La historia de Ali Vefa, protagonista de “Doctor milagro”, mantiene cautivo al público capítulo tras capítulo. El médico autista y con síndrome del sabio ha logrado aprender a ser más sociable a lo largo del drama, incluso sabe identificar las emociones del resto. Esto, por supuesto, le ha llevado a acercarse más a los personajes que lo rodean. Uno de ellos es Adil, su mentor y el que lo crió como si fuera su hijo.
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Adil Erinc, protagonizado por Reha Ozcan, es el jefe de cirugía del hospital Berhayat, es el mentor de Ali, y ha entrenado a los mejores cirujanos de Estambul. Cuida a sus pacientes y cubre los gastos que ellos no pueden pagar en sus cirugías. Adil quiere que Ali Vefa se convierta en un cirujano exitoso y lucha por ello hasta el último día de su vida.
La telenovela turca transmitió en Argentina, a mediados de septiembre, una de las escenas más tristes y fuertes, que incluso en Turquía generó miles de repercusiones en las redes sociales. Y es que Ali Vefa se enfrentó a uno de los golpes más duros de la vida: perder a Adil Erinc. Está difícil situación llevará al protagonista a estar incluso entre la vida y la muerte.
¿CÓMO MURIÓ ADIL?
Adil murió tras recibir 2 balas dentro del hospital Berhayat, cuando se interpone entre el asesino y Ali, para terminar dando su vida por él. Inmediatamente es llevado al quirófano para operarlo. Pese a los esfuerzos del residente de cirugía, que incluso “vació el sistema digestivo” que era el que más sangraba con las heridas de balas, el jefe del hospital no sobrevivió al ataque.
“No puede irse doctor, no puede irse”, gritaba sobre el cuerpo de Adil en la camilla. En ese momento, Ferman le dijo “lo siento mucho”, indicando que había muerto.
El dolor abordó a todos, pues habían perdido a uno de los médicos más queridos de la historia. Sin embargo, el que más sufrió por la muere de Adil fue Ali quien se desgarró de la tristeza en el quirófano. “¿Puedo quedar a solas con él? por favor”, pidió el protagonista.
En ese momento, hizo lo que nunca antes había hecho: abrazarlo y besarlo. “Usted era mi maestro, mi padre. No se vaya, quédese, qué voy a hacer. Acá estoy doctor”, señaló entre lágrimas. Luego, sujetando la mano de Adil, agregó: “no se vaya, desearía que pasara un milagro, por favor. Se supone que yo era un milagro, de qué sirve”.
LA DESPEDIDA DE ADIL
Ali y el cuerpo de su mentor que yace sobre el quirófano tienen un momento íntimo, cuando el protagonista llora desconsolado y le pide que no lo deje solo. Sin embargo, el alma de Adil tiene algo que decirle.
“Despídeme... con puro amor. Recuérdame siempre, en cada problema, con cada corazón que le dimos su lugar, con cada ser humano que pudimos cambiar, tú y yo. Con cada sonrisa que tuvimos, en cada momento, que te quise y abracé en la distancia, siempre”, dice el jefe de cirugía del hospital Berhayat.
“Recuerda esto, vine a este mundo por nada si pierdes el amor de tu vida y si te lamentas más de lo que amas. Ay hijo, escucha, nos encontramos uno a otro en este mundo y nadie nunca puede quitarme eso. Míralo por el lado bueno, podemos abrazarnos, ahora que estoy muerto podemos”, agrega.
Por último, Adil extiende sus brazos y recibe el tan ansiado abrazo de padre e hijo, que él siempre soñó, pero que por el autismo Ali nunca se lo pudo dar.