Mi gente de ‘La fe de Cuto’, estrenamos una nueva edición luego de la picante segunda parte con Carlos Galván. Ahora nos ponemos criollos y recibimos a una reina de la música peruana, la gran Eva Ayllón, quien llega al programa para contarnos pasajes nunca antes revelados de su vida personal y artística. Harto agüadito.
Eva Ayllón celebrará sus 50 años de vida artística este 15 de julio con un tremendo espectáculo en el Estadio San Marcos que contará con la participación de invitados nacionales e internacionales. Va estar tremendo.
Finalmente, la reina de la música criolla nos cuenta cómo es su relación laboral con Natalia Málaga, quien ahroa es su manejar y está detrás de la coordinaciones de todas sus presentaciones. Arrancamos, mi gente. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿Se vienen tus 50 años, pero has dicho que tienes más de 50 años de trabajo artístico?
Este 15 de agosto yo cumplo 53 años de labor artística, pero he hecho los 50 porque la pandemia nos malogró todos los proyectos. Ya habíamos mapeado todo, los músicos, el escenario, los productores, los directores, pero ya vino la pandemia y tuvimos que olvidarnos de asunto. Pasó la pandemia, yo no tenía ganas de hacer nada, es bastante difícil, mi género, que es el género peruano, criollo, es el género que todos aman, pero se consume... un estadio es un poco difícil, quisiera superar la valla de Gian Marco, de los Hermanos Yaipén, ellos tuvieron 150 mil personas en tres fechas, yo no podría hacer algo así. Yo tengo invitados nacionales e internacionales, todo eso es un tremendo costo, pero si me dijeran más fechas, todo se duplica, se triplica y sería un gran problema. Por eso digo, un solo concierto, una sola noche, irrepetible.
¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿Qué historia hay detrás?
María Angélica Ayllón. El día de mi bautizo hubo un tremendo lío porque cuando el padre menciona mi nombre, mi mamá dice, cómo que María Angélica, ella no se llama así, se llama Eva. Mi abuelita empezó a darle sus resondradas con mano y todo, como hacemos en el Callao, hubo un pleito muy grande y resulta que quedé como Eva María Angélica Ayllón Urbina porque ya mucho problema cambiar el nombre, si ahora es difícil, antes era peor. María Angélica era el nombre de una enamorada que tenía mi padre en la cuadra 20 de José Gálvez en Lince, nosotros somos de la cuadra 19 de José Gálvez, pero mi padre tenía una enamorada en la cuadra 20. Así que me puso el nombre de su enamorada. Yo me enteré a los 14 años, lo que sí recuerdo de chiquita fue que me asusté con el problema que hubo en la iglesia.
¿De qué barrio eres?
De Lince, de la quinta San José en la 19 de José Gálvez, ahora se llama la quinta ‘El Señor de los Milagros’ y está enrejada, me da mucha pena ver eso. Me acuerdo mi abuela, su batea, la ropa que lavaba con su tabla y su escobilla, mis amigos, jugaba fútbol, jugaba bolitas, tenía una puntería increíble, las escondidas, la azotea, porque la quinta tiene tres pisos, nosotros vivíamos en el tercer piso sin baño. El primer y segundo piso tenía su caño y baño dentro, pero los del tercer piso teníamos que salir en la noche a los baños que estaban en los laterales de todo el recinto. Para lavar los platos también, en los caños que habían cerca de los baños y de las duchas. Yo iba a las seis de la mañana a bañarme para ir al colegio, las puertas eran como las cantinas mexicanas, se veía la cabeza y los pies, de vez en cuando conversábamos con las cucarachas.
¿En qué colegio estudiaste?
Yo estudié en dos colegio, en el Palant, que era uno particular. En mi casa no había ni para comer, pero mi abuelita tenía una hija que vivía en Los Ángeles y esta tía le mandaba su propinita a mi abuelita y por eso ella me matriculó en ese colegio, al frente del cine Independencia en Lince. Cuando terminé mi primaria pasé a Zoila Aurora Cáceres, que estaba en la cuadra 15 de la avenida Arequipa, pero la sucursal estaba en la cuadra 10 de la avenida Torres Paz, que ahora es el estacionamiento de canal 7, ahí fue mi secundaria. Como estudiante era buena, no tenía los recursos como para los libros, los cuadernos, usé tinta, pero no manchaba los cuadernos. Yo salía en todas las presentaciones, cantaba, bailaba, actuaba, marinera, festejo, el ritmo a gogó, yo era la artista del salón.
