Ethel Pozo (fotos: Allengino Quintana)
Ethel Pozo (fotos: Allengino Quintana)

Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila

Hoy se cumplen 18 años desde que l apareció en televisión en el programa ‘Aló Gisela’, que conducía su madre. A partir de ese instante fue conocida como la hija de la ‘diva’. El tiempo pasó y ella buscó hacerse un nombre sin aprovechar el apellido famoso. Hoy los éxitos la abrazan y ella comprende que valió la pena el esfuerzo para ser reconocida simplemente como Ethel Pozo.

¿Recuerdas tu primera ‘chamba’?
Mesera en una pollería.

¿Te pagaban bien?
Como a todos los trabajadores.

¿Quién era el dueño?
Mi madre.

Imagino que laborabas menos horas que el resto...
Del mediodía hasta las siete de la noche. Todo el primer turno tenía ese horario.

¿Tuviste algún favoritismo por ser la hija de ‘Gise’?
Nunca. Lo que he podido hacer fue por mi propia capacidad.

Insisto, ¿tu mamá nunca abogó por ti?
Ella me dejó una herencia: saber trabajar.

¿Otra de tus ‘chambas’?
Pasé muchos años animando fiestas infantiles.

También fuiste actriz de películas...
Tuve un papel de periodista en ‘Tinta roja’, también en ‘Loco cielo de abril’.

¿Ocupada todo el día?
Tengo una gerencia en la empresa ‘GV’, grabo mi programa ‘Mi mamá cocina mejor que la tuya’ y ahora ensayo para la presentación de la obra ‘Hadas, nunca dejes de soñar’.


¿Un día despertaste y dijiste: ‘Quiero tener mi programa en televisión’?
No. Tuve que pasar casting para ver si daba con las características de la conductora que buscaban.

Con tantas cosas, ¿a qué hora ves a tus hijas?
Todos los días las llevo al colegio, luego las recojo. En las noches hacemos las tareas.

¿Cocinas para ellas?
No, pero elijo el menú del día.

¿Cómo te diviertes?

Salgo a un cumpleaños, bailo una buena salsa.

¿Y eso cuándo pasa?
Casi nunca. Si voy a una reunión de amigos, regreso temprano.

¿Tienes vacaciones?
En julio siempre salimos de viaje.

¿Eres de buen diente?
De lunes a viernes mantengo una dieta.

¿Sábados y domingos?
Como un tamalito en el desayuno y un buen plato en el almuerzo. Me engrío bien hasta que regreso a mi alimentación de los demás días.

¿Gaseosas?
Solo a mitad de año.

¿Azúcar?

Hace años que uso edulcorante.

¿Miras televisión?
Solo los dominicales.

¿Te altera el tráfico limeño?
No. Y eso que todos los días atravieso la Javier Prado.

Todo el mundo reniega con esa avenida...
Me organizo para ir tranquila, sabiendo que a donde vaya llegaré a tiempo por tomar precaución.

¿Vas de compras?
A veces me hago un ‘huequito’ para el shopping.

¿Y el gym?
Es otra de mis maneras de relajarme. Escapo por un instante de mis labores diarias.

¿Otro relax?
Dos horas para ir al cine.

Ahora eres más famosa...
Sigo igual. Cuando salgo de compras me pongo algo cómodo y no me preocupo mucho por si ando bien maquillada.

Un chofer imprudente se cruza en tu camino, ¿lo insultas?
Sonrío y sigo manejando. No voy a cambiar lo sucedido gritando algo agresivo.

Recomendación para la alimentación de una mujer de hoy.
Tomar una taza de te y agua.

¿Has visto los partidos de la selección?
Los últimos no, porque estuve en reuniones de trabajo, pero sí me enteré de los resultados.

¿La ‘U’, tu equipo, se salva del descenso?
Soy crema desde chiquita y sé que está mejorando, seguro saldrá del mal momento.

Ahora te lucirás en una obra de teatro...
Tendré el rol protagónico de la obra ‘Hadas, nunca dejes de soñar’, que la estrenamos en el Teatro Municipal, el sábado 3 y domingo 4 de noviembre.

Una vez más te agradezco por dejarnos ingresar a tu interior...
Gracias a ustedes, también al diario Trome, con quienes converso y sé que ingresaré a todos los hogares del Perú.


Ethel es una mujer con los tiempos ajustados. Obviamente conversamos con la advertencia de que teníamos minutos limitados. Repaso los caminos que ha recorrido, las rutas que transitó y apuesto por una sentencia hecha por la educadora norteamericana Marva Collins: “Confía en ti misma. Piensa por ti misma. Actúa por ti misma. Habla por ti misma. Sé tú misma. La imitación es el suicidio”. 

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