SORPRENDIDO. arribó a Lima junto a su pareja Silvia Núñez y su pequeña hija Zoe para la firma de su libro ‘Los Genios’ en la emblemática Feria del Libro. En su columna “Pensé que ya nadie me leía”, el escritor peruano cuenta lo agradecido que está con el público más joven que aún lo prefiere y lo ha recibido de la mejor manera.

Jaime Bayly: entrevista exclusiva TROME
Mira la entrevista exclusiva a Jaime Bayly.

“Es un éxito de ventas, ha vendido millares de copias, desde luego termino firmando también las inevitables ediciones piratas. Resulta alentador que tantos de mis lectores sean jóvenes. Resulta inspirador que muchos me digan que alguna de mis novelas les mejoró la vida. Resulta arduo dar consejos cuando me los piden”, menciona.

Jaime Bayly revela cuál es el consejo que le da a una nueva generación. El también periodista reafirma que desconoce si es un buen escritor, pero asegura que es un buen amigo con sus lectores, pues les sabe dar el trato que se merecen.

Suelo decir: sé libre, sé feliz, sé tú mismo. Luego me siento un charlatán. Tras la firma, viene la foto, o las fotos, y a menudo los mensajes de voz en los que debo fingir efusiones de afecto por personas que no conozco en modo alguno. No cualquiera aguanta tres horas firmando, sonriendo, grabando saludos y parabienes. Mis reservas de paciencia y humildad, de sonrisas inagotables, provienen de mi santa madre: ella me enseñó a sonreírle siempre a quien está desesperado por una mirada amable, por una sonrisa compasiva”, remarcó.

Jaime Bayly consuela a lectora que lloró al conocerlo. (Foto: Revuelta Editores)
Jaime Bayly consuela a lectora que lloró al conocerlo. (Foto: Revuelta Editores)

JAIME BAYLY Y SU ANÉCDOTA CON POLICÍAS PERUANOS

En otro momento de su narrativa, Jaime Bayly cuenta que fue intervenido por la Policía del Perú, sin embargo, aclara que no fue por una infracción sino para que se tomen una foto juntos.

“Hacia las once de la noche, me esperan en el restaurante a tres cuadras de mi apartamento. Ya saben lo que voy a pedir: la carne de res tan suave que se deshace en la boca, acompañada de puré de papas y arroz (de nuevo arroz, qué bendición), y de postre, el limón de convento. Caminando a mi casa, me detiene la policía. No he cometido infracción alguna, no me imponen una multa, los agentes desean hacerse unas fotos conmigo. A la orden, oficiales, siempre a la orden”, concluyó.

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