Kike Suero es el invitado de la semana en ‘Café con la Chevez’. El cómico se confiesa y hace mea culpa sobre sus excesos en su vida. Confiesa que vivió en un hotel en Los Olivos por más de un año, debido a una fuerte depresión que lo hizo refugiarse en la bebida.
Además, Kike Suero recuerda sus inicios en la Peña Ferrando y la oportunidad que le dio Mónica Zevallos de salir en TV con los Cómicos ambulantes. Finalmente, le manda un fuerte mensaje a Magaly Medina. El café está servido.
Kike estábamos hablando en el previo y ya van a ser 30 años en este medio…
Yo empecé en la segunda ‘Peña Ferrando’ con Juan Carlos Ferrando, con Alfredo que era su pareja, año 92, imagínate. En el 98 ya empezamos con Mónica Zeballos. Tantos años han pasado tan rápido. Ya mis hijos están grandes, tengo nietos, el tiempo ha pasado tan rápido que no lo puedo creer…
Tienes nueve hijos…
Sí, el mayor Jim, Dayana, Dasiel y una hija en Iquitos que todavía no…
¿Todavía no la has reconocido?
No, porque su mamá se fue a Iquitos, a vivir, embarazada y yo no sabía que estaba embarazada. Después de 6 años me llamó y tienes una hija conmigo. Me fui a Iquitos a buscarla. La traté de ubicar, de llamar, hice un montón de llamados a la prensa para que ella se comunique conmigo, porque definitivamente son hijos, son niños y uno no puede dejar de lado a sus hijos, ¿no? Y eso es lo que siempre he tratado de hacer.
Estás, entonces, en búsqueda de ubicarla para hacer el reconocimiento como debe ser…
Sí claro, porque cuando son niños dicen que mi papá nunca se acordó de mí, pero yo siempre pienso en ella. Desde que me enteré que tenía una bebé allá, no he dejado de pensar en ella y espero algún día verla. Ya mí mi bebé debe tener me imagino 18 años, 20 años…
Ya es una joven, ya es una jovencita grande. Y después de ella tienes a las niñas…
Sí. Alejandrita, Valentina y Lucianita y con Vicky tengo uno y dos que son de ella, que también son parte de mí…
¿Y no va a haber nadie más por ahí que diga que por aquí también hay…?
A ver. Las personas, las mujeres que sepan que puedo haber tenido algo con ellas, por favor comunicarse urgente a este teléfono. Yo estoy dispuesto a reconocer. Que yo sepa tengo dos, una en la selva y otro niño en el cono este. Estamos en ese tema…
¿Pero Vicky sabe de eso?
Yo le cuento todo a ella.
Cómo has cambiado, por mi madre no puedo creerlo…
Escúchame. Si tú no le comunicas a tu pareja, si tú no le dices lo que pasas, lo que ha pasado, en un momento se va a enterar y cuando se entere me va a decir por qué no me lo dijiste. Es mejor que lo sepa desde un principio. Yo seré lo que quieras, pero sí soy honesto.
¿Con Cecilia, la mamá de tus hijos mayores, tienes buena relación?
Mi causa, mi brother, mi pataza…
¿Es verdad que olvidaste a tu bebé en un bus? ¿Qué edad tenía tu bebé ahí?
Tenía cinco meses, seis meses.
Cinco meses de nacido, Señor. ¿Qué pasó?
Es que en esos tiempos, te acuerdas que habían ‘levas’...
Cuenta…
En ese tiempo había leva, en tiempo del terrorismo y era mi primer hijo, Jim, y para que a mí no me lleve la leva me compré un cangurito y me llevé a mi hijo. Salí a vender caramelos a los micros, porque en todos los paraderos habían cachacos, militares y pedían documentos, te llevaban, te pelaban y yo tenía una responsabilidad con mi hijo.
Me compré mi canguro, porque le dije a Cecilia, están haciendo leva. Yo era olvidadizo en ese tiempo. Me lo puse acá mi hijo y subí al carro. “No vayan a pensar, señores, yo lo saco a mi hijo por la leva y voy a contar un chiste”. Y había una señora que estaba adelante, le encargué a mi hijo. Empecé: “Señores, que esto, que el otro, vendí mis caramelos y la plata, saqué mi gorro y la gente echaba. Pero como yo nunca había sacado a mi hijo, me olvidé que estaba con él. Cuando termino de pasar, se abrió la puerta de atrás, me bajé yo contando mis monedas, de lo que había vendido, caminando despreocupado.
