El cantante Marco Antonio Guerrero contó que su historia con la música surgió de manera casual, cantaba por necesidad, tocó muchas puertas y logró ser cantante principal en Grupo 5 y Hermanos Yaipén, grabando éxitos como ‘Eres mi bien’, ‘Te vas’, ‘Me enamoré de ti y qué’, ‘A llorar a otra parte’.
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Además, que empezó en una orquesta de salsa, reconoce que ha tenido una etapa donde era desubicado, irresponsable, tomaba demasiado y reconoce sus errores en su relación con Leysi Suárez. Sin embargo, hoy ha madurado, se ha plantado y disfruta su faceta como padre.
¿Cuántos años llevas en la música?
Trabajando y ganando un dinero desde los 13 años. Me inicio en Pro, había una banda de rock de un amigo y me llamaba la atención. A esa edad me gustaba mucho el fútbol, jugaba campeonatos pero nunca canté en una actuación del colegio. Mis compañeros se enteraron que era cantante cuando acabamos el colegio y todos se sorprendían.
¿Cómo descubres esa afinidad por la música?
Me gustaba cantar pero no sabía que lo hacía bien, de pequeño mis padres me sacaban a cantar pasillos porque son norteños, yo los escuchaba en sus fiestas y me los aprendía. Entonces, a los 13 años escuchaba que mis amigos hacían covers de rock y me gustaba; entonces empecé a trabajar en grupos digitales, ya ganaba mi sencillo.
Pero no lo tomabas en serio...
No, pero en un tiempo las cosas cambian en mi familia, la situación económica empeora un poco y comienzo a salir, a buscar oportunidades, a trabajar, a tocar puertas, preguntando si necesitaban un cantante y así llegué a La Novel.
¿A qué edad llegaste a La Novel?
Tendría unos 16 años, yo estaba por la avenida La Marina, pasé por el Midway donde ensayaba y se presentaba la orquesta, entonce toqué la puerta, lo vi a Martín Guevara, el director y le dije que era cantante, que quería probarme y me dijo ‘ya canta’.
¿Recuerdas qué cantaste en ese casting improvisado?
Una canción de Marc Anthony, yo tenía mi pista. En ese tiempo yo iba mucho a los karaokes y me recurseaba cantando, me daban mi trago, mi piqueo, una propina. Entonces, los temas de Marc Anthony se me hacían fácil cantarlos y cuando me escuchan en La Novel me dicen que empiece a trabajar con ellos... y me decían Mark. Ahí lo conocí a Jonathan Rojas, quien era la estrella de La Novel.
De frente al escenario...
Ni tanto, yo alternaba en algunos momentos, pero también apoyaba cargando los instrumentos, las congas. Estuve un par de años y me volví ‘chivero’; porque cuando no había shows yo me iba a buscármela por otro lado, entonces, estaba con Bahía, Conquistadores de la salsa, Clase Internacional.
¿Participaste en algún concurso de televisión?
Estuve en Camino a la fama que conducía Ernesto Pimentel y en Superstar. En Camino a la fama, de los 14 que ingresaron quedé último, fui el primer eliminado. Es que no iba a los ensayos, y me sacaron. Es que yo buscaba cantar en todo lugar porque quería ganarme algo, no porque buscaba ser estrella. Es la necesidad, el hambre y tenía que chambear, y así llegué a la cumbia.
Pasaste momentos duros...
En ese tiempo no iban bien las cosas en La novel, a mis 17 años ya convivía con mi primera novia y la picaba para todo. Además, mi mamá se había separado, vivía sola y la tenía que apoyar. En ese tiempo iba a pararme afuera del Huaralino esperando que salgan las orquestas para pedirles trabajo, a Armonía 10, Caribeños, y con mi pista de Marc Anthony. Pero nunca se dio la oportunidad.
Y luego...
Mi novia me invita al circo, yo estaba misio, no tenía ni para la manzana acaramelada pero si yo no iba ese día mi vida no cambiaba. Ella me insistió y fui. Y al llegar veo el bus de Internacional Privados y toqué la puerta para ofrecerme, y me dicen que les faltaba un cantante. Fui al día siguiente a probarme con mi pista, y a la mitad de la canción me dicen ´te quedas, dame tu talla de zapatos, de ropa, porque en dos días nos vamos de gira’. Ese día no se me olvida, dije ‘la hice, de aquí no paro’.
Pero no estuviste mucho tiempo con Privados...
