Los problemas de Alejandro Sanz no tienen cuando acabar. A los problemas emocionales que confesó el cantante español hace unas semanas se suma la millonaria sanción que la justicia española impuso sobre el artista, que deberá pagar tres millones de dólares.
Hace unas semanas, la celeb de España reveló que se encontraba atravesando un complicado momento emocional, pues sentía “triste y cansado”, lo cual serían síntomas de depresión.
A esto se le suma que el juzgado de primera instancia número 47 de Madrid sancionó al intérprete de “Amiga mía”, “Corazón partido” y “Aquello que me diste” por un proceso que se originó en Estados Unidos.
De acuerdo con medios locales, la Fiscalía decretó que se ejecute una sentencia dictada dos años atrás en la que la Corte de Miami condenó al cantante al pago millonario por una irregular adquisición de inmuebles.
Se reveló que madrileño adquirió dos propiedades por 7 millones de dólares, por lo que solicitó varios préstamos del Total Bank de Florida, colocando como garantía una sociedad establecida en América y una finca de Miami.
Si bien todo se encontraba en el marco de la legalidad, el problema ocurrió cuando el español dejó de pagar los préstamos, por lo que la entidad cedió a SHEDDF2 la deuda y puso en marcha un proceso de ejecución hipotecaria con el que se llevarían las propiedades en garantía y las pondrían en venta.
La no respuesta del cantante hizo que sea considerado “declaración en rebeldía”. Ante esto, los abogados de Sanz decidieron presentar un documento de cese de los inmuebles al fondo de inversión para que la venta de los inmuebles suponga la liquidación de sus deudas. Sin embargo, la petición no se llegó a ejecutar debido a que los representantes del español añadieron un valor excesivo y una falta de documentación.
Cabe destacar que la propiedad fue valorizada por los representantes del compositor en 14 millones de dólares, casi el doble de lo que pagó, aunque no presentó los documentos que certifiquen este monto.
Debido a que no se llegó a un acuerdo, la justicia continuó con la demanda, detallando que, en 2020, la deuda del cantante ascendía a 11,9 millones de dólares, los cuales fueron “cubiertos” con la venta de los inmuebles por 9,4 millones de dólares, quedando una cierta cantidad de dinero por cubrir.
El fondo de inversión mencionado solicitó a un juzgado español que reconozca la validez de la sentencia, lo cual incluye que este se haga cargo de hacer efectivo el cobro del resto de la deuda.
La diferencia pasará a manos de la justicia española, que se encargará de hacer válida la sentencia americana y asegurar que Sanz se haga responsable de cancelar los 3 millones de euros restantes.
Además, se solicitó el embargo de varias marcas registradas por el cantante como su nombre artístico o el título de sus álbumes y canciones, así como las empresas Alkazul, SL, Gazul Producciones, SL, y de sus filiales Rosas and Beats, SL, y New Meloil, SL.
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