Por donde pasa, genera tumultos, emociones, gritos y celebraciones. Es la protagonista de una telenovela exitosa y ella lo asume como un momento feliz. Patricia Barreto es ‘Maricucha’, la muchacha hiperactiva que nos encandila de lunes a viernes por ‘América televisión’ y que está vez sale del personaje y muestra su interior, ese que hace que su presente camine por la alegría de saber que está en la ruta correcta.
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¿Te gusta ser famosa?
Nunca busqué fama ni que me reconozcan.
Para algunos actores esa es su motivación...
Depende de qué tipo de artista quieres ser.
¿Cómo sientes esa llama artística?
Mi arte me llena y me construye.
¿Ya superaste el millón de seguidores en Instagram?
No me preocupa alcanzar esa cifra o algo más.
¿Por qué?
La respuesta del público se ve en la calle.
¿Y cómo se expresan?
Me gritan cosas lindas como: ‘Maricucha, te amo’ y antes era ‘¡Habla, solterona!’. Prefiero como ahora, je, je.
Eso de solterona viene por la película, ¿te presionas con tener pareja?
Ya no.
¿Qué cambió?
Tengo una edad de ser libre y tomar decisiones conscientes y maduras.
¿En qué etapa estás?
Tratando de conocerme y tener una amistad sana conmigo misma.
¿Qué cambiarías para llevarte mejor?
Soy muy impaciente, ansiosa. Lo quiero todo para ese mismo instante.
¿Qué se siente ser el centro de las miradas?
Esto de ser famosa, tener el protagonismo, es una ola, algo de un momento.
Todos consideran que vas de la mano con el éxito...
He sido actriz de teatro y me sentía exitosa.
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Para algunas mujeres, ser mamá es la felicidad.
En mi caso es estar en armonía y tranquilidad, estar en paz.
¿Los chicos se alejan al saber que eres la actriz principal de una serie exitosa?
Me he vinculado con chicos que no ven novelas ni series.
¿Cómo reaccionas al fervor de la gente?
Me ha pasado que he estado cenando y me piden fotos. Es bueno eso, por quien soy y lo que hago.
En ‘Maricucha’ tienes muchas salidas ante situaciones difíciles, ¿tienes barrio?
Desde chica.
¿De qué zona?
Residencial Bancarios, entre la Universidad Católica y San Marcos.
Esa zona se ‘achoró’ cuando llegó la gente de ‘La Huerta perdida’...
Claro y en la noche corría bala y era un sálvese quien pueda.
¿La presencia de esas personas te cambió?
Lo disfruté bastante, porque pude tener una mirada distinta de la vida.
¿Cuándo aflora tu lado ‘achori’?
Cuando veo una injusticia o se están pasando de la raya. Me pongo como una fiera.
¿Sacas a relucir tu verbo florido?
Suelto mis ajos y cebollas.
Cada nueva serie, telenovela o película, ya sabes que cambias de nombre...
Mis personajes trascienden a mi nombre. Pierdo un poco la identidad.
¿Y cómo vamos con la música?
Bailo todo tipo de ritmo.
¿Salsa que bailas sí o sí?
Esa que dice ‘La papeleta’ (Amor de etiqueta) de la Caro Band, los temas del grupo Dan Den o de la Charanga Habanera.
Eso es bien cubano y se mueven mucho las caderas.
Bailo con todo y hasta el día siguiente.
¿Otro hobby?
Viajar es lo que más amo. Llegar a Suiza y Holanda ha sido bello. Cajamarca también tiene paisajes hermosos.
¿Qué es lo lindo de ser actriz?
En lo personal creo que es disfrutar distintos personajes. También crear, analizar y contar historias.
¿Algo más?
Las historias ayudan a que la gente se identifique y evolucione.
Muchos dicen que son representaciones y no hay nada del actor...
En cada personaje pongo mis emociones y son ellas las que están en juego.
La penúltima, ¿Qué es el amor?
Aquello que te da paz y ella es la felicidad.
Un gran abrazo...
A ustedes por la entrevista.
Final de una charla intensa, donde ella se animó a mostrar ese interior calmado y con pausa que lleva dentro. Patricia parece pertenecer al grupo de seres a los que se refirió el genial filósofo Lucio Séneca: ‘Nada hay que tanto aproveche como no perder el sosiego, y hablar muy poco con los demás y mucho consigo mismo’.