América Televisión sorprendió a su audiencia pues tras el final de ‘Rubí', novela protagonizada por Bárbara Mori, decidieron al volver a emitir ‘La Usurpadora’, producción que tiene en el rol principal a Gabriela Spanic interpretando a las gemelas Paulina Martínez y Paola Bracho.
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Esta emblemática telenovela se mantiene vigente a pesar que se estrenó hace casi 25 años y la actriz venezolana -algunos no saben incluso hasta hoy que Gaby Spanic tiene esa nacionalidad- pasó por algunas situaciones un tanto incómodas detrás de cámaras en la novela que la lanzó a la fama.
Gabriela Spanic fue la protagonista de ‘La usurpadora’, novela estrenada en 1998. Este papel fue un gran espaldarazo en su carrera, ya que en aquel entonces tenía apenas 25 años y recién había llegado a México de su natal Venezuela.
Sobre su experiencia en esta producción, la actriz ha contado en varias ocasiones que no fue nada fácil la relación con la directora de escena Beatriz Sheridan debido a su acento venezolano.
“Aunque en general el clima en el set de la telenovela era bueno, viví muchos momentos de tensión y estrés detrás de cámaras porque mi acento, que tenía muchas marcas venezolanas, no eran de su agrado”, relató a la revista TLNovelas.
Otro secreto de “La usurpadora” lo reveló la actriz Adriana Fonseca, quien en la telenovela interpretó a Verónica Soriano, la rival de amores de Paola Bracho, quien destacó que su compañera de reparto era muy aplicada y estudiosa para tener los mejores resultados en su desempeño.
“Era mega disciplinada (Spanic). La entiendo perfecto porque aparte es extranjera y tenía que trabajar el acento neutro, tenía que trabajar una personalidad buena y tenía que trabajar la personalidad mala malísima, entonces tenía que estar todo el tiempo superconcentrada y siempre estaba con un coach trabajando su acento”, dijo.
Fonseca recordó, además, que Gabriela Spanic muchas veces se quedaba dormida en pleno set de grabación debido a las varias horas de trabajo que tenía encima. “Le pasaba muy seguido, y no la estoy criticando, al contrario, la admiro muchísimo pues por todo el trabajo que hacía, se quedaba dormida”, recordó.
“Parecía una cenicienta, bellísima, así su cara maquillada perfecta, pero dormidísima porque, señores, los llamados son a veces desde las seis/siete de la mañana y terminas a las 11 de la noche, entonces entre escena y escena, entre cambio de luz, entre cambio de set, ahí se echaba su pestañita y sí la vi varias veces. En estos tiempos ya le hubieran sacado mil fotos, pero en esos tiempos pues no había la tecnología que hay ahora con los celulares”, explicó la actriz.
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