Emprende Trome| La pandemia transformó el mundo y aceleró los negocios, demostrando que las empresas están rodeadas de entornos volátiles e inciertos. Ante esta situación, la innovación cumple un rol fundamental en toda organización. De acuerdo con el estudio CEO Outlook 2021, de KPGM, el 82% de los CEO sudamericanos ven a los procesos disruptivos en tecnología como una gran oportunidad.
“Para las empresas, se ha vuelto fundamental poder adaptarse a la coyuntura, ya que el futuro trae mucha incertidumbre, la cual, por supuesto, los emprendedores están acostumbrados a gestionar, por ello, las empresas más que nunca requieren incorporar el gen emprendedor en sus organizaciones si quieren innovar. Innovar implica llevar al mercado productos, implementar procesos o cambiar sus modelos de negocio, todos ellos novedosos y que generen valor. Si se tiene éxito generarán ventajas competitivas y rentabilidad que garanticen el futuro de la empresa”, señala Julio Vela, director ejecutivo del CIDE-PUCP y de la maestría de Emprendimiento y Nuevos Negocios de CENTRUM.
Por ello, incorporar el gen emprendedor es una estrategia que cobra cada vez más valor, y ya está siendo aplicada en muchas empresas de clase mundial. Algunas recomendaciones para ayudar en este proceso y entrar en el camino de la innovación son las siguientes:
Tener a profesionales con ‘mentalidad curiosa’:
El profesional con capacidad para innovar siempre cuestionará todo. Romper el status quo y salir de la zona de confort son acciones que forman parte de su día a día. Su mentalidad curiosa lo ayudará a relacionar capacidades de la empresa con necesidades del mercado que luego se transformarán en nuevas ideas de productos o servicios.
Generar productos y servicios que sorprenda:
Es importante no solo entregar productos similares a la competencia, con un conocimiento profundo de los dolores que enfrentan nuestros clientes, debemos plantear productos que los sorprendan y que nos pongan por encima de la competencia. Además, esto permitirá promover nuevas estrategias y realizar procesos distintos para que los nuevos productos sean un éxito en el mercado. De este modo, la empresa se vuelve más competitiva.
Brindar mayor valor al cliente:
Los clientes se han vuelto más exigentes. Por ello, no es suficiente con ofrecer un producto, sino que este debe diferenciarse de la competencia. Esto se puede lograr con un conocimiento profundo de las nuevas necesidades de los clientes, para ello hay que abandonar los paradigmas existentes y enfocarse en modelos iterativos que incorporen al cliente en el proceso de creación de productos y así tener mejores probabilidades de éxito.
Ser tolerantes al fracaso:
La innovación suele estar ligada al riesgo. La experimentación y fracaso deben ser vistos como aprendizajes, sin perder de vista que estos “errores” serán necesarios para encontrar la solución esperada.
Mantener al equipo motivado:
Es importante que se mantenga al personal con una motivación intrínseca; ya que, esto generará mayor proactividad y orientación a la acción. De esta forma, se sentirán cómodos desarrollando nuevas ideas e iniciativas, lo que a su vez incrementará su compromiso.
“Para que los profesionales puedan aprender cómo aplicar estas y otras recomendaciones, estamos próximos al inicio de la Maestría en Emprendimiento y Nuevos Negocios. En la cual, nuestros estudiantes podrán aprender los nuevos paradigmas, que, a través del emprendimiento, mejoren su valor profesional en las empresas donde trabajan, al convertirse en actores clave de la innovación. Y por supuesto, si lo deciden, serán capaces de resolver problemas que generen emprendimientos propios que impacten positivamente sus vidas”, finaliza Julio Vela.
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