Es una de las celebridades más afamadas y controvertidas del espectáculo azteca. Por su talento, atributos físicos y actitudes polémicas, Roberto Palazuelos ha logrado trascender a través del tiempo y en la actualidad es un referente cuando se habla de la actuación en México, por eso mismo siempre que hable será noticia. En esta oportunidad contó de la etapa en su vida en la que tuvo que llevar entrenamiento militar.
El actor, oriundo de Acapulco, dialogó con el periodista Gustavo Adolfo Infante en su programa “El minuto que cambió mi destino” y allí ofreció detalles de cómo fue su infancia y cómo esta lo marcó para el futuro.
Roberto Palazuelos hizo un repaso por los problemas emocionales que le trajo el no vivir con su madre natural y el tener que convivir con la familia que formó que su padre con su segundo compromiso. Testimonio que estremeció a muchos de sus seguidores.
¿Cómo fue la infancia de Roberto Palazuelos?
El también conocido como “El diamante negro” reveló que aunque su madrastra lo trataba muy bien, él siempre se sintió relegado de esa familia, hecho que le causó dolor y posiblemente afectó en su conducta, provocando que en su etapa estudiantil fuera un joven travieso.
“Yo estaba como enojado porque no entendía yo porqué no tenía mamá no entendía yo cómo mi mamá no me buscaba y no entendía yo cómo mi mamá me había dejado ¿no? (...) pero era yo un adolescente que siempre estuvo medio enojado con la vida por eso, entonces también era un poco peleonero y un poco rebelde”, expresó el histrión.
Este tipo de comportamientos hizo que su progenitor tome la drástica medida de enviarlo a un colegio militar con el objetivo de encaminarlo.
Los maltratos que sufrió Roberto Palazuelos en la escuela militar
Su papá lo inscribió en La Academia Militarizada México, donde su experiencia cambiaría por completo su personalidad y lo volvería un gran estudiante.
A los 15 años, el ahora celeb ingreso a dicha escuela donde según él, la experiencia fue dura ya que “el primer año los potrean”, lo cual significa que los estudiantes que son más grandes les hacen novatadas a los que recién ingresan, las cuales van de pequeñas a grande bromas.
“Te tablean, te sumergen en agua, te hacen cosas... Estuve un año y bastante duro, pero fue muy bueno porque aprendí a meter las manos, me empecé a hacer un cuerpo por el deporte que hacía y le empecé a agarrar un hábito al estudio porque ahí sí me hacía estudiar a fuerzas”, develó Palazuelos.