
Pocos artistas en el Perú despiertan tanta curiosidad y cariño como Monique Pardo, la leyenda viva que convirtió la sensualidad en su sello personal. Ícono de una época y protagonista de mil historias, Monique no tiene filtros para hablar del amor, los hombres, sus errores y sus glorias.
En esta conversación íntima y divertida, la artista recuerda con picardía sus romances con Mick Jagger y Julio Iglesias, y el secreto de su eterna vitalidad.
Monique, ¿qué es lo primero que te enamora de un hombre?
Su inteligencia, su don de palabra, su educación y su suavidad para saber tratar a las damas.
¿Y físicamente?
Mírala a la traviesa, ja, ja, ja. Yo bajo la vista al toque... chequeo el material. Ya, hablando en serio, siempre miro los ojos y la boca.
¿Te gustan más jóvenes o de tu edad?
De mi edad. Los más jóvenes son unos tarados. Puede ser el más bello, pero tiemblan a tu lado y no se puede entablar una conversación. No saben nada. Y ahora, peor que antes.

¿Eres celosa?
No, para nada. Soy posesiva en el sentido de “lo que yo como, no lo come nadie”. Si tengo la más leve sospecha, adiós al instante.
¿Qué opinas de la infidelidad?
No merecen una segunda oportunidad. Y mira quién te lo dice: yo, que he sido infiel y nunca lo negué. Es que cuando tienes tanto asedio o jale de personas importantes y atractivas... a veces no te puedes resistir. Pero eso sí, jamás he aceptado salir con un hombre casado.
Romances y grandes amores
Han intentado conquistarte músicos, políticos y futbolistas. ¿Quién te impresionó más?
No puedo decir nombres, pero muchos me impresionaron. Y otros solo querían conocerme para “sacarse el clavito” y ver si la mercadería era real. Hasta Chumpitaz vino a mi casa para conocerme.

Y también te vincularon con Mick Jagger...
No solo con él, ja, ja, ja. A Mick lo conocí en Iquitos y fue maravilloso. También conocí a Julio Iglesias la primera vez que vino al Perú, en el Hotel Bolívar. Su empresario me lo presentó y estuvimos mucho tiempo juntos en la Hacienda Villa. Los dos son muy diferentes, pero monstruos en su mundo. De Julio me impresionó su grandeza… en todo sentido, ja, ja, ja.
Si pudieras viajar al pasado por un día, ¿a qué momento volverías?
Al Hotel Bolívar con Julio Iglesias. Me hubiera ido con él. Pero en ese entonces mi hija era pequeña y vivía conmigo. Ella siempre fue mi prioridad.

La mujer detrás del mito
Eres cantante, actriz y vedette. ¿Qué papel fue el más difícil de interpretar: la artista o la mujer?
La mujer. Porque yo era una persona infiel y he hecho llorar a muchos hombres. Y a veces eso se paga, no lo pagas tú, sino las personas que amas.
¿Te arrepientes de algo?
Sí. De haber intentado quitarme la vida cuando era niña. Todavía tengo las cicatrices en las muñecas.
¿Qué le dirías a la Monique de 15 años?
No te cases. Yo me casé a los 14 y fue un matrimonio demasiado triste. Mi cara tuvo que soportar tanto... Pero eso me enseñó a ser mujer. El que me alza la mano, no vive para contarlo.

¿Cuál es tu mayor miedo?
Morir por una enfermedad. Yo quisiera morir haciendo el amor. Así como mi corazón vibra y goza en ese momento, así quisiera que se detenga.
¿Qué te relaja en un día estresante?
Hacer el amor. Por eso soy la amante del Perú y me encanta. Me siento una mujer amada.
Belleza y sensualidad
Has sido símbolo de sensualidad por décadas. ¿Qué significa para ti ser sexy sin importar la edad?
La naturaleza me ha dado atributos que, gracias a Dios, siguen intactos. Me miro al espejo para ver qué material estoy dando al público y me asombro: no tengo celulitis. Creo que es lo único bueno que me queda, ja, ja, ja.
Sigues teniendo un cuerpo envidiable, ¿cuál es tu secreto?
Como sano, no uso sal, tomo mucha agua y hace diez años que no bebo alcohol. Ya tomé para toda mi vida. Además, salgo a caminar todos los días.

¿Qué consejo le darías a una mujer que no se siente bonita ni valiosa?
No hay mujer fea. Somos seres poderosos, inteligentes, capaces de superar al varón en muchas cosas. Y jamás debemos permitir ningún tipo de maltrato.
¿Cuál ha sido el piropo más inolvidable que te han dicho?
“Es más fácil llegar al Everest que a la cama de Monique Pardo”. Me lo dijo el gran compositor Mario Cavagnaro.

Recuerdos y mamá Rosa
Si te digo “Caramelo, Caramelo”, ¿qué se te viene a la mente?
La alegría, mi vida entera y mi madre Rosa, la única madre que he amado. Ella me enseñó la decencia del ser humano. Esa canción fue para ella.
Si pudieras retroceder en el tiempo, ¿a quién volverías a abrazar y qué le dirías?
A mi mamá Rosa. Le diría que es el ser que más he amado. Ojalá que cuando me vaya de este mundo, me vaya a sus brazos.
¿Qué te hace reír y qué te hace llorar hoy?
El único que me hace reír es Melcochita. Lo quiero muchísimo. Lo conozco desde que tenía 16 años. Y lo que me hace llorar son las injusticias. Voy al Hospital del Niño a cantar, he trabajado mucho con niños con leucemia y sigo luchando para que haya un hospital oncológico para ellos.

Carrera y sueños
¿Volverías a compartir escenario con Gisela Valcárcel?
Me dolió tanto su indiferencia... pero me muero porque me abrace otra vez. Me muero por hablar con ella y terminar con un abrazo. Sería bajar del trono y mostrar el corazón.
Si no hubieras sido artista, ¿qué habrías sido?
Periodista. Tuve mi programa de entrevistas “Mójate con Monique” y una columna en un periódico. El que me metió en la prensa fue Martín Garay. Y quien me proyectó a la fama fue don Guido Monteverde, que se volvió loco conmigo. Nunca voy a olvidarlo.
¿Cómo se llamaría la película de tu vida?
El escándalo soy yo o Soy el rumor de una leyenda. Porque en mi vida ha habido risas y lágrimas.