Tenía la mochila puesta, pero no me acordaba de mi hijo, cuando escucho “oye, huevón, tu hijo”, me gritó un pasajero o no sé si el cobrador. Volteo, corro, subo y le dije a la señora que me entregue a mi hijo y la gente se reía.
¿No le contaste a Cecilia?
Nunca le dije nada. Ya cuando Jim cumplió 18 años recién le dije…
¿A los 18 años recién le contaste? ¿Y que te dijo Cecilia?
Ya en ese tiempo mi hijita Dayana había nacido y también quería llevármela a Dayana. Pero antes de llevarme a Dayana ya le había contado lo de Jim. “Fuera conch..., llévatela a tu mamá”, me respondió Cecilia…
¿Con los otros también has pasado alguna circunstancia así?
Sí, mis hijos siempre con ellos. Una vez mi hijita se me perdió, ¿sabes dónde? En Mega Plaza…
Se me soltó de la mano.en una tienda Mega Plaza es inmenso y como yo soy distraído. Mi bebé tendría 4 o 5 añitos. La estaba buscando. Te lo juro yo pensé lo peor, dije alguien se la han llevado, la han raptado. Le dije al guachimán, hermano mi hijita. Abajo, me dijo, en la radio para que anuncien. Gracias a Dios llamaron por la radio. Estaba ahí, en el mismo piso. Pero como hay un montón de tiendas, se había metido a otra tienda de juguetes…
Y en todos esos momentos, ¿no estabas con los tragos?
No, no. Yo cuando salgo con mis bebés nada. No se puede. Yo en esos tiempos definitivamente no tenía un control, porque me invitaban a un lugar y me quedaba ahí y si tenía que salir con mis bebés a comprar o a pasearlas, nada. Así estuviera el Papa ahí al costado, señor Papa estoy con mis hijas, chao, más allá…
Pero tus juergas han durado días, ¿no?
Claro.
Entrabas un lunes y salías domingo creo…
Y con amigos conocidos. Nos metíamos, en ese tiempo estaba el dueño del Tumbao, Carlitos González, ahí nos ponía una botella de whisky etiqueta negra, etiqueta dorada y me quedaba dos, tres días con los amigos, pero de una manera u otra trataba de buscar, entre comillas, felicidad…
¿Por qué buscabas felicidad, qué te faltaba si tenías tu hogar, tus hijos? ¿Cuál era la carencia?
Faltaba dirección, me faltaba eso. A veces cuando uno es muchacho, tiene plata y de pronto, no fama, sino que eres popular…
Que te llegó así de golpe, te desestabilizas más…
Claro y un día me dijo Guillermo Guille, me aconsejó, Ramón García también me dijo esto va a pasar, y dicho y hecho lo que ellos me dijeron, pasó. Se te van a acercar un montón de mujeres, se te van a sentar ahí encima de la pierna, tú tienes que mantener la línea, me decía Ramón García, tremendo tipo.
¿Llegas a la tele con Tripita?
No, Tripa entró a ‘Trampolín a la fama’ primero. Tripa llegó el 90.
Lo que tú ganabas en la calle vendiendo caramelos, ¿qué sería, 3 soles, 5 soles, en ese tiempo?
Como decir ahorita 30 o 40 soles…
Y llegas a la televisión y de pronto tenías miles…
Claro, de 50 soles que te venga, es un dinero fuerte. ¿Pero qué pasa? Que yo he sido muy derrochador, como no he tenido cuando, o sea cuando mi papá trabajaba si ganaba mucho dinero, vivíamos súper bien, pero en una época ya no teníamos nada, pasamos hambre. Yo me iba a la escuela sin almorzar y sin desayuno…
¿Has dormido en la calle?
No. Yo tenía un hogar formado, pero cuando salía, cuando me fui de viaje tuve la suerte, digo ahora, de dormir en la calle y experimentar lo que es el frío, el sereno. Digo la suerte, porque de una manera u otra, si no lo experimento no sé lo que sienten otras personas. Entonces he tenido la suerte de experimentar el hambre, el frío, andar sin zapatos. Es suerte, eso es suerte, para mí es suerte. No es desdicha, es suerte. Me ayuda a que vea que el hombre o la mujer o el niño, está pasando por lo que tú has pasado. Entonces párate, yo paro el taxi o capaz estoy manejando, paro el carro y bajo y hago lo que tengo que hacer, lo que todo ser humano tiene que hacer.
