Dina Páucar cumple 33 años de carrera, recuerda que ha trabajado de mil oficios y pidió dinero prestado para grabar su primer casete.
“Ninguna disquera quería grabar conmigo. Tuve que trabajar de mil formas para juntar ese dinero para la grabación. En el año 90 llegué a grabar mi propio casete para producciones musicales ‘Dina Páucar’”, señaló.
¿Su infancia dónde transcurre?
Yo soy de Huánuco, llegué a Lima a los 11 años.
Fue difícil el cambio…
Fue un cambio radical porque en la sierra o en la selva hay una tranquilidad absoluta. A mi mamá le decía: “qué grandes son esos cerros y tienen ventanas”, mi hermana respondía “esos no son cerros, son edificios”, ja, ja, ja.
Me imagino que tuvo que trabajar muy duro para hacer realidad sus sueños.
Trabajé de empleada doméstica, ambulante, he hecho de todo. Lo único que no pude hacer fue vender pollo porque tenía que matarlos y no podía...
A pesar de las dificultades, nunca abandonó su sueño de ser cantante...
No, mientras trabajaba en lo que sea estaba ahí tarareando, cantando.
Me cuenta que juntó su dinero para grabar su disco.
Sí, sol por sol y no me alcanzaba, tuve que pedirle prestado a mi hermana. Me acuerdo que en ese tiempo mi producción me costó algo de cinco mil soles y para mí era una fortuna. Fue un fracaso, pero no tuve mucha promoción. La verdad es que terminé regalándolos…
¿Fueron tiempos difíciles?
En ese tiempo nace la idea de tener un programa propio, y me dieron en radio Agricultura de 3 a 3:30 de la tarde, que prácticamente era un horario muerto. Ahí ponía mis canciones y poco a poco salieron los contratitos...
Siempre se dice que el mundo del folclore es muy cerrado. ¿Fue difícil para una joven Dina Páucar ingresar a ese medio?
Sí, definitivamente. Antes colaboramos en los eventos, que no era pagado, era amor al arte. Nos invitaban a los aniversarios o yo esperaba que algún artista no venga y decía ‘yo puedo cantar también’. Así que en algún momento llegó para mí también la oportunidad. Me pagaban con gaseosita o decían ‘cuando hagas tu fiesta, yo voy a ir para retribuir tu presencia’.
¿Es cierto que tenían que pasar como un examen para poder cantar música folclórica?
Pasábamos por un filtro de las canciones, tenías que cantar tus propios temas, y también de vestimenta, teníamos que ir chic, impecables. Como no había dinero, yo cosía mi propio vestuario, los tengo hasta ahora.
Cree que los artistas actuales deberían pasar por esos filtros.
Yo pienso que sí . Claro yo canto canciones de otro compositores pero previo permiso, previa autorización y arreglamos. Ahora no hay eso, ahora simplemente agarran una canción, ponen D.R. (Derechos reservados) o simplemente no ponen nada y los compositores no tienen cómo cobrar sus regalías. Pienso que las juventudes de ahora debe investigar un poco de quién es la canción y pedir la autorización al compositor.
¿En algún momento sintió que la fama se le subió a la cabeza?
No, para nada, muchos piensan eso quizás porque no me conocen como soy. Yo hasta para hablar soy muy lenta, muy suave, ahora ya bromeo en el escenario y trato de dar más alegría, porque antes era mucho más chupada.
Mucho también se habló de esta rivalidad con Sonia Morales, ¿cuál es la verdad detrás de todo?
Nada, no hay rivalidad. Las dos somos mujeres triunfadoras. Cada una hemos hecho nuestra propia historia con mucho esfuerzo. En muchas ocasiones hemos estado juntas en diferentes escenarios y un promotor dice “primero sale Dina” y el otro “no, primero Sonia”. Nosotras hablamos y le digo “sal tú, flaca, yo te espero normal abajo, voy a estar brindando con tus canciones”.
Ya se ha hecho una miniserie que se tituló ‘La lucha por un sueño’, si hicieran una película cómo la titularía.
Yo creo que seguiría titulándola ‘La lucha por un sueño’ porque todos tenemos un sueño cumplido o inconcluso, pero la idea es seguir esforzándote para hacer realidad ese sueño. Yo siempre he luchado por mis sueños.
Hay algún sueño pendiente...
Hay muchos sueños pendientes, muchos proyectos también. Yo estaba triste porque decía mis atuendo, mis polleras quien las va a usar y mi hija Killay siempre ha tenido gusto por la música. Ella se fue a estudiar a los Estados Unidos y todos los días me decía que escuchaba mi música y cuando regresó me preguntó si todavía tenía oportunidad de cantar. Yo le dije ‘para la música, no hay edad’.
Ella le seguirá los pasos...
Grabó ‘Necesito olvidarte’, el año pasado cantó en mi aniversario y fue un boom. Lo que le aconsejé es que haga le dije que sus propias canciones, para que no sienta la presión, las comparaciones porque la gente en las redes sociales te fulmina.
Y va a celebrar a lo grande su aniversario.
Sí, este domingo 26 celebraré mis 33 años en el club campestre de Sonia Morales y con grandes invitados como Sosimo Sacramento, Doris Ferrer, Anita Santivañez, el poeta Jhonny Campos, , Iván Ventura, también estarán las nuevas voces de la actualidad como Marco Sacramento, hijo de Sosimo, y mi hija Killay. Será una gran fiesta.