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Ada Chura y toda su historia: Fue nana en Chile, rechazó concierto para Fujimori y cuando le pagaron 30 soles por show [VIDEO]

Artista tacneña conocida por sus canciones ‘Te arrepentirás’, ‘Llorando tu partida’ y ‘Si te vas’, repasa su carrera y recuerda cuando en su primer show le pagaron 30 soles.
Ada Chura: Fue nana en Chile, vivió en jr. Paruro, rechazó hacer un concierto para Fujimori y trabajó cuidando abuelitos en España | ENTREVISTA

En los años noventa, el ritmo de la tecnocumbia era uno de los más escuchados por los peruanos. Y Ada Chura, la tacneña que había conquistado la capital con su agrupación ‘Ada y los Apasionados’, era una de las artistas más solicitadas pues sus clásicos temas: ‘Te arrepentirás’, ‘Llorando tu partida’, ‘Si te vas’, sonaban en todas las radios del país.

Ada Chura

En exclusiva para Trome, la ‘hija ilustre’ de Tacna recordó su infancia cómo corista en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, su etapa cómo madre soltera trabajando en Chile, el momento de ‘Cumbiastar’, cuando llenaba locales en pleno año 2000, y los complicados momentos que hicieron cuestionar su talento y la potencia de su voz.

Hoy, Ada disfruta de sus cuatro hijos y del cariño de su esposo. Trata de aprovechar su felicidad cada segundo y cada minuto porque, según menciona, “es el motor que mueve su vida”. Conozcamos un poco más sobre la vida de la llamada ‘Romántica de la Tecnocumbia’, aunque algunos la consideren su reina.

Ada Chura: De Tacna para el mundo

Cuéntanos sobre ti, ¿de dónde eres?

Yo soy tacneña. Creo que, en Perú, la mayoría conoce mi procedencia. Soy del mismo Tacna. Nací en la casa de mis padres, donde vivo todavía. Mi mamá me contó que tuvo dolores intensos y no hubo tiempo para ir al hospital y nací ahí. El parto fue fácil, quizá, porque era la tercera hija.

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¿Cuántos hermanos son?

Somos tres del primer matrimonio de mi mamá y dos, del segundo. Somos cinco hermanos. Mi mamá se quedó viuda y empezamos a vivir más que todo con mi abuelita, mi mamá tenía que trabajar y sacar adelante a la familia.

¿Dónde trabajaba tu mamá?

En ese tiempo, mi mamá trabajaba en hoteles, hacía labores en la recepción o limpieza y en todo lo que requiriese el hotel. Normalmente ha trabajado en este tipo de rubro, con eso nos ha mantenido y ha sacado adelante por muchos años.

Entonces, ¿se quedaban bajo la tutela de su abuelita?

Sí, mi abuela nos cuidaba mucho, ella era muy cristiana. Mi abuela siempre nos llevaba a la iglesia, ella nos crió con mucho fervor religioso. Yo he estado en la iglesia prácticamente los primeros quince años de mi vida.

Cantante tacneña hace un repaso sobre su carrera

¿Qué tan importante es la fe para ti?

Soy cristiana Adventista del Séptimo Día, es una religión diferente, pero al final todos tenemos el mismo Dios. Para mí, la religión es muy importante en la vida de las personas, sea la religión que sea. Obviamente, que alabemos a Dios, que es lo más importante, que tengamos a Dios y creer en la fe y en Dios, y que esté en nuestra vida, continuamente en nuestra familia.

Háblame sobre tus inicios en la música

Tiene que ver con la iglesia, porque la iglesia siempre ha fomentado la música, sobre todo, en la parte vocal. Siempre ha promovido el canto, desde que íbamos a la iglesia, todo el mundo canta ahí y hay muy buenas voces. Personalmente, cantaba en el corito de niños y no de adultos. No llegué a cantar con los adultos porque me quedé en la iglesia solo hasta los 15 años. Después que mi abuela falleció, me alejé un poco de todo.

O sea, desde muy niña, ya estabas desarrollando el amor por el arte

Siempre me ha gustado cantar. Recuerdo cuando iba a mi casa, cantaba las canciones de Daniela Romo y Yuri, pero cuando ya tuve 15 años, cantaba a solas frente al espejo. Por ese tiempo, en el colegio, me pasó algo curioso relacionado al canto.