Kike esta parte que cuentas de tu vida, en la que tú has estado tocando fondo, prácticamente, ¿en algún momento tuviste que ir a un centro de desintoxicación? Porque tú tomabas mucho.
Yo no bebía mucho, yo bebía demasiado. Yo llegué al extremo de encerrarme en un hotel, comprarme una botella de whisky y beberlo solo, así solo, solo. ¿Por qué? Porque quería escapar de la realidad, no quería estar consciente de lo que estaba pasando, no quería sentir dolor sentimental. Entonces, gracias a mi Señor, Dios es testigo de lo que estoy hablando. No recurrí a drogas…
Pero ese rumor había, que tú también te drogabas.
Carla, te digo ante mi Señor, ante mi Padre te digo, yo cuando he ido a trabajar a lugares públicos, he entrado al baño de varones y se me acercaban tipos. Toma. ¿Qué es eso? Me daban cocaína. Te juro ante mis hijos, ante mi Cristo, ante mi Señor, ante mi hermano que recién ha fallecido, ante ellos, que te estoy diciendo la verdad. No consumo. Y así como pensando que yo consumo, porque estoy en el ambiente. Lo vuelvo a decir en nombre de mi Padre celestial, estoy tomando el nombre de mi Señor y el nombre del Señor no se puede tomar por tomar, porque si yo lo tomo me va a dar mi estate quieto, eso tenlo por seguro, yo lo sé.
¿O sea tú lo máximo era tu trago y las mujeres nada más?
Sí, sí. El trago y mujeres nomás.
Así con sinceridad, ¿es tu mejor momento ahorita?
Yo creo que después de Cecilia y mis tres bebés, que son Alejandra Valentina y Lu, sí es mi mejor momento, el mejor momento de mi vida. Mira cuántos años que ya no salgo en escándalos...
¿No caes en la tentación? Porque la última imagen que yo tengo es esa en Tacna. Dios mío, Señor dije, Kike otra vez está en la misma.
Sabes quién estaba ahí, estaba Tommy Portugal en el local donde se trabajó, creo que estaba Giovanni Kral también, y cumplo con mi trabajo y tú sabes que nunca falta que ahí que se te prenden y cuando te hablan, te hablan así con spray…
Las fans confundidas…
Confundidas. No me decían Marc, Marc, se han hueveado…
¿Marc te dijo?
Marc Anthony…
Por eso te ganaste tu cachetada en vivo…
Y está bien, bien merecido. Menos mal que no pasó nada, porque yo entré por la otra puerta. El de seguridad salió ya y me metí por la otra puerta y estaba mi hijo también, estaba mi hijo Jim, su esposa y mi nieto. ¿Qué Hubiese pasado si hubiese pasado algo? Hubiera estado con la conciencia horrible y mi mujer ella solamente me mira. Dime la verdad, ¿pasó algo? No amor de verdad, no. ¿Seguro? Seguro. ¿Estás seguro? Sí amor y yo por dentro, porque la puerta estaba con candado.
Tu famosa frase, Kike, “Tengo las capillas y la catedral”…
Esa es mi frase que la dije hace años dónde esta señora. Hablando de esta señora, una cosa es apariencia y otra cosa es realidad. Esto va para la señora, ¿tú sabes cuál es la diferencia entre apariencia y realidad? Apariencia es lo siguiente, te puedes hacer 50 mil operaciones, pestañas postizas, ropa de marca. Eso es apariencia, buenos lugares, las carteras, que se yo, x marcas que no quiero ni mencionar, porque no las conozco. Apariencia, vivir en la rinconada del lago, qué sé yo, tener casas en Miami, viajar por todo el mundo. Apariencia…
¿Ya y realidad?
Y la realidad es que sigue siendo una mostra de m…
Cuando te pregunté si tú habías estado en un centro de desintoxicación para alcohólicos, ¿eso llegó a pasar en tu vida?
¿Que estuve en un centro? No, no, no…
¿Cómo fue que fuiste dejando el alcohol? Porque no lo has dejado del todo…
No, nunca fui, porque dije yo puedo solo. Con Vicky cambió todo mi mundo, Vicky me dio el soporte, me daba la estabilidad emocional y me daba todo lo que yo necesitaba emocionalmente. Ya no necesitaba encerrarme.
