Quienes se engancharon con la popular serie “Friends”, de seguro recuerdan a Matthew Perry, el actor que hizo de Chandler Bing, quien en la ficción tenía un sarcástico sentido del humor. Si bien, se hizo conocido mundialmente con dicho personaje entre 1994 y 2004, en la vida real también desempeñaba otro papel importante en el que estaba en riesgo su integridad a causa de sus adicciones. Es más, cuando tenía 49 años, el histrión casi muere.
A raíz de todo lo que ha experimentado, el actor aprendió a valorar su existencia y asegurar que si se encuentra vivo es por un propósito: dar a conocer su caso para que muchos se identifiquen y tomen en serio que dicha enfermedad los ataca en el momento menos esperado, por lo que están a tiempo de alejarse de las cosas negativas que dañan su integridad.
Por ello, no dudó en plasmar todo en sus memorias “Friends, Lovers and the Big Terrible Thing”, que estarán disponibles desde el 1 de noviembre de 2022. A continuación, el infierno que vivió y cómo salió adelante.
UNA VIDA DE ADICCIONES
El actor de “Friends” se animó a contar el “lado oscuro de su vida” en una entrevista a People; para ello, tuvo que esperar una temporada con el fin de encontrarse sobrio, aunque no precisó cuánto tiempo estuvo alejado de las sustancias que tanto daño le hicieron.
Reconoció que su adicción a los opioides provocó que su colon estallara y le hicieran una perforación gastrointestinal para salvarle la vida.
CASI MUERE A LOS 49 AÑOS
Aunque lo intervinieron, su estado fue crítico, pues estuvo dos semanas en coma, cinco meses en el hospital y nueve meses usando una bolsa de colostomía, que sirve para recolectar las heces de pacientes con cirugías al colon o intestino delgado.
Recordó en la entrevista que la primera vez que ingresó al hospital, los médicos le informaron a su familia que solamente tenía “dos por ciento de posibilidades de vivir. Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración de tu corazón y tus pulmones. Y eso se llama Ave María. Nadie sobrevive a eso”.
UN DURO CAMINO
Pero salir de ese hoyo en el que Matthew Perry se había metido no iba a ser fácil, pues según comentó a People, estuvo en rehabilitación en 15 ocasiones. A ello, se sumaron las 14 cirugías en el estómago.
Aunque parecía que podía recaer una vez más, cuando su terapeuta le advirtió que la próxima vez que piense tomar Oxycontin, debería también pensar en tener una bolsa de colostomía el resto de su vida. Esto le hizo ver lo delicado de su situación y más cuando supo que de las cinco personas conectadas a la máquina ECMO, él fue el único que sobrevivió.
“Estoy agradecido de estar vivo y eso me da la posibilidad de hacer cualquier cosa (…). Lo que más me sorprende es mi resiliencia. La forma en que puedo recuperarme de toda esta tortura y horror. Querer contar la historia, aunque da un poco de miedo contar todos tus secretos en un libro, no, no dejes nada fuera. Todo está ahí”, precisó.