Shakira está viviendo un 2022 en medio de producciones musicales y procesos judiciales. Y es que además de los acuerdos legales y negociaciones a los que ha ido llegando con su hoy expareja Gerard Piqué, la cantautora colombiana anda en medio de una demanda por parte del Ministerio de Hacienda de España por evasión de impuestos. En medio de ese contexto, la artista ha denunciado una violación a sus derechos.
La intérprete de “Monotonía”, la canción que lanzó hace no mucho en colaboración con Ozuna, se enfrenta a un posible sentencia de ocho años y dos meses de prisión por evadir la declaración de impuestos, aunque la barranquillera desde ya niega esos cargos y asegura que Hacienda “instrumentaliza con fines ejemplarizantes” por un “desmedido afán recaudatorio” sin tener en cuenta “en absoluto cuál es el modus vivendi de los artistas cuya carrera se desarrolla a nivel internacional”.
Y es que la autoridad ibérica asegura que Shakira no declaró sus impuestos de 2012 a 2014 como residente española y eso es punible de sanción administrativa y penal.
De acuerdo a la ley española se considera que un ciudadano es residente fiscal si pasa en suelo español un mínimo de 183 días, tiempo que, según la Fiscalía, Shakira habría estado en España entre 2012 y 2014.
En ese período debería haber pagado, siempre según el Ministerio Fiscal, sus impuestos, cosa que no hizo. Por esa razón se le acusa de seis delitos fiscales por no haber desembolsado 14,5 millones de euros en IRPF y en impuestos sobre el patrimonio.
Y es en la lucha por demostrar que ella no residió en Cataluña en el tiempo antes mencionado que se ha originado una situación que ha incomodado a la celeb.
La intérprete busca demostrar que recién en 2015 fue cuando se asentó en Barcelona, no en 2011, como señala la Fiscalía. Para ello, argumenta que el inicio estable -tal cual- de su relación con Piqué fue en ese año, cuando ella estaba esperando dar a luz a su segundo hijo, Sasha, quien nació en enero, y su nene mayor, Milan, iba a empezar el colegio.
Decisión que coincidió con la “controvertida renovación del contrato” -según expresó Shakira textualmente en el escrito de defensa- de su entonces pareja, Gerard Piqué, con el Barcelona por cinco años más.
En el mismo escrito que se presentó a la Fiscalía se señala que fue a partir de 2011 cuando empezó a visitar “esporádicamente” España para “encontrarse con el deportista en los escasos días libres que le permitía su intensa agenda profesional”. Asimismo, la defensa de “Shak” esgrime que entre la cantante y el futbolista “no existía un compromiso firme, debido a sus respectivas situaciones personales”.
Así se veían en “periodos vacacionales” o “desplazamientos fugaces” tanto en Barcelona como “en otros lugares del mundo”.
Frente a ello, la Agencia Tributaria de Hacienda ha intentado recabar información que contradiga estas afirmaciones y para ello habrían acudido a obtener datos sobre ella a establecimientos de belleza a los que habría ido con frecuencia en ese entonces, además de centros médicos a donde asistía rutinariamente en Barcelona. Esto, según los abogados de Shakira, “vulnera el derecho a la intimidad”.
Asimismo, en el documento presentado como descargo la compositora remaca que a pesar de que España “supone tan solo el 2% del origen de sus ingresos mundiales”, es el país en el que más impuestos ha pagado: de los 104 millones de euros que ha pagado en impuestos en todo el mundo, 90 millones han ido destinados a las arcas españolas.
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