Emprende Trome| ¿Alguna vez te has preguntado cuántas ideas de negocio desaparecen en el primer año? La respuesta es sorprendente: más del 90 % de los emprendimientos no llegan a mantenerse a flote hacia su segundo periodo.
El objetivo de esta estadística no es desalentar a los emprendedores que buscan tener su propio negocio sino, por el contrario, identificar cómo podemos generar ideas de negocio que alcancen el éxito.
En un contexto tan complejo como el actual con múltiples competidores, crisis sanitaria, clientes exigentes, reducciones de precio constantes y periodos de incertidumbre, no son pocos los desafíos que enfrentan los emprendedores. Sin embargo, lo que puede parecer un espacio inviable para una idea de negocio, podría convertirse en una oportunidad. Es común pensar que la intuición y la buena suerte serán suficientes, pero el mundo de hoy nos demuestra lo contrario. Por eso es necesario validar las ideas de negocio.
A continuación, David Franco, Director Académico de la escuela de Posgrado de la UTP, explica cómo validar las ideas de negocio:
1. Analizar el mercado
Para iniciar, se debe estudiar el mercado y comprender las necesidades de los potenciales clientes. En este momento se define el futuro de la idea de negocio. Al conocer a las personas, podremos ofrecerles una propuesta “deseable”. Es decir, asegurarnos de que con nuestra propuesta recibirán lo que necesitan, a través de los medios que prefieren y sus problemas serán solucionados. De esa forma podremos ganar su confianza y obtener su lealtad, lo cual se traduce en recompra y recomendaciones.
2. Evaluar la viabilidad
Cuando ya tenemos claro lo que necesitan los clientes, debemos asegurarnos de que la idea sea “viable”. Es decir, que realmente tenemos los recursos necesarios para implementarla, ya sean financieros, tecnológicos y humanos. De esta forma, podremos asegurar que entregamos lo que prometemos, dentro de nuestras capacidades.
3. Prever el retorno
Finalmente, la prueba de fuego se centra en que un negocio sea rentable. Es decir que satisfaga las necesidades del cliente de un modo viable, pero también genere un flujo positivo para el emprendedor. De esta forma, el negocio podrá seguir creciendo, captar nuevos clientes y hasta ingresar a nuevos mercados. Podemos decir entonces que todo gran viaje, empieza con un primer paso: una idea de negocio. El objetivo es asegurarnos de que nuestra idea es deseable, viable y rentable, con lo cual, tendremos mejores resultados.
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