Miguelito Barraza y sus inicios: Cómo conoció al ‘Gordo’ Casaretto, por qué Ferrando lo buscaba por las calles con megáfono y más | EXCLUSIVO

A sus 74 años, el cómico Miguelito Barraza contó que inició su carrera artística como cantante a los 16 años, mucho antes que su hermana Cecilia. Recordó a su entrañable amigo, el gordo Casaretto y a Augusto Ferrando. Además, revela que le fueron infiel y aún espera conocer a su nieto.

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Eres uno de los cómicos más reconocidos del país, pero empezaste tu carrera como cantante...

Así es, a los 16 años me inicié como cantante con Los Flyers, recuerdo que todos los sábados Enrique Llamosas tenía su programa ‘Música para la juventud’ y lanzaba un ranking, estaban Paul Anka, Elvis, y una vez anunciaron que ‘Quiero un poco de amor’ de Los Flyers eramos los número uno, y ese tema era mi letra.

¿Cómo reaccionaste?

Me puse a llorar, apenas había terminado mi secundaria, recuerdo que abracé a mi papá, fue muy lindo.

¿Entonces, fuiste cantante antes que tu hermana Cecilia?

Sí. Yo siempre le decía a mi hermana tienes que ir a la televisión, a la radio y no quería. Ella cantaba en las reuniones familiares, en los cumpleaños de mi papá, de mis tíos y lo hacía hermoso.

¿La llevaste a la TV?

Un día llevé a Chicho Ferrando a mi casa en Magdalena, la escuchó cantar y habló con su papá, don Augusto Ferrando, y así llegó a Trampolín a la fama y ganó el concurso junto a ‘Chocolatín’. Pero la gran Chabuca Granda la vio y a la semana se la llevó a México, y se fue para arriba.

CUANDO FERRANDO LO BUSCABA POR LAS CALLES

Se ha dicho mucho que Augusto Ferrando te salía a buscar a la calle con un megáfono cuando faltabas a la ‘Peña Ferrando’, ¿eso sucedía tal cual?

Si, eso es muy cierto, salía a buscarme, pucha, qué tonteras no he hecho en la vida, eso estuvo mal, ahora ya no lo hago. Él decía en la calle: Donde quieras que estés hijito sal, ven te aumento el sueldo, ja, ja... lo recuerdo clarito, y yo estaba mal (borracho), cómo iba a ir así, pero al día siguiente le pedía perdón, eso habrá pasado unas tres veces.

¿Te tenía mucho cariño?

Muchísimo, y mira, él pagaba muy bien, muchos dicen que explotaba a la gente, pero no, yo ganaba 500 soles diarios, imagínate, haciendo de Doña Huaraca, en la parodia de la escuelita.

Consideras que Ferrando fue tu padre artístico...

Claro, por supuesto, yo gané Trampolín a la fama con ‘El loco’, que mi mamá me dijo ‘tienes que hacerlo’, y yo me hacía el loco, me iba a jugar pelota y no le hacía caso. Hasta que un día me encerró y me dijo ‘escucha este disco, acá puedes sacar partido’, y lo fui creando, y es que el tema es extraordinario cantado por Luisito Rey, el papá de Luis Miguel. Fue un éxito y lo sigue siendo hasta ahora, pues ya han pasado más de 50 años y me lo siguen pidiendo, y ‘El loco’ ya está cuerdo, ja, ja.

¿Qué hiciste con tu primer sueldo?

No recuerdo lo que hice con mi primer sueldo, pero a los 18 años me compré mi primer carro, un plymouth del 34, lindo, de dos puertas. Siempre me gustaban los autos, pues de chibolo, a los 15 años, yo vendía autos.

SU AMISTAD CON EL GORDO CASARETTO

Llegaste a tener tu propio programa ‘Yo mismo Soy’ en Panamericana...

