El tiempo va pasando, la cuarentena sigue activa, con su agresividad que parece rodearnos y los periodistas que continúan narrando la noticia. Detrás de cada colega hay una historia. Esta es de la comunicadora Melissa Peschiera, la mujer, ama de casa y analista.
No. Con esa carita de niño bueno, no lo creo.
Explicó que siempre responde a todos sus fans.
En él no hemos visto lo que en otros sí, que son jugadores, pero también ‘jugadorazos’.
Sí, pero nadie sabe lo de nadie.
Hay que dejar que ‘maten sus pulgas’ entre 4 paredes.
Hay mucho machismo en nuestra sociedad y al supuesto victimario casi lo ponen en categoría de héroe.
Cada quien escoge su momento para denunciar.
Es pública y actriz, y luego de esto se le pueden cerrar muchas puertas.
Hay mucha gente resentida y sin escrúpulos.
Esos son mercenarios.
Me sirvo del Twitter como periodista y con el Instagram me cuesta, recién estoy aprendiendo.
Me molesta mucho vivir de manera virtual.
Antes, para leer un libro, realizar un trabajo, íbamos a la biblioteca, pero ahora todo está en el teléfono.
Experimentan todo por una pantalla y se pierden del mundo real.
Al mayor, cuando se sienta en la mesa le digo: ‘Después le cuentas a tu enamorada qué has comido’.
Él tiene una relación.
Pongo mi cara de ‘Maléfica’, ja, ja.
No, si son felices yo también lo soy.
Muy flojona.
Pésima con los números.
Sumo y resto mal hasta con calculadora.
Pasemos a otra pregunta, ja, ja.
Respondo que me están hablando en chino.
Siempre llevaba vacacional, no aprobaba ni con la quinta nota.
Desde los 5 años, que le ponía el micrófono a las mascotas de mis vecinos.
Entrevistar a Mario Vargas Llosa en Manhattan, a horas de haber ganado el Premio Nobel de Literatura.
Nos advirtieron que sería solo 20 minutos y nos quedamos conversando una hora.
Es fundamental ir con humildad, el periodista va a escuchar, no debe creerse la estrella.
El tipo boca sucia siempre existió. Es como que me dijeras que antes no se bailaba nada como el perreo.
Con el ‘General’.
Y me movía hasta abajo.
También, pero con distanciamiento social.
En la selva con una anaconda en la mano.
En Chincha donde me comentaron que seguro tenía antecedentes mulatos.
El pollo a la brasa con la mano, te tienes que ensuciar la boca y chupar los dedos. Y a la alita le tienes que sacar el IGV.
Hemos jugado monopolio, cartas.
El más picón es mi hijo mayor.
No dejo que impongan sus reglas.
No es posible que sean 8 millones los que no tienen agua y se les pida que se laven las manos constantemente.
Medio país vive confinado en una habitación y se le exige distanciamiento social.
Gracias a Dios no me está molestando. Entiendo que está en tratamiento y eso es muy bueno.
A ustedes y cuando gusten, estoy a su servicio. Decirle a todos mis compatriotas que se cuiden y mucho.
Tal cual, sin poses, respondiendo como lo siente. Lejos de rebuscar esa palabrita que enrede o complique su afirmación. Tal cual lo afirmó el filósofo romano Séneca: “El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios”
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