A casi cuatro años de la muerte del actor Paul Walker, famoso por la saga de Rápidos y Furiosos, nuevos y escalofriantes detalles de su fallecimiento salen a la luz pública. Y es que si pensabas que perdió la vida instantáneamente en un accidente de tránsito, ahora sabrás que el primer impacto no fue el que lo mató.
Recientemente, el abogado Craig McClellan aseguró que Walker murió calcinado al quedar atorado entre el tanque de gasolina y el motor de su auto, un Porsche Carrera GT rojo, el mismo que estrelló contra un poste eléctrico y un árbol en California, Estados Unidos. Es así que la causa no fue la que inicialmente se especuló: muerte instantánea por impacto.
Según McClellan, Paúl quedó atrapado con las costillas, la clavícula y el brazo roto al interior de su vehículo. Es así que aún respiraba cuando el auto fue invadido por las llamas de fuego.
‘Estaba respirando y no fue capaz de salir porque estaba atorado’, explicó el abogado de la familia del actor a los medios. Un final desastroso para la estrella de Hollywood aficionada a la velocidad.
Esta nueva información tiene lugar luego de conocerse un informe médico de la autopsia donde se indica que en la tráquea del actor fue encontrado hollín. Se trata de una evidencia que demuestra que falleció envuelto en llamas, una de las muertes más dolorosas que hay.
Al momento los fanáticos de Walker siguen llorando la dura pérdida y es más que seguro que estos nuevos detalles sobre su muerte removerán aún más el dolor por su temprana partida de este mundo. ¡Fuerza para sus seguidores!
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