Fernando Zevallos, director La Tarumba. (Foto: Gian Ávila)
Fernando Zevallos, director La Tarumba. (Foto: Gian Ávila)

Cuando la pasión nos domina, la felicidad se vuelve una constante. El dedicar toda una vida al circo y tener al Perú como eje central de un espectáculo se ha convertido en un ‘sueño’ del que Fernando Zevallos no quiere despertar. Estar al mando de es más que un trabajo, es dar la oportunidad a otros para que puedan demostrar sus habilidades artísticas.

Crear el espectáculo de La Tarumba, en 1984, lo hizo replantear el concepto de circo en nuestro país. 30 años después, se mantiene firme en su objetivo de hacer que los peruanos asuman como propias todas las expresiones culturales que, en el camino, se han dejado de lado.

“En el caso de La Tarumba, la tenacidad, la constancia, la pasión por el circo y por el teatro creo que han obrado casi, diría yo, un milagro, si fuera creyente. Soñábamos, desde un inicio, con la carpa, con trascender y llegar a más gente. Ahora que hago una revisión a lo largo de los años, por más que una vez haya soñado con un momento así, creo que la realidad está superando los sueños”, comenta Zevallos.

Muchos califican a las danzas como 'pintorescas' y 'coloridas' pero son mucho más que eso. Detrás, existe una riqueza histórica de la cual no todos somos aún conscientes. 

"Quisiera que el público valore esas expresiones peruanas por su calidad artística, por su calidad creativa, por su filigrana, para utilizarlo como metáfora. Porque la elaboración de los vestuarios ya son obras de arte, la música, el canto, las danzas, son resultado no de una moda sino de algo que se ha moldeado a lo largo de miles de años", agrega.

"Sería un pecado no tomar como inspiración al Perú cuando nos ofrece una variedad y riqueza de expresiones artísticas que ya quisieran tener en otros países", sostiene enérgicamente 

Presentar un espectáculo basado en el folclore peruano puede parecer un riesgo. Gran parte del público actual no acostumbra llenar los teatros cuando se presenta un grupo de bailarines de Huaylas o Marinera. Algunos empresarios optan por hacer prevalecer el entretenimiento sobre la cultura, con tal de obtener las ganancias estimadas. Fernando decidió ir contra la corriente.

“Nunca lo consideré que el show sea un riesgo, pero es cierto que cuando se crea la Tarumba, en un inicio, la gente no exteriorizaba su orgullo por lo peruano. Felizmente no fue el caso de los actores que me acompañaron. En el primer espectáculo 'La piedra de la felicidad', la música eran valses, marineras, festejos, tonderos. Eso llamó la atención y a partir de allí el público comenzó a despertar su curiosidad por ese joven grupo de payasos en ese momento”, agrega emocionado.

A pesar de gozar con reconocimiento del gremio extranjero, Fernando Zevallos no tiene como meta principal triunfar en el exterior o hacer extensas giras por el mundo, al contrario, él quiere ser 'profeta en su tierra' y demostrar que podemos ser capaz de ‘pensar en grande’.

"Me parece más importante, primero, trascender en tu propio medio y trabajar realmente por destacar los valores que tenemos como cultura peruana. Para mí, ese es el principal reto, desde el circo. Creo que, con trabajo y responsabilidad, los peruanos vamos a poder ver expresiones nuestras teniendo éxito en los principales escenarios del mundo, confío en eso. Si me toca a mí, la pasaré bien y si no, si le toca a otro, lo celebraré", precisa.

Fernando Zevallos no puede concebir la idea de vivir alejado del circo. Dedicarse en cuerpo y alma al arte es lo mejor que sabe hacer o, como el lo menciona, 'es lo único'.

“No soy un talentoso para el circo, soy un bruto para el resto de las cosas. No sé hacer otra cosa y soy feliz haciendo esto”, finaliza entre risas.

EL DATO: La temporada 2017 de 'La Tarumba: Bandurria' se extenderá hasta el 10 de setiembre en el Centro Comercial Plaza Lima Sur, de Chorrillos.

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