Lima es un horno. Es una mañana de sol ardiente, un hombre camina sin la sonrisa de siempre. Acostumbrado a robar carcajadas, ahora luce pensativo y lleno de nostalgia. Se llama Pablo, apellida Villanueva. Por donde pasa, pese a su rostro compungido, la gente lo saluda, le pide un chiste y apenas responde con su clásico: ‘¡No hay!’. Eso es suficiente para que los peatones suelten una carcajada y aplaquen el fuerte calor. La cercanía de la Navidad pone nostálgico a ‘Melcochita’. Lo hace retroceder en el tiempo, recordar su infancia. Pero él lleva la chispa en la sangre y sus memorias también están cargadas con una dosis de humor.
¿Cuando eras niño, tuviste de todo en la Navidad?
Éramos tan pobres que mi papá tuvo 10 hijos.
¿Cada bebé era un regalo?
Lo hacía para que todos los años venga la cigüeña y la preparaba en estofado.
¿Había mucha necesidad?
¡Imagínate que mis viejos se casaron 10 veces!
¿Tan enamorados estuvieron?
En cada boda les tiraban arroz, lo juntaban y comíamos aunque sea eso.
Me estás vacilando...
No miento. Incluso, una vez mi hermanito de cinco años dijo: ‘Mamá, quiero caca’ y mi ‘viejita’ respondió: ‘Ya te he dicho que no hay plata’.
A pesar de las carencias, tus padres se amaron mucho.
Claro. Un día mi padre llegó a casa y le dijo a mi madre: ‘Vamos a comer a la calle’... Y sacó la mesa a la vereda.
¿Eran tiempos de poco billete?
Poquísimo, por eso la única vez que mi papá la sacó a mi mamita fue cuando hubo terremoto.
Los morenos como tú, siempre andan con la ‘chispa’...
Es cierto. Una vez, en una esquina, había dos zambos parados. Pasa una chica sin un brazo, le faltaba una pierna y uno se golpea el pecho y le dice al otro: ‘A esa flaquita me la estoy comiendo’.
¿Tan bravos son?
Un moreno va al mercado: ‘Deme un kilo de carne’. La vendedora le pregunta: ‘¿Se la envuelvo o se la come acá?’.
Ahora las cosas cambiaron, eres famoso, exitoso y tienes tu ahorradito. ¿Harías una donación a la Federación Peruana de Fútbol?
Les mandaría un entrenador africano. Son buenos, pero hay que estar vigilándolos.
¿Son desbandados?
Un equipo contrató a uno de esa zona. Un chico le dijo: ‘Profesor, he venido para que me pruebe’... Y el técnico se lo comió.
En estas fiestas, la mayoría se olvida de los adultos mayores.
Y hasta los asaltan. Un abuelito iba con su torta. Un ratero se la arrancha y se va corriendo. El viejito lo persigue y cuando ve que ya no podrá alcanzarlo, le grita: ‘Feliz cumpleaños conch... ’.
¿Si fueras Papá Noel, qué regalo darías a la humanidad?
Borraría a todos los traidores como Judas.
Esos abundan...
Un día, Jesús pidió penitencia a sus apóstoles: ‘Hermanos, cada uno cargue un piedrón en la espalda’. Todos hicieron caso menos Iscariote, que levantó una piedrita. Después de 10 kilómetros le piden comida al Señor y Él responde: ‘Que las piedras que cargan se transformen en pan’.
Judas se peló...
Sí. A la semana siguiente, otra vez Jesús pidió la misma penitencia. El traidor se aseguró, sacó una roca del cerro con una grúa y la empezó a cargar.
Eso era con interés...
Claro. A los 10 kilómetros, otra vez los discípulos dijeron: ‘Tenemos hambre’. El señor respondió: ‘Boten las piedras que a la vuelta está el chifa’.
¿Otro obsequio a nuestra sociedad?
Que desaparezcan los mujeriegos. Uno fue a misa y cuando el cura dijo: ‘Santa María, bendita tú eres...’, el tipo ya estaba entre todas las mujeres.
El Perú pide de regalo una clasificación al Mundial...
Hay muchas cosas que cambiar, las canchas, los clubes, los jugadores tienen la cabeza en otro lado...
¿Por qué lo dices?
Es que un delantero fue a patear un tiro de esquina y le cambiaron la pelota por una piedra. Como estaba pensando en la ‘trampita’, no se dio cuenta y pateó. Al día siguiente, su amigo lo ve, él le cuenta lo que pasó. ‘Asu mare, tu pie está destrozado’. Y el jugador responde: ‘Y eso que no has visto al que cabeceó mi centro’.
¿Estás usando la pastillita azul?
De vez en cuando.
¿La recomiendas?
Depende, porque a algunos no les funciona. Le pasó a un amigo de mi edad.
¿Ya no levantaba?
Tomó, se vio con ‘paraguay’ y su mujer, que tiene los mismos años que él, gritó: ‘¡Milagro, resucitó!’. De pronto, el ‘muñeco’ se vino abajo. ‘¿Qué pasó?’, dijo ella. Él respondió: ‘Te reconoció la voz y se desanimó’.
Tu hinchada se preocupa por tu salud: ¿Todo bien con la próstata?
Sí. La última vez un doctor con el gancho de ‘Galarreta’ me revisó y me dijo que todo estaba muy bien.
Escucharte, verte, leerte, siempre es un placer. Y muy seriamente te digo que es una carcajada charlar contigo...
Ustedes siempre me buscan en el momento exacto. A través del diario más leído del Perú, quiero agradecerle al país por el afecto que me da. Los chistes son solo eso, no hay intención de burlarnos de nadie.
(Fernando 'Vocha' Dávila)
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