La popular conductora del programa “Hoy”, Galilea Montijo, se encuentra nuevamente en el ojo público tras revelarse la posible relación que tuvo con el difunto narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, más conocido como ‘El Barbas’, quien fue uno de los de mayor rango en México.
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La presunta relación entre la conductora y el capo surgió con la publicación del libro “Emma y las otras señoras del narco”, escrito por la periodista Anabel Hernández. Esta obra revela con detalles cómo inició el romance y los beneficios que obtuvo la presentadora de 48 años.
A pesar de anunciar que tomaría acciones legales y mostrarse sentida en las redes sociales, Montijo ha recibido todo tipo de mensajes. Lo cierto es que las declaraciones citadas en el libro de Hernández provienen de los ex-escoltas de Beltrán Leyva. A continuación, conoce lo que dice “Emma y las otras señoras del narco” sobre el vínculo entre la conductora y el narco.
De acuerdo a uno de los testigos, que se desempeñó como guardia de “El Barbas”, la relación que tuvo el capo con la oriunda de Guadalajara duró aproximadamente dos años y no se trató de algo fugaz, sino de un vínculo formal, tanto así que la ayudó en un momento complicado de su vida:
“Él tuvo una relación seria, de mucho tiempo, con Galilea Montijo, de hecho, la ayudó a sacar a su hermana de la cárcel… a mí me tocó mirarla tres veces por eso me consta [...] Le podría decir sin exagerar que la relación duró al menos dos años”.
Como se recuerda, la hermana de Montijo estuvo detenida por posesión de drogas entre 2002 y 2005, pero se dice que el narcotraficante movió sus influencias para librarla de prisión.
Pero sacar a la hermana de la cárcel no fue el único detalle que tuvo con su amada, los testigos citados en el libro de Hernández señalan que la personalidad mexicana también recibió lujosos regalos como artículos de diseñador y relojes.
“Le regalaba relojes y joyas… Siempre iba bien vestida, elegantemente, en una ocasión la miré con pantalón y en dos ocasiones con vestidos pegados y muy elegantes. Las tres ocasiones con abrigo”, expresó el ex guardia de “El Botas”.
El libro “Emma y las otras señoras del narco” señala que los encuentros tenían como lugar las casas privadas de Beltrán, ubicadas en Cuernavaca y en la Ciudad de México. El romance llegó a su fin de forma repentina, a pesar de que el capo seguía teniendo cariño por ella, según señala un operador de la organización delictiva.
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