La salsa es como el pan, gusta a todos. Y quienes la interpretan suelen quedar inmortalizados con sus canciones. Willy Rivera es un sonero peruano que ha sabido ingresar al gusto de la gente. Esta es la historia de un cantante único, nacido en el Callao, que dribleó a la pobreza y logró abrazar el éxito.
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Willy, ¿eres cristiano?
Sí, pero no soy marciano.
¿A qué te refieres?
Cuando recibí al Señor estaba necesitando una respuesta.
¿Qué estabas pasando?
Tenía desórdenes de infidelidad.
¿La fama trae todo ello?
En todo ámbito sucede, siempre estamos tentados, trabajemos en lo que trabajemos.
¿Problemas de drogas?
Nunca me llamó la atención.
Sigue contando ese encuentro con Dios...
Fui donde un pastor canadiense que me dijo: “El amor es benigno, sufrido y no hace nada indebido”.
Llegaste al lugar indicado...
Sí, pero a veces se vende el discurso de que Dios te solucionará todo.
¿Entonces?
Él permite los procesos y es ahí cuando uno aprende.
¿Te dijo algo más?
Que la salsa era cosa del diablo y que la deje, porque es negativa.
¿Fue pedirte algo imposible?
Tú sabes que el negro es ‘cumbanchero’.
Dirás afrodescendiente...
Sigo diciendo lo primero.
¿Entonces solo la gente de ese color puede cantar salsa?
No, también están Jerry Rivas, el finado ‘Cano’ Estremera, aunque digo que son blancos sospechosos porque tienen el sabor de los negros.
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¿Para sonear hay que tener calle?
Y jugársela...
¿Ejemplo?
(Canta) “La salsa es africana y se entrega en tambores de sonidos/Y sabores, como una ensalada y mezcla/ Que al final de los setenta, en Nueva York fue como un grito latino en Estados Unidos...”.
¿Qué debe hacer el sonero?
Tiene que rimar con cosas que dice en el momento.
Si el barrio suma, entonces dime de dónde vienes...
Nací en el Callao, en el barrio de Canadá, que cada vez que se sale el mar se llevaba los arcos de tierra.
Zona sufrida...
Mi piso era de tierra, mi techo de calamina.
¿Qué otras carencias?
No había agua potable. Hoy lo cuento con gracia, pero era pobreza extrema.
¿No tenías baño?
Agarraba papel periódico y me iba a la pampa.
¿Cómo conservaban el agua?
Llenábamos el cilindro que en fiestas se convertía en un tambor.
¡Ya llegamos a la música!
Escuchaba a Héctor Lavoe y Willy Colón. Los trombones todavía suenan en mis oídos.
¿Y cantas de siempre?
En el colegio ‘José Olaya’ era dibujante.
¿Cómo nació el cantante?
Estaba trabajando en una agencia de publicidad y me avisan que en Comas necesitaban una voz y me fui a probar.
¿Te aceptaron?
Sí, me avisaron que nos presentábamos el fin de semana, luego pasé a ‘La Selecta’.
¿Qué vino después?
Una noche, mientras cantaba, se acercaron dos señores a decirme que iban a formar la orquesta ‘Sensual 9:90′ y deseaban contar conmigo.
¿Cómo siguió todo?
Me avisaron que grabaría ‘Tengo todo excepto a ti’, ‘Deja que caiga la noche’ y ‘Por ella’, que es composición mía.
Empezaste con el pie derecho...
Para nada. Cuando comencé a grabar ‘Tengo todo excepto a ti’ no llegaba mi voz. Me dieron ron y nada.
¿Cómo reaccionaste?
Estaba derrumbado, lloraba y el director me dice: “Hay una solución, ya no grabarás ese tema, a cambio lo harás con ‘El cariño es como una flor’”.
¿Te lo dieron?
Fue porque no estaba entre las canciones que iban a promocionar.
Y sucedió todo lo contrario...
Lo escuchaba en la radio toda una tarde, subiendo a un bus.
En esa canción hay una frase: ‘Se te sale Willy...’.
Nació porque un músico, cada vez que tocaba, sería por angustia o tensión, se mojaba el pantalón.
Grabaste un tema para ‘El Señor de los Milagros’ y tú eres cristiano...
Siempre digo que hay que ser tolerantes y que Jesús no vino a matar, sino a sacrificarse por nosotros.
Un gran abrazo
El mejor año para los lectores.
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