Madeleine Gutiérrez es la quinta hija del fallecido Abelardo Gutiérrez, más conocido como ‘Tongo’. Ella también sigue los pasos de su padre en la carrera artística: es cantante mezzosoprano, licenciada en música y estudia su maestría en el Conservatorio Liceu de Barcelona (España), gracias a una bien ganada beca.
Made, ¿alguna enseñanza que te dejó tu papá (el cantante Tongo)?
‘Tienes que ser fuerte pase lo que pase, porque la música siempre debe continuar’. Eso me llevo de él.
¿Y alguna anécdota?
Uy tengo miles. Siempre me decía ‘negra (de cariño) el que se case contigo será un afortunado porque tus manos están bendecidas’. Porque yo siempre le cocinaba y él amaba mi comida, sobre todo el ají de gallina. Se emocionaba cada vez que le cocinaba.
Tú eres cantante de ópera, ¿te animarías a cantar una canción de él en versión ópera?
Claro, me gustaría. Si se da la oportunidad de hacerlo, con los arreglos de la música que yo hago, por qué no. La música popular está en mis raíces y la respeto mucho.
¿Cómo reaccionaron tus papás cuando les dijiste que quieres dedicarte a la ópera?, ¿te apoyaron desde el inicio?
Los dos me apoyaron muchísimo, pero fue mi papá el que me empujó en esto. Él mismo fue al Conservatorio Nacional de Música a inscribirme en los cursos de extensión. Mi mamá me dijo que tenía condiciones para cantar y mi papá me inscribió ja, ja, ja.
Es una carrera de mucho sacrificio...
Sí, por supuesto. Yo postulé tres veces al Conservatorio, recién en la tercera me aceptaron. Y para entrar al Conservatorio tienes que saber música, cantar un área de ópera y pasar una prueba de lenguaje musical. Mis papás pagaban mis clases de canto para postular. Yo era muy joven y no podía trabajar. Así que ellos las financiaron.
Se comprometieron con todo...
Además escribían a mis profesores para ver cómo estaba yendo. Se involucraron por completo. Siempre hubo un total apoyo. Y cuando le mostraba a mi papá algunas de mis canciones, me decía ‘Uy Made hay que mejorar algunas cosas’. Como era muy estricto como músico, quería lo mejor para mí. Además, mi papá tenía muchas condiciones para el canto lírico. Y no lo digo yo, sino maestros que lo han escuchado.
¿En ningún momento te animó o sugirió que sigas su música?
Siempre respetó mi decisión, pero sí me pedía que le haga coros. Yo quería involucrarme más, pero también tenía trabajo, entonces no tenía mucho tiempo para quedarme, y sus sesiones de grabación duraban horas y horas.
En este camino artístico que vienes trazando, ¿hubo trabas o momentos tensos?
Sí claro, sobre todo porque siempre habrá este estigma de ‘hija de cantante de música chicha cómo será esta chica’ y también dentro de un mundo selecto de la música clásica van a pensar ‘no está suficientemente formada’ o no se lo toma en serio. Es lo más normal, supongo. Pero yo desde el Conservatorio demostré que era una persona seria, que quería hacer un trabajo serio en la música e iba a estudiar para lo que me comprometí.
¿Hubo rechazo?
No, no rechazo exactamente, pero quizás un poco de conflicto de que no iba a ser lo suficientemente buena para estar o merecer estar en el Conservatorio. Lo que pasa es que al ser hija de un artista que está en el mundo del espectáculo, siempre van a pensar que tú también estás dentro del espectáculo. Pero al final lo superé con creces y ahora estoy aquí en España enfrentando nuevos retos.
Cursando una maestría en el Conservatorio Liceu de España...
Sí, exactamente. Fue un proceso sencillo, solo enviar los documentos, sustentar por qué quiero hacer la maestría y bueno todo se logró gracias al convenio entre el Conservatorio de Perú y el Conservatorio Liceu. También fue por mérito por ser una alumna ‘honoraria’ y haber sacado buenas notas, por así decirlo.
Dicen que eres súper ‘chancona’, ¿es cierto?
Sí, sí, soy estudiosa, pero también puedo ser muy relajada. Puedo ser muy paranoica con los estudios ja, ja, ja.
Te titulaste al mes de la muerte de tu papá, ¿cómo fue?
Sí, pasó un mes y diez días. Fue doloroso, yo estaba muy sensible. No invité a nadie, no quería gente, quería concentrarme en mi presentación. Me quebré al final, y creo fue porque imaginaba a mi padre ahí. Él quería ir a mi titulación. Y ahí se te viene a la mente que nunca más te verá en un recital o presentación.
Fuiste parte del coro de Isabel Pantoja...
¡Uy la Isabel Pantoja! Ja, ja, ja. Es un monstruo en el escenario, en la interpretación, es una maestra de maestras.
Y también estuviste con los Rolling Stones...
Sí, también fui parte del coro de ellos. Lo que me impresionó más de ese momento fue la cantidad de gente que había en el estadio. Fue genial ver eso. Y ahora último hemos cantado con David Bisbal.
¿Cómo se llamaría la película de tu vida?
‘Fuerza y música’ porque me considero una mujer fuerte, he sobrevivido a todo lo que me ha pasado.
Tu mayor miedo...
La muerte. Tengo muchas cosas por cumplir todavía.
El momento más difícil que has vivido hasta ahora...
La muerte de mi padre. Ha sido un proceso doloroso, pero sabemos que él sigue cuidándonos y ayudándonos a todos. Cumplir nuestros sueños también es una forma de que su nombre siga siendo recordado.
Si pudieras retroceder el tiempo, ¿a quién volverías a abrazar y qué le dirías?
A mi papá. Y le diría que lo extraño y estoy cumpliendo mis sueños y sus sueños.
¿Cómo te ves en 10 años?
Trabajando en ópera, ya sea en Nueva York o Europa, y haciendo labor social.
Si no fueras cantante de ópera, ¿qué serías?
Cocinera. Desde niña cocinaba para toda la familia. Y me sale superbién, es algo de lo que puedo presumir, ja, ja, ja.
¿Qué le dirías a Madeleine de 15 años?
‘Estudia y persevera hasta cumplir tus sueños’. Creo que todos los sueños se logran, pero con bastante disciplina.
¿Cuál fue tu primer trabajo y a qué edad?
Ayudaba a vender zapatos en un local de La Victoria. Tenía 17 años y duré un mes.
Para cerrar, ¿cómo vas a celebrar Fiestas Patrias?
Disfrutando nuestra gastronomía y música, y rodeada de amigos peruanos aquí en España.
La última, ser peruana es...
Sinónimo de lucha, ingenio, tenacidad y fuerza. Hay que recordar de dónde venimos y sentirnos orgullosos.
Gracias por tu tiempo, Made...
Gracias a ustedes por interesarse en contar mi historia. Un abrazo.
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