Aunque se grabó hace un par de años atrás, “El último bastión” fue una serie pensada para conmemorar los 200 años de vida republicana de nuestro país. Con esa excusa, TV Perú volvió a ponerla en pantallas desde el lunes pasado. “Es increíble que la vuelvan a pasar, por más que haya estado en Netflix hay mucha gente que no tiene acceso a esta plataforma y la primera vez que pasaron la serie era en un horario poco amigable y un montón de gente me dijo que no la vio completa. Ahora está en un mejorar horario y se le ha hecho una mejor difusión”, sostiene el actor Rodrigo Palacios.
Según Palacios, mucha gente se siente identificada con la serie porque cuenta el proceso de la independencia desde el punto de vista de los ciudadanos de pie, de todos los estratos sociales, de todos los colores, razas y profesiones. La gente ha podido ver que el proceso no solo estuvo a cargo de San Martín y Bolívar sino de un montón de gente común.
“Yo mismo he aprendido de la historia del Perú preparándome para la serie y leyendo mis guiones, y creo que a la gente también le ha pasado eso: una cosa es que te la cuente un profesor y otra cosa verla con caras. Para empezar, yo no me acordaba mucho de esa parte de la historia del Perú, soy muy malo para la historia y, por más que lea, siempre me olvido”, admite el actor.
“Soy abogado de profesión y toda mi vida he trabajado así y también hacía teatro -mientras el cuerpo y el tiempo me daban-, pero hace unos años renuncié a mi profesión de abogado por completo para dedicarme a actuar al 100%. Felizmente antes de la pandemia me llamaron para una consultoría, se formalizó el contrato y me quedé y llegó la cuarentena y el contrato se fue alargando. Felizmente, doy gracias al universo y a todos los dioses, porque estoy con trabajo”, reconoció.
Sin embargo, renunció a su vida de oficinista y se fue d viaje por el mundo 10 meses, gastándose sus ahorros en un viaje sabático con su esposa. Después de haber visto el mundo con otros ojos, se dijo a sí mismo: “tengo que sacarme el clavo con la actuación”. Así salió el 2015 del Perú con la consigna de siempre ir hacia el este para no tener que volver y así darle la vuelta al mundo.
“Otra consigna era pisar al menos un país de todos los continentes y no planear nada, solo unos puntos claves. Visitar un montón de sitios lo decidimos en el momento y, a veces, nos quedamos hasta un mes en un lugar que nos gustaba. Nos íbamos a quedar un año en teoría, pero la plata se nos fue acabando y regresamos a los 10 meses. La primera idea la tuve yo: siempre le decía a mi esposa por qué no nos vamos de viaje unos cuatro meses y nos reventamos los ahorros, y un día de la nada viene y me dice: ya vámonos, pero hagámosla bien y vámonos un año, y fue increíble”, remarcó.
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