Son tiempos violentos en el país y el arte lo sufre. Los grupos de cumbia sufren atentados, los de salsa son extorsionados y el miedo se instala entre los encargados de contarnos la vida mediante la música. Luego del cobarde ataque sufrido por el emblemático grupo ‘Agua Marina’, todos sus colegas se ponen de pie y los ‘Cantaritos de oro’ narran una historia de terror que sucedió en el momento menos imaginado. Los hermanos Alfonso, Francisco y Raúl Ayala Pingo, desde la propia experiencia, alzan sus voces, para denunciar y narrar momentos que no se los desean a nadie.
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Ustedes también han sido víctimas de la extorsión y amenazados estando en un programa en vivo
Estábamos siendo entrevistados en una radio de la capital y empezaron a llegar los mensajes pidiéndonos cupos de dinero.
¿O sea sabían dónde se encontraban?
Por supuesto, esta gente no respeta ni le importa nada. Están decididos a todo.
O sea que ustedes entienden plenamente a quienes sufren estos ataques
Nos indigna lo que está pasando, pero los músicos somos fuertes y ellos sabrán salir adelante.
Fue un ataque armado, pasaron de los mensajes a los hechos
Obvio que nos da miedo que pueda ocurrir lo mismo con nosotros o con otros hermanos artistas.
¿Qué pedirían a las autoridades?
Exigimos poner mano dura, porque las extorsiones no solo se dan en el campo del arte, sino en todos los rubros. Lo nuestro es hacer música con mucha pasión, divertir a nuestros seguidores. ¡Ya basta!
Grupo norteño se solidariza con colegas (Foto: Allengino Quintana)
¿Cómo va su tema judicial por el nombre del grupo?
Desde el lado humano me preocupa, porque la disputa es con un hermano y el proceso que está haciendo contra nuestra marca.
¿La marca es de todos?
Es cierto, pero si trabajas en beneficio del grupo de dueños y no de uno solo. Indecopi ha dado una resolución que no puede ser utilizada de manera individual.
La familia como va reaccionando
Todos están a favor de nosotros, menos la de mi hermano.
Esto los debe estar dividiendo
Hemos pasado momentos muy difíciles, pero ellos han estado distantes, no de ahora sino de hace tiempo.
¿Ustedes harían un segundo intento por conciliar?
El tema, en los legal, está bastante avanzado y saber que quiso apropiarse de nuestra marca es algo de no creer.
¿Qué explicación le encuentran a todo esto?
En pandemia al sobrino le dimos la posibilidad de manejar las redes sociales y cuando vieron que ingresaba dinero, ya no quisieron devolverla. Ahí está el punto de partida de todo.
¿Y ahora como manejan sus redes?
Hemos creados nuevas, pero nos las han bajado, incluso los facebook personales. Nos reportan y terminan siendo bloqueadas.
Bueno, gracias por contarnos su historia
A ustedes y repetimos: que se tomen medidas para evitar tanta violencia.
