El pasado 28 de julio se estrenó en Netflix “El cartel de los sapos: El origen”. La trama de esta serie está inspirada en el libro de un exnarcotraficante y ahora escritor, Andrés López. Pero, ¿por qué la producción está siendo acusada de plagio? aquí te contamos todos los detalles.
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Para los que han visto la serie de Netflix, han podido ver cómo se narra la historia de los hermanos Villegas, quienes fueron los creadores del Cartel de Cali. Aunque en los últimas días la plataforma de streaming podría afrontar serios problemas debido a una seria acusación de plagio por parte de los usuarios en las redes sociales.
Los seguidores de la serie y también del videojuego “Grand Theft Auto” han señalado que el arte de este pasatiempo es similar al de la serie colombiana. Los fanáticos están convencidos que Netflix ha cometido plagio, pues el intro de su producto es casi una copia que el que se muestra en el juego de video.
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Tanto en las redes sociales como en sitios especializados como blogs, han hecho notar la similitud que hay entre los créditos de “El Cartel de los Sapos: El Origen” y los de la última edición del videojuego. Esta acusación se hace sobre todo comparando las siluetas de los personajes que aparecen en la serie y los diseños que se ve en “Gran Theft Auto”.
Los internautas inclusive han hecho una comparación al detalle y aseguran que los diseños han sido prácticamente ‘calcados’. Pero, ante tremendo problema que se podría generar por estos comentarios, ni Netflix ni Rockstar, firma que creadora de “Gran Theft Auto”, han manifestado palabra alguna respecto a esta polémica.
En el mismo sentido, los colombianos de Guarnizo y Lizarralde, que se encargan de la dirección de arte de la serie “El Cartel de los Sapos: El origen”, tampoco se han manifestado sobre lo que podría ser el posible plagio.
El Cartel de Cali se crea en los años 70, cuando Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela fundaron ‘Los Chemas’ junto con José Santacruz Londoño. Originalmente, la banda se dedicó a la piratería terrestre, extorsión y secuestro, hasta que con el tiempo se sumergió en el mundo de la cocaína a partir de pasta de coca producida en Bolivia y en el Perú.
A través de Santacruz, el grupo criminal pronto contactó con ‘Pacho’ Herrera, un especialista en lavado de dinero que vivía en Nueva York y que se encargó de transportar sus ganancias de Estados Unidos a Colombia por medio de maquinaria pesada.
La organización de El Cartel de Cali lleva este nombre en honor a la asociación ilícita por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), debido a que su principal base de operaciones se encontraba en esta ciudad colombiana.
Los cabecillas del cartel se hacían llamar los ‘Caballeros de Cali’, o los ‘Gentlemen of Cali’, por las conexiones que mantenían con la clase política y económica del país.
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