Cuéntanos, por favor.

Si no me equivoco, estaba en tercero de secundaria y todos teníamos que pasar un examen, y el profesor dijo: “Van a cantar”. Sucede que el profesor estaba buscando gente para el festival de canto, que todos los años mi colegio organizaba. Entonces, de esa manera, él buscaba talento. Imagínate, yo con miedo y terror porque tenía pánico escénico, le digo: “Profe, por favor, doy el examen, pero no quiero que nadie me escuche, sino no voy a poder. ¿En el recreo puedo dar el examen, para que solo usted pueda escucharme?”. El profesor me escucha e inmediatamente me dice: “Vas al festival”. Entonces, le contesté: “Puedo participar, pero si usted pone a dos chicas a mi lado”. Participamos, y nos fue bien.

Tus amigos se enteraron que cantabas bien

Algo así, lo gracioso es que, en cuarto año secundaria, el profesor volvió a exigirme que cante, pero sola. Canté ‘Simplemente amigos’ de Ana Gabriel y gané el Festival en la categoría música internacional. Al año siguiente, canté en la categoría música criolla y volví a ganar el Festival de mi colegio Coronel Bolognesi de Tacna.

Ganando dos festivales, ¿no pensaste dedicarte a la música?

No, la verdad, no. Cuando salí del colegio fui directamente a prepararme para la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, no sabía exactamente qué iba a estudiar, a pesar que había sido muy buena alumna. Creo que estudié un mes en la academia y después de hablar con mi mamá, decidí trabajar.

Ada Chura: Mujer guerrera

¿Cuál fue ese primer trabajo?

Trabajé en una fábrica empaquetando cajitas de leche. Era un trabajo bien duro y sacrificado porque había turnos que había que trabajar en el día y toda la noche. En ese tiempo, me había ido de mi casa y decido volver con mi mamá. No quería estudiar, pero decido llevar una carrera corta de secretario. Al poco tiempo, salí embarazada de mi hijita a los 19 años y, a los 20, la tuve en mis brazos. Ella fue mi motivación para trabajar. Pude terminar la carrera de secretariado y conseguí un trabajito, pero no se ganaba mucho y el sueldo mínimo, en ese tiempo, creo que era de S/ 250 y no alcanzaba mucho.

¿Qué decides hacer, entonces?

Tuve que buscar trabajo y me fui a Chile a ser nana, o sea a cuidar niños. Tenía entre 22 y 23 años cuando viajé a Iquique, a cuatro horas de Santiago. Estuve allá un año más o menos, luego me salí y me recibieron en una heladería, como no tenía papeles.

¿Trabajaste como ilegal?

Sí, como ilegal, hasta que dije: “Hasta acá nomás”. Extrañaba mucho a mi hija.

Los chilenos son muy nacionalistas, ¿sufriste algún tipo de discriminación por ser peruana?

Gracias a Dios, no tuve ese problema. Creo que, de alguna manera, con un compañero de trabajo tuve ese problema, no sé si fue por racismo, no creo que fuera por eso. Creo que fue más por el hecho de que una persona de afuera y que le quiera quitar su trabajo. Yo hacía bien mi trabajo. El dueño decía: “Vamos a hacer horas extras, ¿el sábado podemos trabajar hasta las 10 de la noche?”, preguntaba. Yo respondía que sí, porque quería ganar más dinero. Los demás cumplían su horario y se iban. Ese muchacho, siempre fue déspota. Nunca me insultó directamente, pero sí era incómodo.

Entonces, decides retornar a Perú

Claro, decido volver a Perú porque extrañaba a mi hija.

¿No te adaptaste mucho a Chile?

No es eso, ¿qué haces si tienes tu familia en Perú? Yo me adaptaba, pero estaba sola.

Durante ese tiempo, ¿te llegaste a enamorar de un chileno?

No, no voy a decir que no conocí gente, pero nunca me involucré con nadie porque mi prioridad era chambear y velar por mi hija. Con la primera experiencia que tuve, me enfoqué solamente en mi hija. Tenía que ser madre primero. Mi mamá también me dijo: “Tú decidiste, entonces es tu responsabilidad”.

¿Debió ser complicado volver a Tacna, en esa situación?