Claro, con el hermano de Guille, con Fernando. Él escribía los libretos y yo aportaba lo que me salía, fue muy lindo ese programa. Ahí trabajé con mi gordo Casaretto, no ha habido un gordito más gracioso que él. Y no quería ir a la televisión, me decía ‘tengo miedo, me chupo’. Lo convencí y le fue muy bien, como dicen ‘yo lo descubrí’.

¿Cómo lo conociste?

Fue en una pelea de gallos, ahí él toreaba gallos, los gallos saltaban y los que morían, se los llevaba para comer, ja, ja. Era un tipo criollo, tenía una gracia, un día por fregarlo le dije ‘¿puedes prestarme cien soles?’ y me respondió ‘¿hasta cuándo?, y le digo ‘solo hasta fin de mes’, y me dice: ‘hasta cuando te dejas de cojudeces’, ja, ja. Tenía mucha chispa, era graciosísimo, yo lo adoraba, lo recuerdo mucho, lo extraño.

¿Cómo lo recuerdas?

Tengo su foto en mi cuarto, antes de dormir me despido de él y lo saludo al levantarme. Está junto a la foto de mis hijos, de mis padres.

¿Alguna vez te fueron infiel?

Claro, pero cuando me sacaron la vuelta, y no voy a decir quien porque voy a respetarla, aunque a mi no me respetaron, pero le compuse el verso ‘Ya no te quiero’ y mi compadre Nicomedes Santa Cruz me dijo eso no es tuyo sino de Charles Baudelaire, y le agradecí por compararme con el poeta francés. Ese verso me ayudó a superar ese dolor, y bueno, todo tiene su final, yo me había enamorado, pero el tiempo es el mejor amigo y uno se va olvidando y curando del corazón.

¿Y has sido infiel?

Un montón de veces, lo digo, cuando uno es joven cree que nunca va a ser viejo, que siempre va a ser pepa y no... dices, ya vengo, y te vas con la otra. Además, ¿quién no lo ha hecho’, no hay que ser hipócritas, ja, ja.

Podrías decir que has tenido una vida feliz...

No me quejo, habiendo tenido varias mujeres, varios hijos, a todos los he tratado con amor, y han sido recíprocos conmigo. Ahora ya tengo mi edad, ya no me llaman la atención las mujeres... ehhh, guarda ahí, ja, ja. Ya me dedico a hacer reír, siendo uno un poco ‘bejarano’ las chibolas no me dan bola, se van con sus chibolos.

¿Serías un ‘Sugar daddy’?

No estoy para eso. Las chicas no solo piden billete, sino otras cosas y uno ya pasó de moda, ya está ‘bajo el puente’... antes estaba en ‘Barrios altos’. Ahora solo queda ser profesor de lenguaje, ja, ja.

¿Cómo has tomado la noticia de que serás bisabuelo?

Así son las sorpresas de la vida. Si Dios lo manda así, hay que aceptar... así como mi hijo y mi nieto. Aún no he conocido al nieto, ya lo conoceré en cualquier momento, primero que lo conozca él, ja, ja. Ya salió que es de él, tiene que aceptar y eso no significa que es aceptar tu derrota, sino aceptar la verdad, pues la criatura no tiene la culpa.

Has tenido tres infartos cerebrales y sigues haciendo reír al público, ¿crees que Dios te dio una segunda oportunidad?

Lo he pensado y creo que eso es cierto, es como una advertencia, no te portes mal pues una más y te espero aquí arriba... pero no soy malo, hago reír que es lo mejor. La gente me ve y me felicita, un día me dijeron te agradezco porque has curado a mi padre porque estaba decaído y ahora está feliz escuchando tus chistes, es tu hincha y eso me llega al bobo. Yo he hecho reír hasta gratis, he pasado de todo, nadie me mete un floro. He ganado dinero pero siempre he ayudado a mi familia, a mis amigos, pues no me gustaba ver caras tristes, les decía toma, los apoyaba de corazón.

SOBRE EL AUTOR

Eric Castillo

Periodista con más de 15 años de experiencia. Redactor de la sección Fiesta del diario Trome.

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