Carla un año encerrado, mi teléfono apagado. Encerrado en mi cuarto, no quería saber nada del mundo, nada mis hermanos. Me llamaban, ¿Kike dónde estás? Hermano estoy lejos y cortaba. Hasta que mi hermano se preocupó, Hernán que murió, y dieron conmigo.
¿Y dónde estabas?
En un hotel encerrado en Los olivos..
¿Un año te metiste en un hotel?
Un año encerrado, todos los días, mañana, tarde y noche. Yo no quería whisky, me compraba mis latas de cerveza por bolsas y mi pack de cigarros. Encerrado ahí sin comer…
¿Un año viviendo así? ¿Eso es lo más duro que has vivido en esa época?
No, hay cosas más duras. Mi hermano dio conmigo, donde yo estaba, porque yo le comenté a mi ex manager donde estaba y le dijo a mi hermano está en tal sitio y me fueron a buscar…
A rescatarte…
A rescatarme y de ahí me sacaron y me llevaron a la casa de mi mamá. En la casa de mi mamá yo tengo mi cuarto. En el hotel tenía la ropa por montones, pero la señora esposa del dueño del hotel me lavaba la ropa y yo le pagaba.
Ahora me dirás y cómo trabajabas, cómo tenías plata. Yo en esos años trabajaba en un programa de televisión, llegaba tarde a veces, no hacía bien mi trabajo. Solamente quería encerrarme, nada más.
¿Eso fue en el año de la chola?
No. A ver déjame ver. 2007, 8, 10 unos 13 años atrás y me fui a la casa de mi mamá. Bueno, me llevaron. Yo tenía mi carro abajo, ahí botado el carro. Me llevaron a la casa de mi mamá, no le dijeron nada y mi hermano le dijo mamá sabes, Kike está durmiendo en un hotel, está solo, que se ha separado y mi mamá dijo y por qué está solo si acá tiene su casa. Porque las mamás son así, esta es tu casa, que esto, que el otro, acá te quedas, ahí está tu cuarto. Y ahí me quedé. Ya con la convivencia de mis hermanas, que viven ahí, mi mamá, mis hermanos que estaban, entonces ya fui viendo la realidad, vida en familia y me fui olvidando…
¿De la depresión?
Sí, de la depresión, horrible. Sí, porque ya todos los días mi mamá se levantaba en la mañanita, me da mi bendición, me da mi beso acá en la frente. Acá está tu desayuno, me da mi desayuno, mi pan con torreja, con tortilla, lo que sea. Entonces eso fue me fue alejando de todo eso y hasta qué ya vino Vicky a mi vida y disipó todo y borró todo. Todo lo borró ella, todo, con la ayuda de mi familia claro está. Mi mamá y mis hermanos la adoran a ella. Inclusive ahora sí Cecilia me dice, como ya la conoció, ahora sí te doy el divorcio, ahora sí.
Ah mira, para que te cases con Vicky…
Sí, con ella sí, ella sí… Definitivamente sí me quiero casar con ella…
O sea, ¿ya le diste la roquita, el anillo de compromiso?
Ya, en España. La llevé, le pedí la mano. Le compré un anillo, me acuerdo en el mercado Central, pero no le digas a nadie. Costaba 3 soles. Hasta le compré su cajita roja también, bien bacán. Con lápiz le puse ahí ‘24′…
Te mato…
Pero primero tienes que echarle cera abajo del anillo para que grabe, 24 y ahí con púrpura le pones. Cuando la mujer está emocionada…
¿Cómo que cuando la mujer está emocionada? Te ahorco por Dios…
Escúchame, le pongo el anillo en España, el día que le pido la mano en Barcelona o Madrid creo, ay amor me dice, no hubieras gastado tanto. Un sol costo… No voy a mentir, El que vendía me dijo, ‘Kike una fotito te lo dejo en un sol’. Ya, le dije…
¿Una fotito, te lo dejo en un sol? No Señor, por Dios, pobre Vicky
Ella no sabía. ¿Dónde se dio cuenta? Cuando se bañaba a cada rato se fue despintando esa huevada. Me dice amor, por qué me queda eso como lápiz. Dios me han estafado.
Qué malo por Dios, ¿pero le vas a comprar uno bonito?
No, claro…
Tiene un valor sentimental para ella…
Escucha, la piedra era vidrio con esmalte
Todavía con esmalte…
Para que brille y yo le ponía una linterna encima para que brille más. Mira amor, ay qué bonito mi amor no te hubieses molestado. No tranquila…
Cuentero, cuentero…
Pero le voy a comprar su anillo.