Regresé a Perú y no tenía trabajo, no encontraba nada. Yo era técnica en secretariado. Estaba desesperada, pero el destino había trazado ya camino.

Ada Chura: Un golpe de suerte

Cuéntame

Un día, de la nada, un señor tocó la puerta de mi casa. Inmediatamente lo recordé de la época de los festivales del colegio cuando yo cantaba y él era el tecladista. ‘Cachito’ lo llamaban. Me dice: “¿Te acuerdas de mí? Yo te acompañé en el festival del colegio. Te hemos visto y vemos que tienes talento, no sé si puedes participar con nosotros en una agrupación que estamos formando, vamos a iniciar a tocar en Patroncito, un local de comida típica”, me comenta. Yo le dije que no podía cantar. “No sé cantar”, respondo. Él me dijo que tenía talento e iban darme el repertorio para ensayar. “Vas a hacerlo bien”, me decían. Yo necesitaba trabajar.

Y entonces te animas a cantar

Tenía que ver la forma, cualquier cachuelo. No tenía nada y justo llega eso, como te digo: Dios siempre tiene un camino, y llega ese señor. Por necesidad, tuve que aceptar. Tenía una hija y necesitaba trabajar. Acepté, y lo primero que le pregunté al dueño: “¿Cuánto me vas a pagar (risas)?”, Yo no voy a trabajar por el amor al arte. Las presentaciones solo eran los sábados y domingos. Recuerdo que, en ese tiempo, me pagaban 30 soles por día, chambeaba de dos a cinco y cantaba cinco o seis temas. Ahí mismo llegó la propuesta de Ada.

¿Cómo fue? Cuéntame…

De esos músicos, el bajista Noel conocía al señor que quería formar una agrupación nueva, yo no sabía nada de Rossy War, estaba perdida. Al final, ese señor tenía dos radios, una de política y otra de música. Era Mario Aguilar, él traía muchos grupos de Bolivia a Perú. Era un promotor que quería formar un grupo peruano nuevo, pero no sabía con qué fin, luego me llego a enterar, que quería hacer una copia de Rossy War, cosa que yo no era.

Claro, cada persona tiene su persona su estilo propio.

Él buscaba eso porque parece que había trabajado antes con Rossy y el señor Tito, tuvieron desacuerdos, por eso quería cómo sacarle la vuelta, algo así. Eso me enteré después. Recuerdo que no le gustó mi estilo porque buscaba una copia, había una chica en Tacna que era una copia de Rossy, que cantaba rock y era ronquita.

¿Que decidieron al final?

El programador convenció al señor para que yo sea la cantante de esta nueva agrupación. Este señor me dijo: “Vas a trabajar de 8 de la mañana al mediodía, luego almuerzas y vas a tu casa, y regresas a las 4 y luego vas a tu casa a las 8 de la noche. Todos los días vas a tener que ensayar”.

Era una buena noticia…

Yo solo le pregunté cuánto iba a ganar porque tenía una hija y no podía vivir por amor al arte. Me dijo: “Te pagaré 80 soles por toda la semana, pero a futuro te voy a pagar por bolo”, me dijo.

Entonces aceptaste…

Sí, iba a ensayar todos los días. Ahí conocí al tecladista y baterista, Pedro y Pablo Mendoza, de 18 y 16 años. Ellos me encaminaron. Éramos como hermanos. Mientras estábamos formando el grupo preguntamos por el nombre de la agrupación, el señor no tenía la intención de llamarlo ‘Ada y la Nueva Pasión’, solo iba a poner ‘La Nueva Pasión’.

¿Y qué pasó?

No sé quién dijo: “Tienes que ponerle ‘Ada y la Nueva Pasión’, porque en ese tiempo era ‘Rossy War y su Banda Kaliente’, o tal y su grupo. Cuando mencionaron el asunto al señor, tuvo que aceptarlo. Yo me quedé con mi nombre propio.

Claro, es tu nombre

Ahora soy Ada Chura, él quería quitarme el nombre. Fui muy difícil enfrentar las cosas que se vinieron después respecto a la productora, luego los reclamos de mis compañeros hacía mí. Fue todo un lío.

