Para contar hay que viajar. No se puede narrar costumbres de un país si no lo has transitado un país. Christian Bayron es un periodista de América Televisión, tiene su secuencia de viajero en el programa ‘En Boca de todos’, pero no se ha conformado con eso. Se ha animado a escribir un libro de la manera más simple, pero a la vez real, del perfil de los famosos que conoció y trató. Este reportero es un guía turístico del Perú que pocos conocen.
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La famosa Shacta, que es el aguardiente de Huánuco. Lo tomas y no te deja resaca.
Con un vaso, ya quieres invadir Chile y traerte el ‘Huascar’.
Ceviche de sábila en Máncora.
Pelas la planta, luego la picas en cuadraditos, le echas limón y te queda espectacular.
En Puno, existe el ‘Escabeche de Paco’. Es un ave que consume animalitos de los pantanos. La disecan, la ponen un tiempo al sol y se convierte en charqui de ave.
Guadalupito, que es la frontera entre Áncash y Trujillo. Comida barata y buenos hoteles para todos los bolsillos.
La salchicha huaralina, hecha con carne de cerdo chibolo.
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Es una tierra que está en una cápsula de tiempo. La gente es bien ordenada, no hay peleas callejearas o entre vecinos.
Los adultos hablan alemán, pero las nuevas generaciones ya lo van olvidando.
Pides y te sirven pan con chorizo, cecina y nada de te o café, eso es reemplazado por cerveza de poco alcohol, que igual te ‘mueve’.
En Yarinacocha almuerzas en cualquier restaurante y ves en el local chicas bailando en ropa de baño. Sino sabes, te puede parecer un nigth club.
En Tarapoto. Gente muy alegre y recomiendo que vayas soltero o listo para divorciarte.
En Huanta, Ayacucho. Fuimos a entrevistar a una señora que tenía su local de comida y nos presentó sus amigas.
Brindamos con ambas.
Ambas habían salido con señores malos, eso que tienen dinero y nadie se anima a decir de dónde.
Exactamente y entre se sacaban en cara: ‘A ti te regaló un carro’ y la otra respondía: ‘Pero a ti una joya’. Nos salimos ‘volando’ para evitar problemas.
Fui a Marcahuasi en busca de ovnis. Muy seguro levanté mi carpa en un lado y el camarógrafo dormía en otra.
A las 3 de la mañana sentía una humedad que me llegaba hasta los huesos y fui a buscar a mi compañero.
Para echarme en su cama y dormir abrazados.
Ja, ja. Lo abracé y le aclaré: ‘Duerme, no te desconcentres’.
Contrario a los que muchos puedan pensar, está en Ayacucho, donde encuentras lo mejor del sonido de las guitarras eléctricas.
En tiempos de Pandemia cerraron Machu Picchu y estuve presente en su reapertura.
Es un anecdotario de 10 historias y no está narrada de manera cerebral, ni poética. Por lo contrario, está escrito con ‘ajos y cebollas’.
Es un libro para personas que tienen miedo a meterse a una lectura llena de metáforas. Redacto como una charla de patas.
A ustedes por escuchar mis historias.
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