Manuel Mijares es uno de los cantantes más populares y queridos de México. Tiene una consolidada carrera de más de 30 años, en la que ha cosechado varios éxitos musicales que lo mantienen vigente hasta el día de hoy en el medio artístico. Aunque es muy famoso, pocos saben que en el pasado vivió en Japón y fue “acompañante” de mujeres.
La celebridad de México es hijo de José María Mijares y María del Pilar Morán, quien falleció recientemente y fue la que más influyó para que se formara como artista. Aunque estudió Administración de Empresas, su pasión por la música pudo más y persiguió su sueño hasta convertirse en el reconocido cantante que es hoy.
Sin embargo, antes de conocer la fama, Manuel Mijares viajó a Japón para probar suerte en la música. Tenía 23 años y decidió vivir por unos meses al país asiático donde tocaba en algunos lugares. Su apariencia física llamó la atención de los clientes, quienes lo solicitaban para que fuera su “acompañante”. Aquí te contamos todos los detalles.
¿QUÉ HACÍA MANUEL MIJARES EN JAPÓN CUANDO ERA JOVEN?
En entrevista para el canal de Youtube de Yordi Rosado, Manuel Mijares contó que viajó a Japón para probar suerte en la música. El cantante se había ido a vivir por seis meses al país asiático donde fue contratado por un centro nocturno junto a una banda.
El intérprete de “El privilegio de amar” le dijo a Yordi Rosado que el pueblo en el que se quedó estaba a 6 horas en tren bala de Tokio, capital de Japón.
Su trabajo en el club nocturno no solo consistía en tocar y cantar, el exesposo de Lucero también tenía que hacer que los clientes consuman dentro del local.
“La contratación era por ir a cantar en un centro nocturno, pero yo no había leído las letras chiquitas del contrato. Arrancábamos 8:30 de la noche y hasta las 3:30 de la mañana terminábamos; entonces hacíamos 45 minutos nosotros, 45 un grupo japonés, (...) pero en los 45 minutos que descansábamos teníamos que ir a fichar”, reveló el artista mexicano.
Mijares también contó que su físico atraía la atención de los clientes en los lugares que tocaba, es por ello que en varias ocasiones lo solicitaban para que fuera su acompañante. A esta actividad se le conoce como “hosto” y es una práctica muy común en Japón.
“Es una práctica muy normal allá, es como si fuera ‘la ficha’. En Japón les llama mucho la atención la figura del guitarrista”, contó en conversación con “Sale el Sol” y agregó “(Los clientes) tenían la curiosidad de mandarte a llamar en sus mesas para platicar”.
Esto ocurrió cuando él tenía 23 años y fue una experiencia que le recuerda con cariño. Tras vivir seis meses en Japón, Mijares regresó a México en donde trabajó como corista para la estrella Emmanuel.
Después representó a México en el Festival OTI donde ganó el premio “Revelación del Festival” en 1985 y unos años después desarrolló su carrera en solitario.