¿En qué momento empieza tu carrera artística?
Yo empiezo cuando una vez fui a recoger el diario, donde trabajaba mi padre, que era el sindicato de choferes en la avenida Iquitos, y tenía que atravesar el puente de Torres Paz hasta la avenida Iquitos. En ese trayecto sentí que me perseguían, que alguien caminaba conmigo, raro, volteo y era una morena hermosa alta. Le dije si me estaba siguiendo y me dice sí, que no me asuste, pero que tenía el cuerpo preciso: “Yo soy Elizabeth Palomino y tengo un grupo de baile que trabajamos en el canal 4″. Me dijo que tenía el cuerpo, la caminada y que le gustaría que entre a su grupo. A mí se me hicieron pajaritos en el aire, le dije donde vivía, ella vivía al lado de la comisaría de Lince. Le dije a mi abuelita y mi abuelita fue conmigo, conversaron y le dijeron que iban a tratar que los ensayos no interfieran con el colegio. Así me convertí en una de las ‘Muñequitas de ébano’, que éramos seis negras que bailábamos para las coreografías de los cantantes. Yo tenía 13 años y en uno de esos ensayos que teníamos en el canal, yo estaba de espaldas a la puerta y Pedrín Chispas me escucha cantar y todas las chicas me pasaban la voz porque él era muy estricto, no le gustaban los tiempos de descanso. Cuando me di cuenta, me pegué el susto de mi vida, le pedí disculpas, me dijo que no me preocupe y que el día lunes me necesitaba en la oficina. Fui a la oficina acompañada de mi abuelita, que me resondró todo el camino, cuando estuve frente a Pedrín, llorando como una magdalena, le pedí perdón, me paró y me dijo “tú lamentablemente ya no vas a ser bailarina, pero vas a empezar a hacer este repertorio, te lo aprendes’. Así comencé a cantar, a Los Iracundos, Los Ángeles Negros, Feliciano. Eso fue el lunes, el viernes ya estaba ensayando y el sábado salió el primer programa conmigo y las Muñequitas de ébano me hacían la coreografía.
¿Siempre has tenido buen cuerpo?
He tenido, ahora a estas alturas de la vida lo que me queda es la experiencia, porque después de haber tenido un hermoso cuerpo, no lo voy a tener de nuevo.
Cuando me di cuenta que lo de ser cantante era una profesión, yo también he pasado por la bohemia, tenía que aprender repertorio y esa era la única forma de hacerlo, aprovechando la memoria de ese tiempo, 17 o 18 años, porque yo no tenía una grabadora, ahora todos tienen teléfono, cámara, grabadora, en esa época, olvídate, solo era tu cabeza y un lápiz y un cuadernito, que escribía lo que me faltaba, entonces ha sido muy difícil esa parte. Me di cuenta que yo necesitaba fuerza, necesitaba entrenarme, necesitaba tener mi cuerpo sano y empecé a entrenar, tuve la suerte de encontrar a alguien que me iba guiando y que me ponía gente para hacerlo, esa es otra historia pero comprendí y dejé un poco la bohemia, yo fumaba. Javier Munaico, mi primer productor musical, decía que tenía la voz muy finita y me pidió fumar y yo fumaba para engrosar la voz, cuando estaba ronca o afónica era cuando mejor interpretaba. Ya los embarazos, que fueron dos, me fueron engrosando la voz pero yo fumaba, pero a raiz de ese momento, cero alcohol y cero cigarros, dormir temprano, hacer dieta, comer sano y hacer ejercicios y llegué a hacer 1500 abdominales diarios. La persona con la que yo trabajaba, que era deportista, me prohibia que hiciera los abdominales en un escenario, me decía que me iba cansar, no le hacía caso y salía a cantar con una fuerza increíble. Ahora he dejado el ejercicio, empecé de nuevo por salud, porque necesito movilizar el cuerpo y estoy unos pocos minutos.