Solo dos semanas, pues apareció Alfredo Jamanca con Elmer ‘Chico’ Yaipén en mi casa, no los conocía. A Chico se le iba un cantante y necesitaba una voz, le habían dado un disco de un show que había hecho con Privados. Nos fuimos a tomar un emoliente y era el Grupo 5, ahí estaba Lucho Paz, Kike Paz, pucha estaba emocionado. Pero me sentía malagradecido porque Privados me dio la oportunidad, pero ahí me dijeron que vaya; y me fui a Monsefú, a vivir a la casa de Elmer.
Con toda la familia Yaipén...
Ahí viví tres años, cuando Christian estaba pequeño, con la señora Elena, con toda su familia. Al principio era un extraño que llegaba pero después me atendieron como parte de su familia, han sido buenos conmigo. Por eso, la familia del Grupo 5 significa mucho para mí, me trataban como un hijo, me lavaban la ropa, me daban la comida.
Ahí empiezas a grabar con ellos...
Claro, grabé ‘Eres mi bien’, ‘Te vas’, ‘Me enamoré de ti y qué’, ‘Tan solo palabras’, ‘Carta final’, grabé varias canciones. El Grupo 5 ya estaba sonando fuerte con ‘Motor y motivo’ que grabó Lucho Paz, pero estaba saliendo para ser solista y entro a cubrir su lugar.
Tremenda responsabilidad...
Mucha. Además, Lucho y yo somos cantantes diferentes, él tiene una forma elegante de cantar y yo, en ese momento, era muy sucio al cantar. En la salsa el sonido te cubre mucho, pero en la cumbia es diferente, la voz va adelante y me metía unas desafinadas. Y como Chico grababa todo, entonces me hacía ver mis errores, pero así fui aprendiendo porque yo era empírico y mejoré.
¿Cuánto tiempo estuviste en Grupo 5?
Como unos tres años y medio, luego pasé a Hermanos Yaipén. Mi salida se dio porque tuve una pequeña discusión con Chico, en ese entonces yo era el chibolo que siente que está ‘pegado, de moda’, pues empecé ganando 800 soles y a los tres años ganaba 10 mil, y tenía solo 19 años. Estaba totalmente desubicado, creo que eso a todos nos da, el problema es cuando te vuelve a dar, entonces ya eres burro. Por eso, Chico con justa razón me retiró.
¿Qué te parece el momento que está viviendo el Grupo 5?
Está elevando el momento musical peruano, un grupo de pueblo, de masas, y la cumbia es un género que reina en el país, que ha conquistado todas las clases sociales. Eso es bueno para nosotros porque consumimos lo nuestro y el dinero se mueve entre nosotros, y la gente se siente orgulloso de sus artistas. Admiro el trabajo de Elmer, tuvo esa visión cuando aún Christian estaba pequeño y lo ha logrado tal como lo pensaba, pues decía ‘él tiene que ser’. Está rompiendo esquemas y eso genera para todos, pues los exintegrantes también tenemos trabajo, su éxito nos empuja. Yo no siento que me opaca, todo depende de la perspectiva en que lo veas.
Luego te vas a ‘Hermanos Yaipén’...
Yo tenía ofertas de otros grupos grandes, pero decidí por ellos porque podía seguir en Chiclayo y con Walter tenía mucha conversación, me tomaban en serio, ya no era el chibolo que llegó a Grupo 5, daba propuestas. Grabamos ‘A llorar a otra parte’ y entró con fuerza. Pero en la familia Yaipén son visionarios y buenos empresarios, pues Walter no tenía mucha plata y hasta se hacía préstamos para pagarme, apostó y salió adelante. Luego me fui cuando un empresario me propone ser solista y llevarme a Europa.
Y llegaste al Grupo América con Leonard León...
Alfredo Jamanca y Lalo Capuñay se me acercan para proponerme integrarme a América donde ya tenían a Leonard León, quien llegaba desde Grupo 5 y ya había grabado varios temas. Así que cuando íbamos a promocionarnos a la televisión yo estaba como bailarín de Leo, ja, ja. Ya luego en vivo, hacíamos unos shows tremendos. Además, pude trabajar con Alfredo Jamanca, el mejor mánager que ha existido en la cumbia, un caballero. Estuve unos meses, no me sentía del todo bien y salí del grupo.
Marco Antonio junto a Leonard León.
En ese momento empieza tu carrera como solista...
Así es, con el apoyo de Higinio Capuñay. Este año voy a cumplir quince años y en noviembre haré una celebración, donde invitaré a algunos artistas para que canten cumbia conmigo. Un show diferente, muy visual.
