En los últimos años, la mujer ha cambiado mucho. Busca lucir bien por fuera y por dentro, por ello las prendas íntimas cobran gran protagonismo. Pensando en este concepto, nació la marca de lencería peruana ‘Lulipa’, creada por Natalí Agois, una abogada que decidió renunciar a su trabajo en una gran empresa para emprender su propio negocio. Hoy cuenta con tres locales en Miraflores, Surco y Plaza Lima Norte, envía pedidos al extranjero y se proyecta a expandir su marca a provincias con franquicias.
Estudiaste la carrera de Derecho, ¿cómo así decides dedicarte al negocio de lencería?
Siempre me gustó la abogacía, pero cuando trabajaba me di cuenta que no era lo que me apasionaba, es ahí que pensé en crear mi propia empresa, me di cuenta que el rubro de lencería fina estaba desatendido, que no había un concepto de experiencia de compras en sus tiendas, no había un trato personalizado, y aposté por esto.
¿Cómo te iniciaste?
Empecé en el 2009, aún trabajaba en el área legal de una empresa grande, pero a la vez veía el negocio de la lencería. Tuve que meterme a cursos de administración y diseño que tomaba los fines de semana, me la pasé dos a tres años sin vida. Hasta que me capacité y logré tener un cliente australiano que me hizo un pedido grande, así que renuncié y me metí de lleno a esto. Primero hacía showroom en casas, vendía en maletas de un lado a otro, hasta que abrí las tiendas.
¿Qué dificultades tuviste al empezar?
Hay muchas barreras, el tema burocrático, hacerte formal es costoso y toma tiempo. Si no tienes un capital fuerte los bancos te cierran las puertas.
¿Por qué Lulipa?
Es un dialecto en quechua que significa ‘ropa interior’.
¿En qué te inspiraste para hacer la lencería?
Quise darle a la mujer todo lo que necesita para su día a día, con cosas de algodón, en colores clásicos, con diferentes líneas con variedad de colores, desde sobrios hasta colores pasteles, estampados, con saca ‘pompis’, boxers con las que puedan sentirse bien, sin descuidar el estilo elegante con encajes, tules, microfibras, que les ayuda a levantar su autoestima.
¿Qué distingue tus productos de la competencia?
La diferencia es que tenemos 13 tallas de brasieres, combinamos las cuatro copas a, b, c y d con todas las tallas de contorno de espalda, pues el cuerpo real no se basa en un molde, hay que darles lo que realmente necesitan. Además, hemos trabajado la atención personalizada y el marketing sensorial con aroma en la tienda y música.
¿A qué público se dirigen?
Para mujeres modernas y sofisticadas que les guste verse bien. Aquí vienen de 16 años a más de 60.
¿Qué otras cosas ofrecen aparte de la lencería?
Pijamas, batas de algodón, de tul, de satín, baby doll y accesorios.
¿Cuántas tiendas tienes?
Tenemos una en Miraflores, en Plaza Lima Norte y la de Surco.
¿Cómo te promocionas?
En redes sociales contamos con más de 25 mil seguidores, tenemos una tienda online y a través de revistas y diarios.
¿Qué dicen tus clientas cuando se ponen tus prendas?
¡Qué linda marca! Se sienten felices porque encuentran las tallas que desean, además de que son prendas hechas de gran calidad con detalles muy finos.
Me comentas que la franquicia es una buena opción…
Sí, hace dos años iniciamos una franquicia con la tienda en Miraflores, pero queremos entrar en centros comerciales y en provincias, donde nos piden mucho, buscamos a socios estratégicos.
¿Cuál es tu materia prima?
Importamos insumos de Colombia y Brasil como los tirantes sesgos, corchetes, encajes, tules, microfibra, porque hay mejor calidad, pero el algodón es peruano.
¿Es sexy la mujer peruana al ponerse una lencería?
Es más ‘caleta’, no le gusta mostrar mucho, se compran sexy y no lo muestran abiertamente. Algunas creen que deben usar una prenda fina si están con pareja, lo cual es un tabú. Hoy está comprobado que más buscan estas prendas las solteras, divorciadas y las que quieren un cambio.
¿Qué consejo les darías a los emprendedores?
Busquen la diferencia, investiguen otra cosa que no haya en el mercado, luego láncense a la piscina, atrévanse, tengan disciplina, porque esto deberán hacerlo todos los días.