Jimena Lindo, de lunes a viernes, se mete en la piel de la malvada ‘Iris’ y la sufrida ‘Rosa’, a través de la telenovela ‘Mi Esperanza’ y esta doble interpretación ha sido ‘bien recibida’ por el público, que en las calles la felicita. Dice que disfruta trabajar al lado de la pequeña Alessia, a quien califica de ‘capaza’. Cuenta que a sus 42 años, su vida personal y sentimental es excelente.
¿Cómo se puede ser ‘Iris’ y ‘Rosa’ en la novela ‘Mi Esperanza’?
Me pareció interesantísimo hacer de unas hermanas gemelas, es algo legendario a nivel de la cinematografía, la literatura. Es algo mítico, retador y atrevido, porque son dos personalidades distintas. ‘Iris’ tiene una larga vida en la novela y ‘Rosa’ una vida trunca, pero aparece en el transcurso de la historia.
Es un trabajo retador, analizar y construir dos personalidades tan diferentes...
Sí. ‘Rosa’ es una mujer que decidió vivir su propia vida, pues no podía seguir bajo las alas de una madre absorbente. Lleva una vida humilde y se hace independiente para tomar sus decisiones. En cambio, ‘Iris’ es una mujer que quiere satisfacer a su madre, pero nada de lo que hace le alcanza, porque ella siempre le remarca que su favorita es ‘Rosa’.
¿Cuál te gusta más?
‘Iris’ es un personaje complejo, porque es una personalidad rota. No es mala porque sí, tiene el corazón destruido desde niña y eso la lleva a tomar las acciones que se ven. Además, es una víctima de su madre.
‘Iris’ tiene una carga fuerte. ¿Te agota el personaje?
Desde hace unos años todos mis personajes los hago divirtiéndome, no hay otra manera.
Así puedes estar ‘liberada’ y llegar muy tranquila a compartir con tu familia...
Tenía un maestro que siempre me decía: Debes tener una vida privada que valga la pena, entonces, puedes hacer las escenas más fuertes del mundo. Antes me desgastaba y lo llevaba a mi vida privada, ya no quiero. Mi hijo, mi familia, es lo que me importa.
¿Y el público cómo ha tomado tu personaje de ‘Iris’, qué te dicen en la calle?
Me paran un montón en la calle, se nota que la novela ha pegado mucho, pero me dicen cosas bonitas... bueno, aún.
¿Qué te parece la pequeña Alessia?
La pequeña es una maravilla, enamora en la pantalla. Mi hijo y la hija de mi marido, que tienen 8 y 9 años, están fascinados con ella. Es la primera novela que ven en su vida y están pegados, dicen que es una ‘ternura’ y viven todo lo que sufre ‘Esperanza’. El otro día se escapaba de ‘Iris’ y le decían a la pantalla: corre, huye.
Tan pequeña y talentosa...
Alessia es una niña increíble, me sorprende, es una actriz innata, inteligente, ‘capaza’, me saco el sombrero por ella. Va a seguir creciendo, tiene un entorno favorable con una madre maravillosa que tiene los pies en la tierra.
¿Qué reflexión nos puede dejar ‘Mi Esperanza’?
Esta tragedia de una niña de seis años nos debe abrir los ojos para mirar el tema de la violencia hacia los niños y que está presente en nuestra sociedad. De ahí parten muchas cosas, muchos problemas; si no cuidamos a nuestra niñez, qué tipo de adultos podemos esperar.
¿También dictas talleres de actuación?
Sí y he descubierto que me encanta. Lo hago para no actores y empresarios, que son casi el 80 por ciento de mis alumnos, y que ahora son abogados, economistas..., todo porque sus padres no querían.
¿Te identificas con eso?
Claro, mi papá no quería que estudiara, pero lo agarré un poco viejito, y yo era terca, me enfrentaba mucho, entonces, no podían conmigo. Mi papá tiró la toalla y me dijo: ‘Haz lo que quieras’, pero resultó. Ahora está orgulloso.
Hay que ser muy persistente...
Mucho. Si ahora es una carrera compleja, pues imagínate en los 80, 90, mi papá me decía: ‘De qué vas a vivir, qué vas a hacer’. Hoy en día no hay trabajo para todos, siempre hay que buscar qué hacer, no hay gratificación, ni seguro, y mil cosas más.
¿A tu hijo le gusta la actuación?
Mi hijo alguna vez ha hecho un taller de teatro y cuando ha dicho un texto, he pensado, este es actor. Es talentoso, su papá (Daniel Neuman) también es actor, pero quiere ser youtuber, surfer. Yo lo dejo y poco a poco se irá conduciendo, pero lo apoyaré en lo que quiera.
¿Volverás al cine?
No tengo pendientes, lo último que hice fue ‘Locos de amor’, pero algo se dará.
A esperar...
Tampoco a esperar sentado, en la vida tienes que moverte para que las cosas se muevan, siempre he creído en eso. Cuando he querido trabajar con alguien, sin vergüenza se lo he dicho. Oigo a gente que dice ‘no tengo chamba, no me llaman’. Y les digo: ‘Llama y pide que te hagan un casting, uno pide chamba, no pide plata ni limosna’. El agua estancada se pudre, todo tiene que fluir.
Así como tu vida personal...
Es excelente, estoy en una nueva etapa hace un par de años (de relación con el músico Manolo Barrios), la disfruto muchísimo, es rica, bonita, con mucho amor, cariño, comprensión, compañía y la estoy viviendo al máximo. Creciendo juntos, en compañía.
¿Piensas volver a ser madre?
No, ya fue... no hay manera. Tengo uno y mi marido tiene dos, somos como una gran familia. Pensar en volver a empezar, para mí, no es una posibilidad, voy a cumplir 42 años y lo único que quiero es trabajar, disfrutar, viajar. La etapa de estar embarazada ya pasó, en este momento estoy deseando otras cosas.
¿Y volver al extranjero?
Solo para ir a divertirme, para chambear temporalmente, pero para vivir con una mano adelante y otra atrás, no, ya pasó esa etapa. Fue dura, pero hermosa, lo volvería a hacer si tuviera 24 años, pero estoy en otra cosa.