Y tú con todos los problemas que has tenido, ¿cuántos trabajos dejaste? Porque tú has tenido problemas, te sacaron de América una vez…
A mí nunca me han votado. Nunca. Jamás me han despedido por el desempeño, pero sí me han separado dos veces, porque estaban dentro de tu empresa. No puedes tener a un tipo en tu empresa que esté denunciado por tal o cual motivo. No lo separas por la capacidad ni por el desempeño que hace en tu empresa, tú estás feliz por el trabajo que hace, pero por motivos de ética y por motivos de reglas del canal, qué sé yo, no puedes tener a una persona que está denunciada por tal motivo por más buen trabajador que sea.
Nunca me han despedido por un mal trabajo, por mal desempeño. Me han separado como siempre me han dicho por temas en los que se me ha involucrado…
¿Pero también pueden estar tranquilos que vas a llegar a tu horario?
No, yo me levanto a las 6 de la mañana, 5 de la mañana estoy de pie y quiero aprovechar este espacio Carlita para agradecer enormemente a Ernesto Pimentel. Agradecerle sobremanera. Ernesto es un tipo que siempre creyó en mí, él no tuvo ni un segundo de duda que yo fuera inocente, jamás lo dudo.
Ernesto siempre estuvo conmigo, pero tenía que separarme del programa, porque era una denuncia bastante delicada yo podía ir preso inocentemente. Ernesto siempre creyó en mí, siempre me atendió la mano, siempre me dijo Kike yo estoy contigo, tranquilo esto se va a solucionar, porque confío en ti y creo en ti, pero yo no puedo hacer absolutamente nada porque son reglas del Canal y sé que vas a salir bien de esto. Ernesto en todas las acusaciones que he tenido en las dos veces que me han separado, siempre confío en mí y eso se agradece. Ernesto, Julio Zevallos, la producción, Miluska también, mis compañeros. Ellos sabían cómo soy yo, sabían que era algo monstruoso que me estaban haciendo
¿Y has pasado un momento muy duro con toda esa situación?
Sí. Yo esperaba que el Ministerio Público haga su trabajo, que oficialicen una investigación de oficio en contra de la persona que hizo esto, de oficio tenía que ser, porque si nadie hace nada y uy ya hice esto y ja ja ja, disculpando la palabra, me cagué en el Ministerio Público, hice esta denuncia. ¿Y si me metían preso? Ahí la fiscalía tuvo que actuar de oficio inmediatamente, tuvo que actuar de oficio el Ministerio de la Mujer. Yo creo que las leyes están para todos y es por igual.
El tío Melcocha ha dicho de ti que eres uno de los mejores cómicos que hay, casi como un sucesor de él…
Si lo dice Melcocha, es un halago…
Que en su momento te faltó disciplina…
Nadie puede suceder a Melcocha. Melcocha es único, para que nazca otro Melcocha tienen que pasar mil años, para qué nazca otro Barraza, uy mil años. Yo no puedo reemplazar a Melcocha ni a Miguel ni a nadie, porque son únicos y para mí es un halago que lo diga un monstruo del humor.
Manolo también me aconseja. El que siempre, y esto nadie lo sabe, quién nos da todos los chistes en el ‘Reventonazo’. Mira yo soy creativo, Manolo Rojas es un monstruo creando, Fernando también es un monstruo. Yo también soy muy creativo, Manolo, Fernando y yo somos creativos. ¿Y sabes quién no sopla chistes todo el programa? La chola Chabuca.
¿Qué opinas de ‘Recargados de risa’?
Sin palabras, súper emocionante súper agradable.
¿Cuánto te pagaban que en esa época? Era la plata. Manolito dijo acá que ganaba 23 mil dólares, ¿y tú?
Tenía para comprar un edificio.
¿Qué compraste, cerveza?
No te digo que todo lo repartía, en ese tiempo no tomaba tanto.
¿Cuánto era tu sueldo ahí?
Era fuerte
¿15, 10?
Más. Aparte de la mensualidad del canal, los contratos, aparte la gratificación, aparte utilidades
¿Bonificaciones también recibían?
Salían dos sobres de manila así, pero todo lo repartía con mi familia, con mis amigos…
¿Y has guardado o no has guardado?