Pero volvamos al grupo de ‘Ada y la Nueva Pasión’

No fuimos populares de la noche a la mañana, tuvimos que hacernos conocidos primero en la selva. Él traía sus grupos bolivianos y nosotros éramos teloneros. Poco a poco fuimos ganando nuestro espacio.

Pero aún no tocaban en Lima, ¿cierto?

Nosotros vinimos de frente a Lima a grabar. Yo no quise venir a Lima porque a mí no me habían dicho eso, no quería alejarme de mi hija y tenía miedo de entrar a una sala de grabación. Al final, hablé con mi mamá y mi padrastro y ellos me dijeron: “Es tu decisión, nosotros cuidaremos a tu hija”.

Cantante tacneña hace un repaso sobre su carrera

Ada Chura: La nueva reina de la tecnocumbia

¿Te acuerdas a qué lugar de Lima llegaron?

A Paruro, en el Centro de Lima. El señor vivía en un departamento ahí, vendía instrumentos musicales en su tienda. Nosotros nos instalamos en un cuartito y yo dormía con una abuelita que era la antigua dueña que había vendido el departamento con la condición de quedarse hasta que muriese.

¿Dónde grabaron?

En Cántaro Récords y grabamos 16 temas. Escogimos los temas ‘Te arrepentirás’, que era una canción inédita de Pedro Mendoza, el tecladista. También ‘Dame tu cariño’, ‘Te llevaste mi amor’, ‘El amor se pesa’, ‘Llorando tu partida’, ‘Regresa a mí’, ‘Amores viejos’, ‘Si te vas’, ‘Amor se escribe con llanto’.

Fueron muy buenos temas…

El señor fue lanzando estos temas en su radio Universal en Tacna, para ver si pegaba en la gente.

¿Cuál crees qué fue la canción que hizo despegar al grupo?

Definitivamente ‘Llorando tu partida’. Son temas románticos y bonitos, que eran más requeridos en la parte del sur. Funcionó en Tacna y luego se lanzó en Lima. El señor se encargó de promocionarnos en la radio, eventos y en algunos conciertos. Nos presentamos en el programa de Coco Giles, creo que estaba en Frecuencia Latina. Lo bueno es que la tecnocumbia estaba entrando con fuerza, Rossy estaba abriendo el camino.

¿Recuerdas la canción que cantaste en el programa de Coco Giles?

‘Gracias por tu adiós’… Cuando creas que yo estoy ausente… (canta). Me hizo cantar a capela y eso me abrió un poco las puertas. Me llamó otra vez al programa, y de ahí fui a otros lados. Los de los programas buscaban un tema que fuese más movido para que entrara con fuerza. Así entró ‘Te arrepentirás’, con todo y los pasitos (risas). Los chicos que bailaban crearon la coreografía. Luego vinieron otros chicos de Huancayo, ‘Pollito’ y el animador, Rolando Gomez, que después fue animador de Agua Marina.

‘Te arrepentirás’ fue el golazo de media cancha…

Claro, en La Movida de Janet entramos con esa canción, fue el himno para todos, con todo y sus pasitos.

Cantante tacneña hace un repaso sobre su carrera

La tecnocumbia estaba en pleno apogeo y tú eres uno de los nuevos rostros.

Yo tenía, a veces, un poquito el dejo de chilena porque había venido recién de allá, se te pega. El señor Mario, primero, quería que dijera que soy panameña por el look, luego chilena por el dejo. Yo le decía: “¿Por qué vamos a engañar? Después se enteran que soy peruana, ¿y cómo quedo?”. Todo con sinceridad. Siempre se lo dije.

Recuerdas el momento más complicado de tu carrera

Sí, fue cuando me separé de mi productor, casi a fin de año de la fiesta del fin del milenio. No tenía nada ni instrumentos. Mi productor nos puso una demanda porque nosotros hablamos con él para que revisara nuestros contratos. Él ya cobraba bien por nosotros, pero nosotros seguíamos ganando un bolo de 150 soles y mis compañeros entre 60 y 200 soles, no era justo. A él le pareció que nos queríamos aprovecharnos, cuando no era así. Él ya estaba ganando mucho dinero porque nosotros ya rendíamos, estamos hablando del 2000.

¿Qué pasó después de esa reunión?

