A lo largo de los años, diversos escándalos han surgido del mundo del espectáculo, en menor y mayor medida. Existen algunos que llegaron hasta los tribunales, así como otros que solo demuestran la verdadera cara de los artistas. Uno de los famosos que protagonizó una serie de momentos bochornosos fue el actor Osvaldo Ríos, conocido por trabajar en la telenovela “El juramento”.
MÁS INFORMACIÓN: El rostro de Analía, la telenovela que salvó a Telemundo de la quiebra
Las controversiales acciones del puertorriqueño lo hicieron perder una gran oportunidad de trabajo, pues no supo comportarse durante la producción del programa estrenado en el 2008. Sus acciones indebidas le significaron una pérdida de 700 mil dólares, lo que planeaba cobrar por su desempeño en la telenovela.
Como se recuerda, en “El juramento” Ríos interpreta a Santiago De Landeros, un hombre que busca venganza por el suicidio de su hermano. Esta historia la protagoniza junto a la actriz venezolana Natalia Streignard, quien da vida a Andrea Robles-Conde de De Landeros.
Fueron tres las acciones que lo hicieron quedar despedido de la exitosa telenovela. La primera fue inventar que tenía un romance con su colega Natalia Streignard, con el fin de obtener la atención de la prensa. Para dar más credibilidad, Osvaldo confirmó la noticia en una famosa revista, causando incomodidad en la actriz, quien se encontraba comprometida.
Otro de los malentendidos que tuvo fue con la productora de la telenovela, pues el actor exigía que ellos le consigan alojamiento a su hija que llegaba desde el país azteca a visitarlo. Ríos esperaba que los directores asumieran los gastos de este viaje, pero eso no iba a pasar.
Finalmente, tuvo un fuerte altercado que casi llegó a los golpes con el actor Héctor Suárez Gomís. Si bien se terminó arrepintiendo de lo sucedido, el acalorado momento que se vivió ya estaba ejecutado. Estas acciones le crearon una mala fama y, hasta la fecha, quienes han trabajado con él solo tienen malas referencias de lo que fue su estadía en el show.
Contenido GEC