¿Luego te vas a Chile?
Me voy a Chile con un grupo de baile y un cuarteto de cantantes, yo era la única solista, en ese mi primer viaje, pierdo a mi abuela. Viajamos con un pasaporte verde y eran los años 77, 78 y al morir mi abuelita, como estábamos con el pasaporte y era colectivo, yo no podía salir de la delegación, no llegué, no vi a mi abuelita en su ataúd, no me despedí de ella, pero yo sé que ella me acompaña siempre. Volví después de unas semanas, era una gira extensa y recuperé a mi hermana que estaba en el Callao con mi mamá, a mi hermano que estaba en el Rímac con mi papá, recuperé a mis hijos, como les digo yo, yo ya vivía en un edificio en Santa Beatriz, los metí en mi departamentito, que fue el primero que tuve, y ahí viví con mis ‘hijos hermanos’, con Memo y Rosa.
¿Tu mejor etapa fue con ‘Los Kipus’?
Cuando empiezo a cantar criollo, porque las ‘Muñequitas de ébano’ llegó a su final y Pedrín dijo: “a ver, de ustedes, quién canta criollo, y yo dije que yo”. Entonces empezamos a hacer los programas criollos y estaba Pepe Torres con su segunda guitarra, por eso es que yo le digo padrino. Él me lleva, después de los canales y con permiso de mi abuela, al ‘Rinconcito monsefuano’ en Barrios Altos y salías y dabas la vuelta estaba’ Los Mundialistas’, entonces él consigue que yo trabaje en el ‘monsefuano’ en las tardes y en el ‘Mundialistas’ en la noche, ahí empiezo a cantar para el público y de ahí pasé de peña en peña. Yo continuaba con la tía Peta en el monsefuano y hasta allí llegó Genaro Ganoza de Los Kipus. No lo ubicaba, pero me miraba, comía, me aplaudía y se iba. Cuando me habla, me dijo, tienes todo el tipo, cantas bonito, quisiéramos hacerte una prueba. Habló con mi abuelita, nos fuimos hasta el Rímac para que me haga la prueba y quedé. Dejé todo para dedicarme a Los Kipus, pude viajar por todo el Perú, hasta en burro hemos atravesado ríos. Los escenarios eran los tráiler que les ponían papeles y las luces y ahí subíamos a cantar, en los hoteles a veces no había camas y teníamos que turnarnos para dormir. Los Kipus no me descubrieron, a mí me descubre Pedrín Chispas, Pepe Torres me lleva a una de las peñas y de esas salieron 10 y ya cantando profesionalmente voy a trabajar con Los Kipus, estuve como 4 años con ellos, pero no seguidos, yo como solista ganaba más, yo quería seguir la línea de Carmencita Montoro.
¿En el 79 empiezas como solista?
Claro, ya me aparto de ellos definitivamente y sigo como solista. También conozco a Mario Cavagnaro, pisando los 80, él me lleva a Sonoradio, que quedaba donde está el Kimbara, y ahí conozco al maestro Enrique Lynch, director musical y pianista argentino. Ellos también me hicieron una prueba, me hacen grabar un 45 firmando un contrato de 3 años, pero cuando yo dije para seguir grabando temas, me decían que no. Yo quería hacer algo, nunca me voy a olvidar que hablé con un maestro, no voy a decir el nombre, y le dije: me gustaría tanto grabar con usted, sería para mí todo un honor, me preguntó cómo me llamaba y me dijo, ‘bueno, tendría que pasar un tiempo porque yo no grabo con principiantes’. Luego fuimos grandes amigos, amores del alma, un beso al cielo, maestro. Después de empezar a grabar en el año 80, que grabé el primer LP ‘Esta noche, Eva Ayllón’, fue mi catapulta, mi primera producción y de ahí vinieron muchas más, tengo cerca de 30 producciones, maravillosas, cada una con su historia y ahora estoy remasterizando todo, quiero dejarle al Perú, a mis hijos, mi legado. Mi voz que es lo único que tengo y que Dios me ha dado para dejarle a mi país. Como tengo la facilidad de que en casa, mi hijo Francisco es ingeniero de sonido y me está grabando, yo en un día te puedo grabar las dos producciones. Le he bajado una tonalidad, ahora tengo voz de camión y está más rico con la producción, va estar bien bonita, entren al Spotify.
