Karla Tarazona y el empresario Rafael Fernández, el ‘Rey de los huevos’, se casaron ayer de manera sorpresiva en la Municipalidad de La Molina, tras cuatro meses de relación. La pareja tuvo un enlace civil en una sesión protocolar donde solo estuvieron los novios y testigos, y posteriormente hubo una ceremonia espiritual.
Karla, felicidades por la boda….
Gracias. Soy la mujer más feliz del mundo, amo a mi esposo y puedo decir que como mujer me siento plena porque encontré a un gran hombre, que me empuja para seguir avanzando. Los tiempos de Dios son perfectos. Rafael ama a mis hijos y ellos lo adoran.
Muchos han quedado boquiabiertos por la boda. ¿Estás embarazada?
No. Estoy feliz, amo a mi esposo, es el amor de mi vida y mis hijos están felices.
USÓ DOS VESTIDOS
Trome tuvo acceso a los detalles de la sorpresiva boda civil, que empezó ayer muy temprano, pues los novios llegaron a las 5 de la mañana a la Casa Fernandini, en el Centro de Lima, donde se alistaron y realizaron una emotiva sesión de fotos.
Además, Karla usó dos vestidos. El primero para el acto civil, confeccionado por la diseñadora Cinthia Vigil y valorizado en 3 mil dólares. Luego otro para la ceremonia espiritual, hecho por el diseñador Xayiré Fuentes y valorizado en 4 mil dólares.
Después los novios se dirigieron a su lujosa residencia de La Molina, donde hubo una ceremonia de votos matrimoniales frente a sus hijos y familiares.
“Solo tú y yo sabemos que no existen barreras para vivir una historia real y sincera. Este primer gran paso lo hacemos nuestro, íntimo, mágico y puro. Eres aquella personita que encaja como pieza perfecta a mi vida, la mujer que siempre quise a mi lado y, aunque suene cursi, la que siempre busqué en mis sueños”, fueron las palabras que le dedicó Rafael a Karla, quien se emocionó hasta las lágrimas.
Posteriormente compartieron un almuerzo, que consistió en ensalada caprese, risotto con lomo como plato de fondo y de postre helado de arándanos con miel de higo, que es tradicional de Chincha, ciudad natal del ‘Rey de los huevos’.