La cuarta temporada de “Cobra Kai” se estrenó el pasado 31 de diciembre a través de Netflix, con 10 episodios cargados de emoción que continuaron la historia de los personajes creados por Robert Mark Kamen. Una de las actrices que ha cautivado a la audiencia es Mary Mouser, quien da vida a Samanta LaRusso en la saga basada en la franquicia de “The Karate Kid”.
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Mouser interpreta a la hija de Daniel LaRusso, una de las figuras principales dentro de la nueva generación de aprendices de karate. Si bien este rol le ha traído gran fama, lo cierto es que la actriz ha participado en diversos proyectos desde que era una niña, por lo que tiene una legión de fanáticos que sigue cada paso que da.
En 2019, la joven estrella reveló que padece diabetes desde muy pequeña, dejando sorprendidos a miles de usuarios. A continuación, conoce todos los detalles.
MARY MOUSER, LA ACTRIZ DE “COBRA KAI” QUE TIENE DIABETES
En un video publicado en su canal de YouTube, la actriz Mary Mouser dio a conocer que vive con diabetes tipo uno. En el video, que dura poco más de 20 minutos, la nacida en Arkansas contó que le diagnosticaron la enfermedad en 2009, cuando estaba por cumplir 13 años.
¿CÓMO SE DIO CUENTA QUE PADECÍA ESA ENFERMEDAD?
Las alarmas se encendieron cuando Mouser empezó a mostrar señales de “disminución de peso, aumento del apetito y deshidratación constante y excesiva”. La entonces niña se enfermaba cada semana, lo que causó que sus padres la lleven al pediatra con el fin de encontrar una razón a todo sus males; sin embargo, los especialistas no hallaban nada.
Todo cambió cuando su mamá reveló al personal médico que la menor había estado bebiendo muchas botellas de agua y, entonces, le realizaron análisis de sangre que dieron como resultado que era diabética. Su nivel de azúcar en la sangre era de 565, por lo que la llevaron con urgencia a un endocrinólogo, siendo ingresada velozmente a la unidad de cuidados intensivos pediátricos.
FUE UNA DURA ETAPA
La actriz le tenía terror a las agujas, de manera que esta etapa fue muy traumática y dolorosa. Sus gritos se escuchaban por todo el hospital y sus lágrimas caían por montones, pero esto no duró mucho tiempo. Más de 10 años después, la joven es toda una guerrera que ya no le teme a los pinchazos, de hecho, tiene siete piercings en las orejas y un tatuaje, los cuales le recuerdan la fuerza que tuvo para enfrentar tan terrible época de su corta vida.