En una sorprendente vuelta en el caso de los delitos sexuales relacionados con Jeffrey Epstein, la justicia estadounidense desveló documentos que mencionaban al reconocido actor Tom Hanks como una de las personas vinculadas al magnate fallecido en prisión en 2019.
Estos documentos, parte de la investigación en curso, provocaron conmoción en las redes sociales y generaron críticas hacia Hanks. La jueza Loretta Preska, encargada del caso, levantó el secreto de más de 900 páginas de la demanda presentada en 2015 por una de las víctimas de Epstein, Virginia Giuffre, contra Ghislaine Maxwell, amante y socia del financiero.
Los documentos contienen listas de personalidades, empresarios y políticos que tuvieron interacciones con Epstein. Tom Hanks se destacó como una de las figuras más prominentes en esta revelación, generando tendencias en las redes sociales y atrayendo críticas.
Es esencial señalar que la inclusión de un nombre en la lista no implica automáticamente complicidad en los delitos de Epstein. Llamaron la atención las publicaciones realizadas por el actor Tom Hanks en redes sociales, donde compartía imágenes de sandalias de niña y hasta chupones.
Nuevamente salió a la palestra el escandaloso caso del millonario financista Jeffrey Epstein, acusado de tráfico y abuso sexual de menores para ‘ofrecerlas’ a poderosos miembros de la elite mundial, sospechosamente ‘suicidado’ en su celda en Nueva York en agosto de 2019.
El caso fue destapado al mundo gracias al alucinante documental de Netflix: ‘Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico’ (2020). Políticos como Bill Clinton o Al Gore, aristócratas como el príncipe Andrés de Inglaterra tiemblan porque sus nombres están en la ‘lista negra’ de ‘amigos’ que se favorecían sexualmente con las ‘chicas’ del enfermo financista que les presentaba en sus fastuosas fiestas caligulescas. Todo porque la justicia de Nueva York acaba de hacer pública una primera tanda de documentos judiciales que habían estado clasificados, en los que se revelan nuevos nombres de la élite y, sobre todo, escabrosos detalles sobre lo que ocurría dentro de sus mansiones y su inexpugnable isla en el Caribe.
Salió a la luz el testimonio de Johanna Sjoberg, una de las muchas mujeres que acusaron a Epstein de abuso sexual tras ser reclutada mediante un proceso descrito en documentos judiciales como ‘escalofriadamente similar’ al detallado por otras presuntas víctimas. Sjoberg era una bella estudiante de la Universidad Palm Beach Atlantic en 1999, cuando Ghislaine Maxwell, examante y ‘socia’ de Epstein en ese vil trafico, se acercó a ella en el campus y le ofreció un trabajo como ‘telefonista’ con un sueldo astronómico. Según recoge el diario ingles The Sun, Sjoberg afirmó que ‘el pretexto laboral duró solo un día y luego la animaron a interactuar sexualmente tanto con Epstein como con el príncipe Andrés’. Contó que en una fiesta en la mansión de Epstein, donde conoció al príncipe, Ghislaine le regaló una muñeca de látex que la representaba e hicieron juegos sexuales los tres mientras Andrés no paraba de acariciarle los pechos.
Ese fue solo el comienzo de una historia turbia de abusos de poder. Aunque, a diferencia de otras víctimas de Epstein, Sjoberg tenía 21 años y su relación siguió siendo platónica durante meses antes de que Epstein le propusiera sexo. “Me prepararon para ello, hice un pacto con el diablo a cambio de emoción y glamour. Yo era solo una estudiante universitaria pobre y tonta”, ha señalado.
Durante el interrogatorio, la abogada de Virginia Giuffre, quien fuera pervertida por Jeffrey siendo menor de edad y principal acusadora, le preguntó a Sjoberg si sabía si Clinton era amigo de Epstein. “Sabía que tenía tratos con Bill Clinton. No sabía que eran amigos hasta que leí el artículo de Vanity Fair sobre su viaje juntos a África”, indicó. ‘¿Jeffrey te habló alguna vez sobre Bill Clinton?’, le preguntaron. “Una vez dijo que a Clinton le gustaban las jovencitas, refiriéndose a las niñas”, respondió Sjoberg, citando conversaciones con Epstein.
Pero la bomba atómica de la ‘lista negra’ de los desclasificados la publicó la revista Newsweek al señalar que el desparecido genio de la astrofísica, Stephen Hawking, pudo haber participado en una orgía con adolescentes. Incluso se publica un correo de Epstein a su abogado para que ofrezca dinero al entorno de la acusadora Virginia Giuffre y proteger al admirado científico. “Puede otorgar una recompensa a cualquiera de los amigos, conocidos y familiares de Virginia que se presenten y ayuden a demostrar que sus acusaciones son falsas. La más fuerte es la cena de Clinton y la nueva versión de que en las Islas Vírgenes Stephen Hawking participó en una orgía de menores de edad”, se lee en el mensaje. Voceros de Hawking no pudieron negar la presencia del genio en la isla, ‘el antro de placer’ del financista, pero que el motivo fue una conferencia con otros científicos. Había que ser bien perverso para corromper al discapacitado genio. En la lista también se consigna el nombre de Michael Jackson, y el empresario peruano Juan Esteban Ganoza Temple, hijo del ‘Gran Chimu’ Guillermo Ganoza, filántropo y mecenas trujillano. Pero el peruano aclaró que su nombre estaba en la lista porque era amigo de la socia del pedófilo, Ghislaine Maxwell. ‘Yo nunca he asistido a esos eventos abominables’, aclaró.
La lista la integran ‘pesos pesados’ de la elite mundial en diversos rubros: el ‘completito’ actor denunciado de abusos sexuales con jovencitos, Kevin Spacey; la temperamental Top Model Naomi Campbell, el gran actor Leonardo DiCaprio, el famoso mago David Copperfield, el actor Will Smith, entre otros que ahora están escondidos debajo de la cama.
Epstein era considerado una especie de ‘Gran Gatsby’ del siglo XXI, rico, seductor y amigo de poderosos. Pero su fama se empezó a desmoronar cuando madres de familia lo denunciaron por la violación sexual de sus hijas adolescentes, a las que sometía en sus inexpugnables residencias en Nueva York, Colorado, Palm Beach, Florida y en Islas Vírgenes. Muchos retorcidos de la élite mundial hicieron fiesta cuando Epstein, el ‘asquerosamente rico’, se suicidó pues así no los delataría, pero ahora vuelven a temblar. Apago el televisor.
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