Las producciones sobre asesinos en serie han sido de las favoritas del público este año, primero con la serie de Jeffrey Dahmer y ahora con la película de Netflix, “El ángel de la muerte” (“The Good Nurse” en inglés).
El filme está protagonizado por Jessica Chastain, como Amy Loughren y Eddie Redmayne como el homicida, Charles Cullen. Su estreno mundial fue en el Festival Internacional de Cine de Toronto en septiembre del 2022.
La trama está basada en el libro de Charles Graeber, donde se cuenta la historia de los crímenes que cometió Cullen. En la investigación que realizaron sobre su caso, se estima que fue responsable de hasta 400 muertes mientras trabajaba como enfermero.
La película fue anunciada desde el año 2016, pero no fue hasta el 12 de abril del 2021 que comenzaron las filmaciones. Finalmente, el estreno en la plataforma de streaming fue el 26 de octubre de este año.
Antes de continuar, mira aquí el tráiler de “Ángel de la muerte”.
El término “Ángel de la muerte” no fue algo exclusivo de Charles Cullen, sino que es un concepto de la criminología. Se utiliza para referirse a un tipo de asesino serial que termina con la vida de un individuo mientras está bajo su cuidado.
Generalmente, el crimen lo cometen bajo el argumento de estar “aliviando el dolor” de la víctima y perciben ese acto como algo “misericordioso” para poder ayudar a las personas.
Se sabe que este tipo de criminales, a menudo trabajan como profesionales de la salud o también como cuidadores. Además, los casos que se documentaron hasta hoy, sugieren que pueden cometer sus asesinatos por muchos años sin ser atrapados.
“Los asesinos en serie tipo ‘El Ángel de la muerte’ son extremadamente letales y suelen tener un alto recuento de cuerpos”, comentó la psiquiatra forense, Carol Lieberman, en una publicación de Insider.
Entre los personajes más famosos que fueron bautizados bajo el término de “Ángel de la muerte”, se encuentra el enfermero alemán, Harold Shipman, quien se encargó del asesinato de 29 pacientes desde 1975 hasta el año 1998.
Luego de cometer varios crímenes contra sus pacientes, Charles Cullen fue detenido en el 2003 con ayuda de Amy Loughren, la enfermera que trabajó a su lado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Sometser Medical Center en Nueva Jersey.
Mucho antes de que comenzará a sospechar de Cullen, Amy y él fueron grandes amigos. Ambos eran inseparables, incluso el asesino sabía donde vivía la enfermera, aunque en realidad nunca logró conocer a sus hijos.
Cuando Loughren descubrió los asesinatos, colaboró inmediatamente con la policía para poder capturarlo.
Al final, Cullen fue sentenciado en 2006 a 11 cadenas perpetuas consecutivas, lo que equivaldría a 397 años en prisión. Pudo evitar la muerte debido a su disposición para cooperar con las autoridades.
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