No, para qué, nada. Todo lo daba, siempre lo daba. Si no pues tuviera un buen carro, tuviera pues ropa de marca. Nunca, nunca guardé.
¿Ernesto Pimentel? Que ya me acabas de decir algo, pero tu amigo…
Ernesto un ángel.
¿Tripita?
Mi maestro…
¿Loncherita?
Mi hermano…
¿Vicky Torero?
El regalo de Dios a mi sufrimientos…
¿La plaza San Martín?
Mi segunda mamá
¿Te enseño todo, no?
Sí, a reír, a llorar, a pasar…
¿Ahí en la plaza tuviste alguna exposición de alguien que se quisiera sobrepasar contigo?
No, no, no, nunca. Siempre me respetaron, siempre y yo también respetaba a los otros.
¿Ya cómo se llama tu catedral?
Victoria.
¿El trago?
Lo peor que me pudo pasar definitivamente.
¿Los ambulantes de la risa?
Mi parque de diversiones.
¿Efraín Aguilar?
Maestro.
¿Los cómicos ambulantes?
Mis amigos.
A veces vas a la plaza y haces shows también, ¿no?
Claro. Tú no puedes perder tu esencia, no puedes perder tu calle. No puedes perder el aplauso de la señora que no tiene nada y se para ahí para reír, el aplauso de esa mujer que no tiene un centavo para darle a sus hijos, del otro que tiene problemas, porque la gente cuando va al teatro, todo el mundo paga su entrada, pero en la calle no.
¿José Luis Aguilar?
Mi papá, mi gran jefe.
¿Mónica Zeballos?
Hermana de Ernesto.
¿Te supo aconsejar bastante?
Sí. A Ernesto Pimentel y a Mónica Zeballos las tengo al mismo nivel. Me dieron tanto, me abrazaron tanto.
¿Magaly Medina?
Me da pena por su futuro. No le guardo rencor, pero me da pena por lo que le va a venir. Me da pena, porque es un ser humano. Con lo que está haciendo, ella no sabe lo que se está cargando, lo que le va a venir no se lo deseo a nadie. De alguna manera somos hijos de Dios, somos seres humanos. Entonces, no vas a desear a nadie que la pase mal. A mí me da pena, no tristeza, porque es diferente, me da pena lo que le va a tocar.
A ver, vamos con lo último. ¿Con quién no trabajarías?... Kike está que la piensa
Con algunos cómicos ambulantes, serán dos o tres, no, no trabajaría. No digo nombres, pero no, para nada, no trabajaría. Lo que me han demostrado, me han hecho durante mi periodo de desgracia, se alegraban y aplaudían. Ahí nomás los tengo.
¿Ha sido mujeriego o eres mujeriego?
He sido.
¿Ya colgaste los chimpunes?
Ya, desde que conocí a Vicky. Excepto lo de Tacna
¿Alguna Locura de amor? No me digas la del anillo que te cuesta un sol…
¿Con la actual o con interiores?
Con quien sea… Cuéntame
Es que hice tantas cosas. Con Vicky nos fuimos de paseo en bote al Callao, a la isla. Invierno, el agua heladita, la gente ahí y me caleteé delante de todos en el bote y me tiré solo para que Vicky que me vea.
Sí es locura. ¿Si tuvieras la oportunidad de hacer una escena de amor o con quién de la farándula te hubiera gustado tener un romance?
Lo que pasa es que después de Vicky no veo a nadie.
¿Qué? No puedo creerlo.
Te lo juro.
¿Tanto te han cambiado? ¿Eres tú Kike?
Te lo juro, yo estoy templado. No, no me imagino fuera de Vicky. No sé, no, no me veo de pronto si no es Vicky, no me siento.
¿Es tu complemento?
Sí es lo que Dios me mandó. Dios es sabio y sabe lo que necesitas y te lo da exacto. Me mandó la mujer precisa, en el momento en que yo estaba en el hoyo, ahogándome. Fue la mujer que creyó en mí, fue la que me fue a ver a la cárcel cuando yo le decía amor soy inocente, yo creo en ti me dijo, tranquilo vas a salir de esta. Salí me acuerdo de la carceleta, sin zapatos, con unas sandalias, en buzo, sin un sol en el bolsillo, porque me habían desfalcado todo, en pandemia todavía y durmió en el suelo conmigo. Yo salí a vender chocolates a la calle ya teniendo, entre comillas, fama y haber ganado mucho dinero, así me aceptó.
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