¿Cuál es la historia de la canción ‘Idolatría’?
Las cinco grandes existían en el momento en que yo empiezo, Eloísa Angulo era una de mis mejores amigas, pero cuando yo grabo ‘Idolatría’, me quitó el habla porque ‘Idolatría’ es Eloísa Angulo y Eloisa Angulo es ‘La Idolatría’, era el tema de ella. En la disquera me hicieron el repertorio, me dijeron lo que yo iba a cantar y ahí estaba ‘Idolatría’, y yo le decía, pero ese tema es de Eloísa Angulo y ellos me decían que el tema era del Perú. Yo no quería hacerlo pero lo grabé, pero lo grabé como lo cantaba ella, y cuando lo escucha, no me habló tres años. Hasta que un día, ella salía de la casa de Edith y yo entraba, me mira y yo me la quedo mirando, yo siempre la saludé y ella me volteaba la cara, pero esa vez me agarró de los hombros y me dijo: “Mira Eva, ya no me quiero pelear contigo, porque en realidad la pelea es conmigo misma, de ahora en adelante, puedes cantar ‘Idolatría’, las veces que te de la gana, porque lo que nosotras hacemos no nos pertenece, le pertenece al Perú, al mundo, tienes mi venia, mi aprobación”, nos dimos un abrazo y no nos separamos nunca más hasta que partió.
¿Qué anécdota de tu presentación en el teatro Segura?
Primero que no me la creía. Yo trabaja en una cevichería, el dueño era mi pata, y la cevichería se llenaba, cantaba Lucía de la Cruz, Manuel Donayre, Elizabeth Carrillo, era un show bonito, pero en especial pasaba algo conmigo y él dijo ‘yo te tengo que llegar contigo a un lugar más grande’, le pregunté si iba poner otra cevichería, él fue el que alquiló el teatro Segura, fue el que hizo el primer show en el teatro Segura y cuando me llevó a ensayar, yo ahí recién conocí lo que era prensa, producción, me llevaron a un lugar para hacerme los trajes, me comenzaron a pasear por distintos programas, para poder hacer la publicidad, fuimos a ensayar y me di con el teatro, no lo podía creer, creía que no lo iba llenar. Ensayamos, yo lloraba en las noches, estaba desesperada, no sabía lo que iba pasar, llegó la noche, yo salgo y todo estaba abarrotado de gente, fue mi primer milagro. Mi vida cambió a partir de ese momento y desde ahí, seguí en los lugares pequeños, pero cada vez menos.
¿En los 80 tienes una presentación en Estados Unidos?
Fue una experiencia muy linda. La primera vez que viajo a Estados Unidos fue con Polo Campos, nos lleva él, nos lleva a Fetiche, a Jesús Vásquez, a Rómulo Varillas e hicimos una gira y en Los Ángeles nos enteramos que íbamos a cantar para abrirle el show a Manzanero. Fue muy lindo, al regreso alguien me llama y me dice que necesita hacer un show por fiestas patrias en New Yersey, Walter Arce me lleva y hace un show estupendo, en un lugar bonito, grande, pero le faltó espacio para la gente que llegó, fue todo un éxito, siempre recuerdo, fui vestida de amarillo. Trabajé con él creo que tres veces más.
¿Hasta el 89 y 90, ahí queda una etapa de su disco?
Del 80 al 80 he grabado unas 10 producciones, hacía una por año, y la respuesta de la gente siempre fue muy linda, yo soy una persona muy agradecida, en todo momento estoy conectada con Dios y le agradezco por todo, no me canso ni me cansaré de dar las gracias a Dios y al público por la oportunidad de tenerme viva, vigente.
De ahí viene la etapa de los CDs
De los CDs tengo muchas más producciones, yo soy un dinosaurio andando, soy del siglo pasado.