Nunca has dejado de trabajar, siempre estás lanzado temas nuevos...
Yo estoy agradecido con el público que consume mi música en las plataformas digitales y con los shows donde llego con todo mi repertorio. Mi competencia es conmigo, en seguir perfeccionándome día a día, con paciencia pero siempre trabajando. Actualmente estoy trabajando con Juan Carlos Fernández y haciendo unos temas que saldrán en Al fondo hay sitio.
¿Y estás por lanzar algún disco?
Sí, se va a llamar ‘Mi historia musical’ donde habrán medleys del Grupo 5, Hermanos Yaipén, América, donde estarán los temas que grabé en dichas orquestas y para que la nueva generación me conozca un poco más, que sepan que puse un granito de arena en dichas agrupaciones.
La fama trae muchas tentaciones con las chicas...
Es cierto, en la música vives adelantado, estás expuesto a todo, y quién no ha caído. En mi caso, he caído más de lo que debí caer; pero ya con los años te vas poniendo en orden, ya no todo es vacilón. La gente que me sigue sabe que tranquilo no he sido, han habido cositas por ahí, pero uno va mejorando, se va poniendo en línea. Ya estoy plantado. Además, mi hija va a cumplir 16 años, quiero que se forme bien pues quiere seguir el camino de la música.
Fuiste papá muy joven...
Fue difícil, porque no sabes como ser papá. Los hijos nos enseñan. Solo tengo una hija, bastante pegada a mí, y sigo aprendiendo, trato de hacer lo correcto.
Ya, pero ¿qué cosa rara te ha pasado con una fan?
En el mundo de la música vez cada cosa... una vez he estado con una novia el día que se casaba, he hecho tanta cojudez.
Tuviste un romance largo con Leysi Suárez, pero no terminó bien en su momento...
Nosotros convivimos, y bueno, no terminamos bien. Sin embargo, la última vez que la vi fue en radio Karibeña donde tiene su programa y todo bien. Luego, me enteré de la muerte de su mamá, a quien conocí, pero no tuve la oportunidad de darle el pésame. Nosotros no hablamos, no somos amigos, pero veo que le está yendo bien, siempre ha sido muy trabajadora. Creo que las cosas de pasado ya se superaron, tuve mis errores.
Marco Antonio y Leysi Suárez.
¿Es cierto que te gustaba mucho el trago?
Me gusta el trago todavía, a quién no le gusta, la gente hasta decía que era drogadicto y eso no es real. Una vez don Higinio me puso orquesta para un shoe en Nazca, era a las 10 de la noche, y me aparecía en Chorrillos a las 7 para que me llevaran, era imposible llegar, era muy irresponsable. En otra ocasión no llegué porque no tenía para el peaje y me quedé ahí hasta la medianoche, y todo eso tenía que ver con la juerga, todo lo veía trago, tomaba bastante... pero nunca he me drogado, solo he sido borracho.
¿Y qué tomas?
Soy cervecero, siempre. El whisky no me gusta, o puede ser un vino.
¿Cuál ha sido tu juerga más larga?
Creo que una semana, ja, ja. Era una fiesta patronal... eso lo hacía en mi karaoke, era mi negocio pero era un antro, creo que me tomaba todas las ganancias. Incluso tuve la mala suerte que me robaron dos veces, mis instrumentos, una consola digital, me han pasado desgracias. Yo no creo en la casualidad, sino en la causalidad, uno genera lo bueno y lo malo.
También hubo un roche en Bolivia...
Sí, fue la orquesta, comenzó a tocar anunciando ‘ya llega Marco Antonio’, pasaron dos horas, tres y nada. Nunca viajé, vinieron aquí y armó un escándalo. Yo empecé joven y creo que me faltó una mano dura. Ya con los golpes aprendes y maduras.
Pero tu gran pasión también es el fútbol...
Sí, de chico soñaba ser futbolista y jugaba en Cienciano, estuve en una preselección Sub 15, pero después me metí a la música y lo dejé. En estos últimos años lo retomé, el año pasado jugué en Máster profesional, fui a Rusia en el 2018 con la selección de artistas.
¿Este año volverán?
En junio se dará un nuevo mundial en Rusia, será el Mundial de la paz y ya nos estamos preparando. En el equipo están Jonathan Rojas, Farik Grippa, los chicos de Idénticos, gente que está dedicada al deporte. Es súper chévere, llegan delegaciones de todo el mundo y representamos al Perú.
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