Tantas historias que lleva cargando en sus espaldas, miedos superados, angustias y siempre con esas ganas de sonreír, de mirar lo bueno a pesar de que todo parezca malo. Anahí de Cárdenas es una de las ‘guerreras’ de este mundo que superó al cáncer. Más de medio año lejos de los temores y con la apuesta por la vida, ha regresado a la televisión en ‘El artista del año’. Esta charla es para gritar bien fuerte que vale la pena respirar.
Rodeada de gatos.
Tengo 6.
Son mis curadores y sanadores.
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Me protegen mucho. Cuando llego a casa y me duele la barriga, se echan conmigo y me calmo.
Chupan la energía negativa.
El teléfono es lo primero que agarro al despertar y lo último que toco antes de dormir.
Empecé a ponerme horarios y trato de dejarlo la mayor cantidad de tiempo posible.
Lo pongo lejos y en silencio.
Si salgo a tomar un café, lo dejo en la cartera o el auto.
Es la mejor forma de tener buenas conversaciones.
Sí, es feo hablar con alguien y estar revisando el aparato.
Prefiero lo primero, pero como todos se comunican con mensajes de voz, también lo hago.
A todas las tengo en mi WhatsApp. Estamos unidas para siempre.
Rotundamente que sí.
En la flor de mi juventud.
Me he convertido en una persona espiritual. Me siento mejor ser humano.
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Creo que nosotros escogemos venir a este mundo a aprender. Estamos llenos de pruebas que nos van a ayudar a ser mejores personas.
Un grupo de niños se acercaron: ‘Señorita, estamos felices de que haya vencido al cáncer’. Casi me pongo a llorar.
Es la libertad.
Es mágico.
Te transporta a un universo de felicidad absoluta.
Por supuesto.
Ja, ja, ja, me tocó uno que bailaba mal, pero tenía otras cosas importantes.
Siempre es bueno para empezar una historia de amor o amistad.
He ido a ‘La casa de la salsa’.
Me imagino que tengo mi ‘achoramiento’.
Reguetón.
En alguien que me cae mal, ja, ja.
Es una enfermedad mental.
Lo mismo y estoy absolutamente en contra.
Piensan que las mujeres somos ciudadanas de segunda clase.
Están para servir solamente.
Tiene celos de que trabajes o ganes más que él.
Por la mirada.
Ya no me da roche, lo superé.
Estoy muy contenta, la paso muy bien, es divertido. Me he hecho de amigos lindos.
A ustedes un fuerte abrazo y agradecida por esta conversación.
Sigue de pie, firme, contenta, viviendo. Como lo aseguró el filósofo romano Séneca: ‘La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo bien que haya sido representada’.
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