miki González con la finalidad de coordinar los tiempos y el lugar de la entrevista. Así como también encontrar el espacio adecuado dentro de su ajetreada agenda que incluye la preparación del show especial por la celebración de sus 50 años de trayectoria el próximo sábado 19 de agosto en el Anfiteatro del Parque de la Exposición en el Centro de Lima.
Después de todo Miki, quien en abril cumplió 71 años de edad, aceptó recibir a Trome tras su complicada operación por un cáncer de colón. El autor de ‘Akundún’ decidió hablar extensamente sobre su vida en medio cafés, caminatas e incluso aceptó cortarse el cabello como hace más de 30 años cuando lo realizó para grabar uno de los temas clásicos de su carrera musical, ‘Vamos a Tocache’. Su larga cabellera ensortijada ya no lo acompaña, pero queda la esencia de un león que aún tiene mucho que rugir.
Son las cuatro de la tarde y de pronto suena el celular mientras me encuentro en la sala de redacción en pleno cierre de edición en el diario Trome.
- ¿Aló?, digo
-Hola, Javier. Qué tal. Te habla Miki González.
- Hola, Miki.
-Javier, acepto que me entrevistes. Te espero en Barranco. La dirección exacta te envío por WhatsApp.
-Queda Miki. Nos vemos entonces.
‘Miki’ nos cita en una pastelería donde ‘devora’ los croissants con almendras y que frecuenta asiduamente en la cuadra 2 del jirón Domeyer, cerca al parque central de Barranco.
Nos ubicamos en una mesa en el interior del local y Miki pide un café americano cortado a pesar que le han prohibido tomar por su salud. Da un sorbo al café, levanta la mirada, sus ojos celestes se engrandecen, observa fijamente a la cámara y arranca la charla.
¿Cómo te encuentras Miki?
Cada vez que me han preguntado eso, la respuesta es, este es el mejor momento de mi vida y que no hay otro. El universo es perfecto. No hay mucho que discutir. Es lo que hay jajaja.
¿Hay taras en ti que te cuesta desterrarlas?
Sí, claro. Tendría que estar en terapia constante pero mi terapia es la guitarra. Sin embargo, ahora en realidad es el mouse porque el trabajo de música electrónica es todo el tiempo editar música.
¿Me he enterado que ahora salvas insectos?
Así es y hay que respetar todo tipo de vida.
Cuéntanos tu experiencia con los insectos
Confieso que una vez llamé a un exterminador de cucarachas para que las elimine, pero fue tanta la cantidad que murieron que me dio mucha pena.
¿Te sentiste culpable?
Sí. El tema es que el veneno ataca al sistema nervioso central. La agonía es muy larga y puede durar más de 24 horas. Entonces, ese sufrimiento es totalmente innecesario. La gente no piensa así. La gente piensa que los insectos no tienen sentimientos, pero sí los tienen.
¿Qué recuerdo del poeta César Calvo?
César fue fundamental en mi vida.
¿Por qué?
César era un intelectual de izquierda que se reunía en la casa de mis padres en la década de los 70. Allí lo conocí y fue así que me ayudó a conocer al guitarrista Félix Casaverde, quien me introdujo al mundo de la cultura afroperuana auténtica.
Entonces ¿Debes estar muy agradecido de haber conocido al poeta César Calvo?
Con César conocí a Chabuca Granda, Amador Ballumbrosio, Máximo Damián, Ronaldo Campos, entre otros ‘héroes’. De lo que soy ahora hay un porcentaje importante que le debo a César Calvo.
¿Si en tu vida no hubiera aparecido César?
También me digo lo mismo. Si no me hubiera llevado a El Carmen (Chincha) ¿Dónde estaría? Ese fenómeno que pasó en El Carmen es como mágico. Allí no iba nadie.
¿En qué año iniciaste la visitaste a El Carmen?
Entre 1978 y 1979. Tenía 26 años de edad. Incluso con el experimentado fotógrafo el ‘Chino’ Domínguez fuimos a realizar una sesión de fotos.
