“Dragon Ball” debutó en 1984 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los animes más exitosos de todos los tiempos. Se ha ganado un lugar en la historia de la televisión y, hasta el día de hoy, sigue ganando más audiencia, enamorando a más generaciones de admiradores de las aventuras de Gokú, el héroe indiscutible de esta saga.
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El héroe favorito a nivel mundial iba a tener su final en la saga de Cell, uno de los mejores arcos de toda la historia de “Dragon Ball Z” y que iba a ser punto de inflexión para las aventuras de los Guerreros Z.
Porque, a primera vista, el hecho de que Gokú reconociera haber sido superado por su hijo, Gohan, ya era un giro muy impactante para lo que había sido “Dragon Ball” hasta el momento.
Esa idea, en realidad, era el próximo punto que Toriyama pensaba desarrollar en las siguientes entregas del anime. Pero, como se vio posteriormente, no lo hizo por un motivo en especial y Gokú volvió en las siguientes peleas en la tierra.
En 1995, una guía titulada Daizenshuu recoge las intenciones que tenía Akira Toriyama, el creador de “Dragon Ball”, sobre el destino de Gokú y lo que aparecería después en la historia del anime.
Para el mangaka, la muerte de Gokú en la saga de Cell estaba planeada para ser definitiva, porque Gohan ya había superado sus poderes. Las siguientes aventuras iban a recaer sobre el hijo de Gokú.
“Tenía la intención de poner a Gohan en el papel principal... No funcionó. Sentí que, en comparación con Goku, en última instancia, no era adecuado para el rol”, manifestó Toriyama.
Porque, como dijo Toriyama, no veía en la personalidad de Gohan un material adecuado para convertirlo en protagonista, lo que sí se cumplía en el desarrollo de Gokú.
Por eso, al desencantarse de Gohan como héroe principal, el mangaka le dio más poder a Gokú y al joven guerrero lo limitó, como se vio posteriormente en las siguientes entregas de “Dragon Ball”. Gohan termina consumido por la poderosa sombra de su padre.
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Aunque terminar con el Torneo de Cell podría haber tenido sentido, con el paso del tiempo, la continuación de la serie le dio la razón a Toriyama. Ahora, con “Dragon Ball Super”, el anime ha vuelto a generar tanta emoción como su serie original; sumándolo al anuncio reciente de una película de la franquicia.
Los arcos que siguen inmediatamente a la mencionada saga se enfocan en Gohan y lo muestran en el camino hasta convertirse en el protagonista de “Dragon Ball Z”, dejando un poco en segundo plano a la vieja generación de Gerreros Z. Es así que nace El Gran Saiyaman.
El Gran Saiyaman incluyó varios conceptos nuevos, como la capacidad de los luchadores para fusionarse, nuevas transformaciones de Super Saiyajin y una identidad renovada para la serie en general.
Sobre el papel, esto también pudo haber significado un reenfoque de la serie o incluso terminar el título oficial de “Dragon Ball” / “Dragon Ball Z” y cambiar a algo nuevo. Sin embargo, estos nuevos concepto hicieron que un posible cambio parezca ilógico; además, de mostrar cómo el Torneo de Cell y lo que vino antes pudieron haber sido el techo de la franquicia.
Para cuando la Saga Buu se acerca a su clímax, Gohan es derrotado y queda marginado con el regreso de su padre. Gokú y Vegeta son, en última instancia, los héroes de la saga, y Trunks, Goten y Gohan deben ser rescatados para detener a Majin Buu. Esto enfatiza un regreso a los viejos protagonistas, con la promesa de una nueva generación de Guerreros Z, que finalmente no es aprovechada.
Lo mismo sucedería con la primera secuela de la serie, “Dragon Ball GT”, que pasa por alto a Gohan y Gokpu vuelve a tomar protagonismo. También implica un salto de tiempo dramático incluso mayor que el del Torneo de Cell a la Saga Saiyaman.
Comenzar una nueva serie después del torneo del androide, solo para comenzar otra nueva serie dentro de dos o más arcos, parecería ridículo, especialmente si el tiempo se salta y las caras nuevas son la justificación. Aunque claro, está el hecho de que “Dragon Ball GT” no fue creado por Toriyama y no es considerado canon; aun así, es considerado un factor en si su predecesor debía haber terminado antes o no.
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