Efraín Aguilar se encuentra en su hora cero. Está a punto de cerrar el teatro Canout, espacio cultural del que se hace cargo hace 17 años. En una reciente entrevista, Aguilar cuenta que la pandemia de coronavirus (COVID-19) trajo consecuencias económicas por las que ya no puede mantener el lugar y el dueño planea venderlo como terreno.
Aún así, el conocido director señala que seguirá haciendo lo que más ama. “Tu pasión no te la quita nadie, es inherente contigo. Hasta en un garaje haré teatro”, señaló al programa Cuarto Poder.
El creador de “Al fondo hay sitio” contó que cuando él llegó al Canout, este era un “muladar” y poco a poco fue cambiando butacas, espacios, el telón y más. Sin embargo, este ya no será un espacio cultural, sino que pasaría a ser un edificio.
“Es difícil despedirse. A todos los actores y trabajadores que han pasado por este teatro me siento muy agradecido”, relató visiblemente afectado Aguilar.
“A mis trabajadores nuevamente les digo que no los voy a dejar sin trabajo. Tengan la plena seguridad que si no puedo hacer teatro, volveré a la televisión con mis mismos trabajadores, actores, como siempre lo he hecho”, comentó Efraín Aguilar sobre el estado del personal que laboraba en el lugar.
Sin embargo, el también actor no pudo ocultar más su pena y se quebró en varios momentos al dar la triste noticia. “Adiós amigo, un adiós eterno. Un día dije que ahí, donde estás parado (al entrevistador), quería que entierren mis cenizas, ahora no se va a poder hacer”, reveló entre lágrimas.
Asimismo, el popular “Betito” señaló que sí hay una esperanza para salvar el teatro Canout y espera que llegue a tiempo una especie de salvador que pueda comprar el teatro.
“Estoy buscando un mecenas, un filántropo que tenga las posibilidades de ayudarme a comprar el teatro porque no hay de otra forma. Quisiera que llegara un caído del cielo, alguien que ame el teatro. Son pocos los que tienen amor por estas manifestaciones artísticas”, agregó.
El teatro Canout tiene 68 años de existencia en la avenida Petit Thouars y hace solo 17 años, Efraín Aguilar lo tomó para transformarlo y llevar a cabo cientos de obras.