POR: ENRIQUE SILVA ORREGO / CRÍTICO DE CINE
La adrenalina sube al máximo en Netflix gracias a ‘Atómica’ (Atomic blonde), realización de David Leitch, destacado ‘stuntman’ (especialista en escenas de riesgo) que codirigió junto a Chad Stahelski la dinámica ‘John Wick’ en 2014. En solitario, Leitch ilustra aquí con singular habilidad un vertiginoso relato de espionaje basado en la novela gráfica de Antony Johnston y Sam Hart.
Con una ligera alusión a las intrigas literarias de John Le Carré, la aventura ocurre en Berlín en 1989, durante los convulsionados días que propiciaron la caída del famoso muro. Lorraine Broughton (Charlize Theron), una de las mejores agentes internacionales, debe cumplir allí una peligrosa misión tras el asesinato de un colega y la pérdida de información muy valiosa. Eso dará lugar a un mortal enfrentamiento entre espías de diversas nacionalidades.
La narración va del presente al pasado y viceversa, a partir del interrogatorio al que Lorraine es sometida por sus superiores y un agente especial de la CIA. La reconstrucción de los hechos y conocer el destino de la información extraviada es lo fundamental.
La contundencia de la cinta se halla en la sólida presencia de la escultural Charlize Theron y el enérgico desarrollo de la acción, bien acompañado por una llamativa banda sonora. Resalta la larga secuencia -notablemente coreografiada y editada como si fuera un solo plano- de la seguidilla de intensas peleas entre Lorraine y varios asesinos rusos en el interior de un edificio. No se la pierdan.