El trato era déspota, seguíamos viviendo en Paruro. Compartíamos la casa con las otras agrupaciones que traía de Bolivia, estábamos juntos y revueltos. Son cosas que ya pasaron, hemos pagado derecho de piso bastante. Él nos hizo juicios y tuvimos que contarlo a la prensa. Dijo que nosotros habíamos firmado un contrato perpetuo con él y de por vida.

Imagino que fue un estrés todo este tema

Contamos estas cosas porque nos estaban enjuiciando y sacaban cosas que no eran. Hasta sacaron una Ada bamba, o sea ni siquiera se quedaron quietos. Solo querían enterrarme, querían decir que yo no era nada sin ellos. Para el cierre del año 2000, no teníamos nada por Año Nuevo. De él, no supimos nada. Hasta nos llegó bloquear los bolos, no podíamos cobrarlos. Tuve que llamar a su esposa para que abriera las cuentas para que podamos cobrar o si no hablaría con la prensa porque esto no es justo.

Después de ese complicado episodio, insistes en la música

Yo me fui con todos los chicos de la agrupación anterior. Me fui a Indecopi y registré el nombre ‘Ada y Los Apasionados’. No teníamos cómo comprar instrumentos, pero decíamos que algo saldrá. Luego, alquilamos un departamento en Jesús María, con Pedro, el tecladista. Por esas cosas de la vida, nos llama Agua Marina y Nílver Huarac. Nílver nos ofreció más dinero, pero elegí trabajar con Agua Marina porque había más proyección. Con esa platita que nos pagaron compramos instrumentos en Tacna, y trajimos todo y ensayamos. El Guadalupano se llenó durante la fiesta del fin del milenio. Recuerdo que fue un lleno total, eran las 3 de la mañana y la gente seguía haciendo cola. Yo entré a las 3 de la mañana y de ahí me fui a Piura porque también me presentaba ahí. Ya trabajaba sola, yo trataba de manejar todo por mí y mis compañeros.

De ahí, ¿cómo sigue la carrera?

Fue difícil para mí, porque era joven aún, tenía unos 26 años. Para mí, eran muy importante las personas que me rodeaban. Tuve muchos aciertos y desaciertos. Trataba de sacar adelante a la agrupación, que todos estén bien. Éramos como ocho, y algunas personas más.

Sin embargo, el fenómeno de la tecnocumbia empezó a bajar.

Eso me afectó mucho y, en ese momento, me embaracé. Yo decidí tener a mi segundo hijo. Todo me agobiaba. Me quedé en Lima, trabajé embarazada hasta casi hasta los nueve meses.

Ada Chura: Vivir bajo las sombras

Es así que de un momento a otro decides desaparecer.

Yo buscaba trabajar en la música, pero no era igual porque empezó a bajar la tecnocumbia. Recuerdo que cuando me voy a Europa, me doy con la sorpresa de que estoy nuevamente embarazada, no lo había planificado el tercer embarazo. Ya habían pasado muchas cosas, hasta con el padre de mi hijo. Dije que no podía seguir así, no quiero que mi hija pase lo mismo que mi hijo y me pregunten: “¿Por qué te embarazaste en tu mejor momento?”. Me fui a Tacna. Quise dejar la música por completo por mi hija Mía.

Imagino que fue complicado

Fue terrible, porque así ya no estés trabajando, tu cara es imposible de olvidarla; la gente te reconoce. Llegas y no sabes en qué trabajar, en dónde, pero como cantante yo no quería. Recuerdo que un regidor de la municipalidad, me dice: “Adita, quería que cantes en un evento, tipo pollada”, dice. Yo ya no estoy cantando, le respondo. Él insistió y le dije cuánto cobraba, pero que además le pedí un favor: “Quiero un trabajo”, le pedí.

Dejar la música para empezar de cero, es una apuesta muy arriesgada

Yo no quería estar en la música, no quería saber nada de los promotores. Me dijo: “Te puedo ofrecer un puesto como asistente de marketing en la caja municipal de Tacna”. Respondí que sí, y el señor cumplió su palabra.

¿Cuánto tiempo trabajaste en la caja municipal de Tacna?

Fueron seis meses, y el sueldito no me alcanzaba. Recuerdo que mi jefe me comprendía cuando salía temprano para cumplir algún evento, y me apoyaba en el trabajo. Cumplido los seis meses, terminé mi contrato en la caja y me retiré porque no te podían dar tanto permiso. Era un poco complicado lidiar con algunos fans que te reconocían, y tenía que darles la típica explicación: “Ya no estoy en la música”.

