Gisela Valcárcel cuenta que escribe su historia con cada amanecer, corriendo tras el viento y dejando atrás el cubo de cenizas que a sus 54 años no está interesada en reavivar. La ‘Señito’ se reinventa emocional y físicamente, está más delgada y embarcada en un nuevo proyecto televisivo (‘El artista del año’) y con otros tantos por desarrollar. Actualmente no tiene pareja, pero se siente feliz y no desea releer historias que se convirtieron en un periódico de ayer.
Gisela, estás regia, ¿bajaste más de peso?
Sí, aunque acabo de comerme un dulcecito (una tartaleta de fresa) y es que no me puedo privar de un antojito, pero estoy entrenando fuerte. Ahora me veo más tonificada porque cuando pierdes peso, se te pone todo flácido.
¿Estás haciendo funcional?
Sí y es bien duro. Me ha costado, me duelen los costados, la espalda, las rodillas y, si alguien empieza a hacer esta rutina como yo, le digo que le va a doler pero que no se detenga, sigan...
¿Cuánto tiempo dura tu rutina?
45 minutos. Empecé en febrero y no por el programa, sino porque cuando uno se va haciendo más grande todo se le va cayendo y empieza a aparecer el ‘brazo de murciélago’ (ríe).
Algunas personas que ya pasan los 50 años pensarán que no pueden hacerlo.
Por eso he publicado algunas cosas en mi cuenta de Instagram para que alguien de mi edad sepa que sí se puede. Tengo un entrenador que me ayuda con la rutina y otra persona que me asesora con la comida y, si sigo así, ya me han dicho que en 10 meses puedo participar en el ‘Iron Man’ (natación, ciclismo y running).
¿Cuánto estás pesando?
Estoy en 56.5 y sigo poniéndome durita.
Y tanto arreglo, ¿es por algo especial?
Por nada, bueno sí, es porque quiero sentirme mejor y lo estoy disfrutando, hay que sonreírle a la vida, ser feliz sin pensar en el ayer.
Hablando del ayer, hace unos días Ethel dijo que perdonaste a Roberto Martínez, pero ella no porque siente que la traicionó. ¿Eso te chocó?
No, ¿por qué? Al contrario, Ethel hace cada día que la respete más. Tenemos pensamientos distintos y me parece bien. Igual pasa con mis hermanas y mamá.
Ahora Ethel ya no está con Franco Cabrera, ¿te entristece que esté sola?
Para nada. Ethel y yo compartimos muchas cosas, somos amigas, me confía sus cosas, pero uno no depende de otra persona para ser feliz. La felicidad viene de nuestro interior. En la vida, la persona que está contigo no siempre es la correcta, quizá aparezca o quizá no, finalmente lo que sabemos es que hay que vivir con el corazón agradecido, lo que pasó, pasó. La realización es personal, yo he llegado a entender eso y ha traído por consecuencia que mis días sean completamente distintos, que tengan una ilusión con cada despertar.
¿No hay tristeza, pena ni rencor?
No, mentiría para hacerme la víctima, a mí no me gusta que me vean como la pobrecita. Todos, hombres y mujeres, debemos entender que la felicidad no se logra en función de otro o porque estés con alguien. Yo me casé dos veces y no fui feliz y aquí estoy. Puedes dormir con una persona en la misma cama y subir una foto al Facebook y aparentar que todo es bello cuando no es así, yo no quiero ponerme más esa careta.
¿Y sigues sola?
Sí, estoy sola, no tengo pareja desde hace 10 años y no la pienso tener y puedo decirles que duermo feliz en mi cama.
¿No hace falta un hombre al lado?
El otro día, una amiga que está pasando por una separación me preguntaba cómo había superado que mi pareja se fuera con otra y yo le respondí: no solo se fue con otra, sino que en mi cara se casó, pero todo se supera.
Es fácil decirlo, pero asimilarlo no es así de práctico.
Claro que no, pero esto se convierte en tu entrenamiento personal para poder superarte, para seguir adelante. Yo estoy agradecida con que en ese proceso haya tenido a Dios y buenos amigos que me han ayudado a avanzar, porque si alguien puede levantarte es Dios. Muchas o muchos pueden lamentar que alguien se comió tu pan y te la pasas preguntándote por qué, eso no es productivo. Lo productivo es decir si ya se lo comieron, entonces voy por otro.
¿Se trata de cambiar el mañana?
Claro, porque lo que pasó ayer, ya fue. Si estoy bien, los que amo estarán bien, para qué vas a leer un periódico de ayer, como dice la canción (de Héctor Lavoe)...Pa’ qué