Rafael Amaya tuvo el año pasado como uno de los momentos más duros y claves en su vida, tanto personal como artística. El actor mexicano había dejado “El señor de los cielos” por su adicción a las drogas y el alcohol, un agujero que le costó su alejamiento de las pantallas y la preocupación de su familia y sus seres queridos. Sin embargo, el año pasado le plantó la cara a su gran problema y así fue cómo el actor mexicano pudo tener una exitosa superación.
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“Perdí mi paz interior, el amor que le tenía a mi familia, a mi trabajo. Poco a poco me fui sumergiendo en el fango oscuro del alcohol y las drogas, viviendo todos los excesos posibles habidos y por haber”, dijo Amaya en su momento.
El artista entró a la clínica Baja del Sol, que le pertenece al exboxeador Julio César Chávez, y cuando lo hizo todavía se encontraba psicótico.
“No se lo quisimos decir, pero sí llegó un poco psicótico, todavía creyéndose El señor de los cielos. Pero pasaron los días y ahora meses y la evolución de Rafa ha sido increíble”, señaló el expugilista.
Rafael Amaya, quien fuera “Aurelio Casillas” de “El señor de los cielos”, pudo salir del centro de rehabilitación el 22 de diciembre del año pasado con la ayuda Chávez, el apoyo de sus padres en Culiacán, Sinaloa, del cantante Roberto Tapia y, sobre todo, de las ganas que tenía de salir del hoyo de las adicciones.
“Sí, ha sido una buena opción (ingresar a la clínica de Julio César Chávez), pero sobre todo las ganas de él, la disposición y la humildad”, dijo el hijo de Julio César Chávez.
El intérprete de 43 años pudo pasar la Navidad con su familia y amigos y en este año ya ha avisado que volverá a la televisión.
El actor mexicano Rafael Amaya ha estado fuera de las telenovelas desde hace dos años por sus adicciones a las drogas y el alcohol.
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