En el 92, se da el concierto de gala en el teatro ¿Cómo fue?
Yo hice creo que 4 conciertos, hasta el 82 y de ahí me desaparecí. Nacieron mis hijos, en el 90 nace Francisco y en el 91 es que vuelvo al escenario y vuelvo desde el teatro Municipal, fue apoteósico, no lo podía creer. Después conocí a ‘Los hijos del sol’, trabajo una buena temporada para ellos, juntan a las estrellas peruanas alrededor del mundo, junta a la mejor guitarra, músicos que son famosos peruanos pero él los junta, junta a dos voces, la mía y la de esta señora Roxana Valdiviezo y al final me quedé solo yo con ‘Los hijos del sol’. Luego comenzamos a girar, giramos por Estados Unidos, todo fue muy bonito, hasta que se acabó la magia porque trabajar con mucho divo es un problema. Es complicado tener muchas figuras, por el ego.
¿Cómo fue tu primera gira por Europa?
Descubrí que Europa era muy hermosa pero bien vieja. Siempre nos fue bien, nunca mis chicos me han querido hacer quedar mal y quedarse, seguimos los mismos que hace muchos años, algunos se quedaron porque estar en un grupo también es un matrimonio, una atadura. Tengo los mejores músicos del mundo y los mejores compañeros. Yo siempre me preocupo por ellos, pero no puedes decir todo lo que haces, pero estoy muy contenta con la gente con la que trabajo, aparte mis músicos son un matriarcado, casi todas son mujeres, nos entendemos y yo pongo las manos al fuego por ellas, porque saben que a mí ya me fallaron, ya me robaron, me dejaron en la nada y ellos saben lo que lloré, lo que sufrí y cuánto me conocen, yo me dejo cuidar, estoy muy contenta con la gente con la que trabajo.
En 2001 celebras los 30 años
Eso fue en el Estadio San Marcos, 22 años después regreso. Eso fue un récord, porque llevé 29 mil personas, casi 30, solamente cantando criollo, y llené también el coliseo Dibós, ahí metí a 7 mil personas. Cuando salí, lloré de la emoción. Entonces yo ahora creo que se va llenar y vamos hacer el récord mundial que es solo música criolla.
¿Cómo te fue en los Grammy Latino?
Yo me siento muy orgullosa de ese premio porque no competí con nadie, el premio que me dieron a la excelencia es por cumplir los 50 años de carrera, entonces yo he ganado ese premio por mi carrera, por mi trayectoria, por lo que yo he hecho
¿Qué se siente tener una representante como Natalia Málaga?
El hecho de tener a Natalia me evita renegar, yo entro y ella ya sabe qué es lo que tiene que haber, ella como manager y como couch, sabe qué es lo que necesito, ya yo me siento tranquila, a veces me pongo un poco nerviosa porque la gente con la que tiene que conversar es un poquito intransigente, eso de las marcas es un problemón. La señora dice que no, y me voy con ella, igual en los contratos para los shows, ella entra, dice qué le falta al escenario, al camerino y si algo falta, nos vamos. Y tengo a otra que dice, la señora no se mueve del hotel hasta que usted no cancele. Estos últimos años Natalia fue la que impuso que si tengo show en la sierra, tengo que viajar un día antes, que es lo que me sirve para conversar el aire y trabajar en la sierra, con mi pastillita más.
¿Quiénes estarán en tu concierto por tus 50 años?
Va estar mi engreída Daniela Darcourt, mi hijo de ojos verdes, Gian Marco, a la ministra de la música tropical, Maricarmen Marín, luego a mi loco Mauricio Mesones, a mi madrina, Amanda Portales y de ahí tengo más artistas.
TE PUEDE INTERESAR
- Taylor Swift en Argentina 2023: cómo comprar entradas vía All Access para sus conciertos
- Premios Heat 2023: JP El Chamaco, Cielo Torres, Álvaro Rod y César BK la rompieron con la salsa
- Hombres G: Habilitan más entradas para el concierto que ofrecerán en el Estadio Nacional ¿Cómo adquirirlas?