Esta es una charla con un ganador de barrio. Una conversación con un hombre que sabe dónde está ubicado en la vida, pero con la claridad de saber de qué lugar vino. Los encuentros con Carlos Alcántara siempre tendrán esa dosis de ‘filosofía de esquina’, con harta interpretación del mundo. El actor ahora es protagonista en la película ‘Igualita a mí’ y, como tantas veces, hace una retrospección a sus inicios y nos narra esos momentos inolvidables que forjaron a la persona que es hoy.
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¿La edad en que más saliste a vacilar?
De 14 a 18 años, ‘toneaba’ todos los fines de semana.
¿Cómo eran esos ingresos a las fiestas?
Sabía por dónde jalaba el hilito.
¿Una señal?
Entraba al ‘tono’ y, si una chica me miraba dos veces, algo estaba pasando.
¿Otra cualidad para llamar la atención?
Mi mamá siempre me decía: ‘Cuando llegas a un lugar debes entrar sonriendo’.
¿Lo hacías?
Ingresaba con mi cara riendo.
¿Qué seguía?
Empezaba a bailar y creo que enganchaba.
¿Eres un hombre con ritmo?
Soy bailarín. He sido pareja de promoción y hacía bailar a mi pareja toda la noche.
¿Tus fortalezas para conquistar?
Amable, coqueto, bailarín y aliento fresco.
¿Eso es básico?
Tenía dos soles en el bolsillo y uno lo gastaba en el chicle o Halls.
¿Quiénes eran tus maestros?
En mi barrio te guiabas por lo que hacían los mayores.
¿Era una clase gratuita?
Mirabas cómo bailaban y se acercaban a las ‘flacas’.
Era seguir a la ‘mancha’...
Si no haces lo de los demás del grupo, te vas relegando solo.
¿En qué destacabas sobre los otros?
Como no soy peleador, me distinguía por jugar pelota y lo que te dije de bailarín y creativo.
¿Por qué los que juegan bien al fútbol son los primeros que tienen enamorada?
Es que en el barrio hay campeonatos, las chicas van a ver los partidos del equipo de la cuadra y generas admiración.
¿Otro tip?
Descubrí que tenía rulitos y movía siempre la cabeza.
Era como ser coqueto...
La gente no se da cuenta de que en la pista de baile tienes que moverla.
¿Estás convencido de eso?
Hasta cuando le hablas a una ‘flaca’, tienes que hacerlo.
¿Alguna ‘monería’ que anhelabas en esos tiempos?
Cuando se pusieron de moda los lentes de contacto, quería usarlos. Es que vivimos llenos de complejos.
¿Tiene que ver con la crianza?
Mi madre siempre se pintó el pelo y se quejaba de su tamaño. Eso repercute en nosotros.
¿Qué hacemos?
Necesitamos un cambio de criterio.
¿Cómo se logra?
La educación es el camino para cambiar todo.
¿Cuál era la ‘presión’ de vacilarse los sábados?
De chibolo me iba a los tonos, tenía que afanar a una chica y salir fuera del local.
¿Y despertabas sintiéndote ganador?
Decía: ¡Campeoné!
Preguntas para iniciar una conversación...
¿Qué perfume usas? o qué rico hueles... Hasta ahora lo pregunto porque se me quedó.
¿Una irresponsabilidad de esa época?
Muy pocas veces usé preservativo, sin tomar conciencia del peligro y las consecuencias.
Tiene mucho que ver con la película ‘Igualita a mí’, donde descubres que tienes una hija...
Por eso la escogí, allí usaba esas terminologías despectivas como ‘salir y levantar’ o ‘salir de pesca’.
Vivimos en un país que se critica todo. Tienes 57 años y alguno podría querer cuestionar tu forma de vestir...
A mí me podías tumbar con un comentario en las redes.
¿En serio?
Eso era antes, ahora bloqueo y chau. Esos que escriben no sé si realmente existen o no.
¿Nuestra sociedad es muy hipócrita?
Vivimos dentro del ‘qué dirán’.
¿Somos un país solidario?
Ante la desgracia sí, pero no para apoyar un emprendimiento.
Siempre te veo en el papel de ‘ganador’, ¿cuándo te veré de ‘perdedor’?
Ya he tenido algunas, como en ‘Perro guardián’, y tengo una propuesta de trabajo en Centroamérica donde tendré ese rol.
Eso sí es un cambio...
Soy actor, no comediante. Que me sienta cómodo allí es otra cosa, pero deseo hacer películas de acción, por ejemplo.
Y bueno, a ir con todo al cine para ver ‘Igualita a mí’...
Sí, es una cinta que les va a gustar y está muy bien realizada.
Un abrazo y que sigan los éxitos...
Gracias por la conversación, como siempre.
Creando, construyendo y volviendo a empezar. Así es él siempre en su vida. El popular ‘Cachín’ no se queda quieto nunca y asume una frase del genial escritor argentino Julio Cortázar: ‘Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo’.
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