UNA ABUELA FELIZ. Melissa Klug señala que su corazón explota de felicidad y el nacimiento de su nieta Xianna ha unido a las familias.
Melissa, tu rostro de felicidad cargando a tu nietecita lo dice todo…
Es que es algo inexplicable, no sé cómo describir lo que siento, el corazón me explota de felicidad. Es increíble cómo un pedacito de ser puede unir a las familias y tenernos babeando de amor.
Tener a Xianna en tus brazos debió ser como volver a cargar a Samahara.
Fue maravilloso, es un pedacito de mi vida, mi ‘baby’ Xianna.
¿Y qué dicen los hermanos varones de tu hija?
Están ansiosos por conocerla. Jeremy que tiene 8 años dice: ya soy un tío, ja, ja, ja.
¿Tus hijos nacieron por cesárea como tu nietecita?
Mis cinco hijos fueron por cesárea y Xianna también nació igual. Samahara está adolorida, pero por sus poros solo brota amor hacia su bebé.
Qué importante fue que Abel Lobatón (papá de Samahara) y tú estuvieran ahí dándole soporte emocional.
Somos papás hasta que Dios lo quiera y ese vínculo lo tendremos por siempre. Soy agradecida con la vida porque hoy podemos compartir momentos en familia al igual que con el papá de Gianella, nos llevamos súper y eso sucede cuando curas heridas y perdonas de corazón.
Abel parecía que estaba bastante nervioso…
Sí, estuvo súper nervioso, parecía que él era el papá.
¿Cómo te gustaría que te llame, nona, abuelita, mamita, mamita Melissa o Melissa?
‘Abu Meli’ o ‘nona’, ja, ja, ja.