Te fuiste a estudiar al extranjero
Me fui a Boston (EE.UU). Estudié 15 meses en la escuela de jazz, estudié arreglos y composición escrita. Mis padres me mandaban 300 dólares.
¿Cuéntame cómo la cantante Tania Libertad influyó en tu carrera?
En 1983, Tania me invitó ser parte de su agrupación y a grabar un disco. Así como también a participar con ella en un festival en Quito (Ecuador). Me dio la oportunidad y es así que luego me intereso en realizar temas con letras políticas o de contenido social.
Entonces, ¿Tania Libertad tuvo mucho que ver con las letras de las canciones de tu primer disco ‘Puedes ser tú’?
Gracias a Tania Libertad me decido a realizar letras con contenido político. En ese entonces, el enemigo común era el imperialismo yanqui a pesar que no había leído el libro ‘El Capital’ de Karl Marx jajaja.
¿Te interesó el mundo político?
Claro que sí. Me hice amigo del sociólogo, escritor y político peruano Javier Diez Canseco porque estábamos en el mismo colegio. También tenía mucha cercanía con ex senador de la República, Jorge del Prado. Incluso me propuso postular como diputado, pero me disculpé porque no tenía origen peruano. Yo nací en Madrid (España). Todo eso fue en el 1989.
Cuéntanos una anécdota de esa época
Me acuerdo que toqué en la histórica Plaza 2 de Mayo por el aniversario del Partido Unificado Mariateguista (PUM) y Javier Diez Canseco era el secretario del partido. En las calles estaban los tanques y era el gobierno de Alan García. Ningún medio de comunicación cubrió el evento. Estaban prohibidos. No conocía nada de ese mundo y resultó muy importante para mí. Hice un montón de eventos con el movimiento Izquierdo Unida.
¿Qué significa para ti, Pedro Suarez Vértiz?
Es como un hermano. En pocas palabras tiene un talento natural. En su familia son todos así. Cuando yo empecé a tocar un tío de Pedro tocaba conmigo. Lo que rescato de él es esa naturalidad.
Una anécdota
Cuando apareció el grupo Arena Hash era la banda más creíble. Se la creían y tenían esa popularidad. Nosotros ya habíamos ido a Tocache en 1986 y quisieron llevar a Arena Hash, pero el manager dijo que no, que teníamos que poner seguridad porque qué pasa si es que secuestran a Pedro jajaja. Esa zona del país era controlada por Sendero Luminoso y no podíamos ir con guardaespaldas. Se tenía que ir por la buenas. Si te invitaban no te iba a pasar nada.
¿Viajabas muy seguido a Tocache?
Viajábamos una vez por año por la crisis económica. No había chamba y se tenía que ir.
Durante tus viajes a Tocache ¿no tuviste algún acercamiento con el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, conocido como ‘Vaticano’?
Me acuerdo que me llamaron en 1992 para realizar una presentación en Campanilla (San Martín). Nos dijeron que primero íbamos a ir en avión y luego en chata (embarcación). No sabía quien era ‘Vaticano’. No pregunté quién era el cliente. Solo iba si las condiciones estaban bien. Sin embargo, no estuvimos de acuerdo con el pago y declinamos en ir. Luego me enteré que el cliente que me estaba contratando era de los organizaban las famosas fiestas de ‘Vaticano’.
¿Te salvaste?
A buena hora porque luego de que arrestaron a ‘Vaticano’ pasaron por el juzgado reinas de belleza, comediantes entre otros. Mi imagen pública impecable lo iba a manchar jajaja. Ya no volví a Tocache hasta el 2012.
¿Miki, ahora tus días estás guiados por el calendario lunar?
Claro que sí. Soy estudiante de una escuela de Budismo y descubrí que hay un calendario de cada día de la semana donde hay una energía para empezar cosas o digamos para construir una casa o iniciar una transacción económica. Entonces, hay ciertos días para el corte de pelo. Es así que voy a cortarme el pelo en un día, de acuerdo al calendario, donde voy a ganar plata y tener larga vida. Yo le tengo mucha fe.
¿Miki, que lecturas te han servido para acercarte a lo que producías?
