Jaracandoso y risueño. Así luce Carlos Vives Restrepo, cantante de larga trayectoria y que mantiene intacta aquella humildad con la que inició su andar en el mundo artístico. Hoy la vida lo pone al frente de un nuevo reto: protagonizar ‘El club de los grandes’, serie colombiana de Disney+. Más de allá de ponerse nervioso, asume este desafío con ese resplandeciente semblante.
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Trome pudo conversar con el cantautor colombiano de 61 años, quien vuelve a la actuación tras un larga pausa y que interpretará a Amaranto Molina, un profesor con una peculiar metodología académica que deberá encaminar los talentos musicales del grupo de estudiantes de un colegio.
¿Qué tal la experiencia, Carlos? ¿Las sensaciones de participar en la serie, tu regreso a la actuación en un rol protagónico? Imagino con nervios como Amaranto (Molina) en su primer día de clases..
Carlos: (Risas) Algo así, antes de. La verdad es muy emocionante formar parte de este proyecto, aportarle a esta historia maravillosa de Disney en la creación musical y en la creación del personaje. Aportarle un poquito de esa información musicológica. Es muy emocionante ser parte de la familia Disney, poder acercarnos a nuestra historia. A la historia de nuestras musicas locales. Está hecho en Colombia, pero tiene que ver con ustedes allá y que tiene que ver con toda América. Muy contento, pero con cierto miedo porque, como tú decías, había dejado muchos años de estar en estas dinámicas de estar estudiando el guión, ensayando y compartiendo con los otros actores. Sí se me había perdido un poquito, pero bueno, retomamos, estudié otra vez y ya muy contento de poder presentando esta primera temporada.
Tenemos a Amaranto Molina, un personaje peculiar…con una enseñanza muy peculiar. ¿Qué tanto hay de Carlos Vives en Amaranto Molina?
Carlos: Ayayay…el personaje de Amaranto es uno antiacadémico, en cambio yo también. Yo también soy un poco antiacadémico. Hay mucho de mí en Amaranto, especialmente ese afán de que la gente joven conozca muchas historias que tienen que ver sobre cómo la música nos conecta, cómo estamos relacionados con el mundo entero, con diferentes lugares a través de la música. Me ha contado como esas conexiones, esas historias, siempre ha sido mi afán de compartirlo con las nuevas generaciones, con músicos, con artistas. Especialmente con gente joven que se acerca a mi casa donde estoy porque, digamos, que el éxito atrae. Pues sí, Carlos Vives tuvo éxito, muchos artistas se me han acercado en estos años que llevo trabajando, que son muchos años. Mucha gente joven se acercó a trabajar aquí conmigo en la música, buscando el éxito. Intentando encontrar cuál sería el camino para tener éxito. Entonces…sí, a medida que uno va caminando, va aprendiendo cosas que quiere compartirlas, tal vez como he dicho, encontré gente que compartió cosas claves conmigo, que no fueron egoístas en compartir. A lo mejor nos cruzamos una hora en la vida y me dejaron algo. Creo que he descubierto cosas y a medida que crezco quiero compartirlas. A veces veo que, en la industria de la música, se han creado hitos y cosas. En la vida real a veces estamos más conectados de lo que pensamos, creemos y vemos, ello entre tanta segmentación que tiene la música en la industria. Entonces, sí, Amaranto tiene parte de esa información y esa forma particular de compartirla, rompiendo un poco lo que Kramer representa en la cosa académica de lo que él piensa que puede ser exitoso en la industria a nivel musical.
Qué tan difícil es para un joven que está entrando a la escena, elegir entre lo comercial y lo alternativa? ¿Cómo has sentido la dificultad de dicha elección?
Carlos: Hoy es muy difícil para un joven salir adelante en lo comercial y mucho más en lo entrecomillas no comercial. Hoy la industria es muy difícil, nadie quiere construir de cero. Todo el mundo quiere artistas que tengan 10 millones de views o 20 millones de views, sino no hay oportunidades. En lo comercial es difícil. Imagínate en lo original, porque lo comercial es a veces poco original. Imagínate a alguien que quiere ser original, que diga ‘quiero hacer algo que de verdad sea original’. Es muy difícil también. Especialmente convencer a la juventud que quiere hacer música, que el camino de la originalidad puede ser incluso mejor que el camino de la fama.
Mira quién triunfa hoy, entonces allí está ese camino. Es comercial porque vende. De por sí es difícil, pero escoger el camino de no ser original te puede cerrar el camino de la fama que buscas. Tarde, más o menos, habla por ti tu catálogo. Tarde o temprano, si eres auténtico, bueno o talentoso, te van a descubrir. Cada artista es un mundo. ¿Cómo lo encuentras? Es un poquito la disyuntiva del profesor Molina de decirles, ‘ahí está el camino de la fama, pero muéstrame qué estás haciendo musicalmente’.
¿Cómo calificaría la experiencia de trabajar con tu hija Elena?
Carlos: Muy emocionante como papá, pero como artista…es decir, como persona y como papá fue emocionante pero al mismo tiempo, como que me ponía a pensar mucho en ella, viéndola. No dejaba de sorprenderme su personalidad, su profesionalismo, su seriedad. Aunque a veces, a todo el combo sí me tocaba ponerme de profesor, son jóvenes, son felices, son alegres, son recocheros y a veces cuando estás en el plan de la grabación, luchas contra el tiempo, los factores, que grabas en exteriores…había que ponerse un poco, plan de profesor de colegio, fuerte.