Anahí de Cárdenas: ¿quién es realmente? Frente a un parque lleno de árboles frondosos en Miraflores, en un departamento del segundo piso con balcón a la calle, unos gatos duermen sin ánimo de ponerse de pie, una perrita de regular tamaño camina por la casa y no se enfrenta a los felinos. Conviven armoniosamente, como si estuvieran conscientes de no trastocar la paz del interior. Pero en estas cuatro paredes también hay energía, que se siente ni bien se ingresa.
Es entendible: aquí vive Anahí de Cárdenas, actriz, dramaturga, cantante y ahora escritora. La autora de ‘Fuck cáncer’. Mediante su pluma, revela su testimonio sobre la lucha con la enfermedad y acá, en estas líneas, desnudará su interior.
TE VA A INTERESAR: Melissa Paredes mostró ‘nuevo depa’, tras ruptura con el ‘Gato’ Cuba: “Nuevo comienzo”
Sí, por supuesto.
Al grano, de frente.
El que te tontea: ‘Te pago mañana’.
De jovencita bastantes.
Me engañaron.
Los hombres son muy demorones.
Era de decirles para iniciar como pareja. Muchas veces me respondieron: No.
Con mi novio pasó algo parecido.
Un día iba a su casa y me quedaba. Otra vez el venía a la mía y pasaba lo mismo.
Le propuse: ‘Ya no quiero ir de allá para acá, he tenido un divorcio, deseo rehacer mi vida, probablemente casarme, tener hijos’.
Él me contestó: ‘No estoy listo para el matrimonio, no quiero tener hijos, ni convivir’.
Me fui como el Chavo, ja, ja. Con mi mochilita.
TE VA A INTERESAR: El emotivo mensaje de Deyvis Orosco y Cassandra Sánchez a su bebé: “Esperamos al nuevo bomboncito”
Nunca hago eso, a no ser que haya sido una relación tóxica.
Después de dos semanas, que ni hablamos, me llamó: ‘Te extraño mucho, hay que encontrarnos’.
Le advertí: ‘Sabes lo que quiero, nada de punto medio’.
Me aclaró: ‘Entiendo y te pido que empecemos despacio y de manera progresiva. Podemos comenzar mudándonos juntos’.
Pero nadie le puso una pistola en la cabeza, ja, ja.
Sí.
Así es y fue triste.
Solo puedo decir que uno no escoge de quién se enamora, pero sí escoges qué hacer con eso.
Se necesitan dos para bailar.
Una vez, hace muchos años, uno que no era tan su ‘pata’ lo hizo.
Lo cuadré y se lo conté a mi enamorado de ese momento.
Congelé mis óvulos en mayo y me enfermé en octubre.
Más adelante lo intentaré por mí misma, si es que mi organismo lo permite o por un vientre de alquiler.
Yo misma le pedí que si deseaba terminar, que lo haga. No es justo que siga conmigo por tener cáncer.
Lo primero que mencionó: ‘Cállate, Anahí’.
Le insistí: ‘Tenlo claro’.
Eso es lo que tú crees.
Visítalo. Lo que más necesita es distracción.
¿Cómo te fue en la quimioterapia?
No indagues cómo está, sino qué puedes hacer por él.
Nunca te hagas el valiente y le comentes: ‘Ojalá me hubiese dado a mí’.
Al trabajo, los chocolates y la Coca Cola.
Te sientes mal con el tratamiento, crees que ya no la cuentas y de pronto entra una luz brillante: ‘Me rehúso, miren todo lo que hay para vivir’.
Que se abra al cien por ciento el aforo en los teatros.
Es una voz que te puede acompañar en algún momento difícil. No tienes que sufrirlo para revisarlo.
Un gusto charlar de todo y gracias para que vengan más reportajes y risas como hoy.
De la chica que entrevistábamos de tiempo en tiempo a la que es ahora, hay una abismal diferencia. Por eso, para despedirla, esta vez no me apoyo en un escritor famoso, ni en un músico renombrado. En esta oportunidad, cito una sentencia de ella en su libro: ‘El amor brota por mis poros como una catarata incontenible de agua de manantial’.
Contenido GEC