La mayor influencia que he tenido en los años 90 es haber leído a los cronistas de la conquista como a Pedro Cieza de León y Juan Diez de Betanzos. También leí los ‘Mitos de Huarochirí’.
¿Cómo llegas a conocer al cantautor cubano Pablo Milanés?
Me lo presentó César Calvo. Me llamó una mañana en 1985 y me dijo que estaban en la peña La Capilla, en el jirón Lampa en el Centro de Lima. Es así que me acerco junto a Filomeno Ballumbrosio. Allí César me presenta a Pablo y ocurrió una sesión de fotos épica del ‘Chino’ Domínguez. Pablo era increíble, era un tipazo.
¿Qué anécdotas con ‘Chabuca’ Granda?
Recuerdo que fue en una reunión donde estuvo gente reconocida de la cultura en ese entonces cuando ‘Chabuca’ me pide que cante algo. No podía decir que no porque me daba mucha vergüenza. Toqué un tema instrumental. Incluso también estuve en una serenata por su cumpleaños y allí conocí la sala de su casa.
¿Qué más recuerdas?
También recuerdo que en ese grupo cercano a ‘Chabuca’ estuvo un músico que está vivo y radica en la actualidad en New Jersey (EE. UU). Lamentablemente no tiene el reconocimiento nacional que debería tener. Se llama Rufino Ortiz y lo conocí en 1999. De esa generación es el último que está vivo que yo me acuerde. Incluso hay una foto histórica de ‘Chabuca’ ensayando junto a Rufino Ortiz y Félix Casaverde en la sala de su casa. Esa foto lo hizo el ‘Chino’ Domínguez.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Fue en Barranco. En un restaurante llamado ‘El otro sitio’. Tocaba guitarra con Melissa Griffiths. Tocaba Bossa Nova y temas de ‘Chabuca’. Me acuerdo de que una vez llegó Julio Iglesias. Era el año 1977.
¿Miki eres vegetariano?
No, yo como ‘caine’ jajaja. Ah te cuento una anécdota brutal.
Ya, dale
El gran Caitro Soto me contó que había un negro que estaba cocinando gato y a un lado unos gatitos chiquitos decían miau, miau, miau. Entonces, el negro les dijo “tú mismo eres ‘caine’ y estás pidiendo ‘caine’”, jajaja.
¿Has comido gato?
Sí. Comí en El Guayabo. Había un gatero capo que se llamaba el ‘negro lija’. Preparó un seco de gato y su carne era muy parecido al conejo.
¿Te dijeron que era gato antes de comer?
Claro. Sabía que estaba comiendo gato. Quería comer gato. Incluso una vez salvé a un gato antes de que se lo comieran jajaja.
A ver, cuenta
Te cuento, una vez un negro a quien le decían ‘Alibabá’ llevaba un balde con varios gatos en maceración y también llevaba un gato vivo. “Oe y ese gato que llevas”, le dije. Me respondió que lo iba a ‘preparar’ (cocinar). Entonces le propuse para comprarlo y que con ese dinero podía comprar su vino. Al final el negro ‘Alibabá’ aceptó y pude salvar a un gato jajaja.
Miki ¿Qué preparativos para tu show especial para celebrar sus 50 años de trayectoria el 19 de agosto?
Estamos preparando una gran presentación e invito a todos a acompañarnos en el Anfiteatro del Parque de la Exposición.
Muchas gracias por la entrevista, Miki
Gracias a Trome y espero que no sea la última entrevista.
Termina la charla, salimos de la pastelería y lo acompaño a cortarse el cabello en su ‘caserita’ Teresa en la avenida Grau en Barranco. Al término Miki compra en una tienda un paquete de avena orgánica y una botella con agua. Pasamos por una cevichería donde una fotografía suya da la bienvenida a los clientes. Luego caminamos hasta llegar a la avenida Pedro de Osma y antes de perderse por el jirón Dos de Mayo se despide con un apretón de manos. “Chaufa”, me dice antes de partir. Miki se va, cruza la pista, camina despacio y vuelve de nuevo a su rutina teniendo quizás la certeza de que se ha convertido en un icono musical del rock peruano.
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