Pero ¿por qué decides en sí dejar la música, solo era por tu tercer embarazo?

Me harté del ambiente, de las críticas típicas de la gente, de la prensa. La gente dice lo que piensa, pero duele. En esos tiempos, ya no era tan firme la tecnocumbia y había bajado. Yo quería hacer mi vida normal. Esa fue mi razón para salirme. Pero no pude vivir como debería, tenía tres hijos y coste de vida no me daba. Fue difícil, pero aprendí vivir así. Ganaba 700 soles mensuales (risas). Aprendí a vivir con ese sueldo.

Pero esta no es la primera vez que desapareces de la tecnocumbia

Sí, estuve trabajando con mi esposo en Palma de Menorca, España. Estuvimos cerca de ocho meses en Europa, yo cuidaba a abuelitos y él realizaba trabajos de electricidad. Pero los ingresos son muy diferentes, y por eso también decidimos volver.

Cantante tacneña hace un repaso sobre su carrera

Ada Chura: Rossy War, amiga y rival

Durante la época dorada de la tecnocumbia hubo una pequeña pelea, por así decirlo, con Rossy War

No fue una pelea, se suscitaron las cosas de esa forma, ya sea por los medios, trataban de picar. Yo decía: “Yo no ronco, canto” (lo dice riendo), dije eso, y claro ella se molestó; igual lo que ella dijo cuándo preguntó: “¿Quién era yo? Porque, para ella, Eva Ayllón era una cantante”, señaló. A mí se me salió esa frase porque me picaron. Luego, lo aclaramos, conversamos y todo está bien.

¿Mantienes relación con las otras reinas de la tecnocumbia, Ruth Karina y Ana Kohler?

Siempre me he llevado bien con Ruth, y con Rossy también pero no nos tratábamos tanto. Hasta ahora tenemos contacto. Somos más amigas con Ruth.

¿Recuerdas algo curioso en tu carrera profesional?

Me invitaron para conciertos con el señor Fujimori. Creo que le dijeron a Vilma, mi manager, en ese tiempo, para ir al SIN a cerrar los contratos. Preferí no ir, no sabía lo que era exactamente, solo sabía que querían contratarnos. Le dije a Vilma que tenemos trabajo y no era necesario meternos en política porque la política nunca es limpia y a futuro nos traerá complicaciones. Nunca supiste de montos.

¿Te consideran la reina de la tecnocumbia?

No, la reina es Rossy porque ella empezó y abrió puertas. Yo soy la romántica, la reina no porque no siento que esto se trate de títulos.

De todos tus éxitos, ¿con cuál canción te identificas?

Desde el principio me he identificado con ‘Llorando tu partida’ y ‘Si te vas’. Y bueno ‘Te arrepentirás’ porque es un éxito.

Cantante tacneña hace un repaso sobre su carrera

Como buena tacneña preparas el famoso picante a la tacneña

Sé la preparación y lo he hecho, pero nunca como mi hermana.

Siempre te ha gustado emprender, estabas haciendo una radio, ¿no?

Estaba haciendo un poco de radio, mi hermano tiene una radio online. He hecho entrevistas a algunos artistas de mi rubro y ha tenido muchos seguidores en Facebook, por cierto, me hackearon mi Facebook, ya no puedo recuperarlo. Estoy empezando de cero, y cómo no soy muy metida en las redes me cuesta y por eso estoy empujado a mi hija para que me ayude con eso de las redes sociales porque soy un dinosaurio.

Por último, ¿cómo va la relación de tu esposo?

Es algo extraño para muchos, él es el papá de mi primera hija, con él solo fuimos enamorados. Yo me alejé de él, éramos mocosos y me veía un futuro con él. Él también desapareció y apareció cuando mi hija tenía 4 o 5 años. Tal vez no me buscó porque formó otro hogar, yo no lo voy a juzgar ahora. No estuvo presente muchos años en la vida de mi hija. Yo no sé si los años, las experiencias hizo que nos reencontráramos. Habían pasado los años, se había separado y yo también. El arte es bohemio y a veces no te encuentras tú misma, te encuentras sola. A veces te agobias con las cosas.


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