¡Emprende Trome! La metodología Lean Startup nace para enfrentar el fracaso de los proyectos empresariales que, en algunos países, llegan al 90%. El método implica un conjunto de acciones pensadas en ayudar a los emprendedores –como tú… comprenderás - a incrementar las probabilidades de crear un negocio con éxito.
Tradicionalmente los proyectos se concebían en una oficina o en la casa. Se buscaba la financiación (ahorros o préstamo), en el mejor de los casos se hacía un plan de negocios y se lanzaba el producto. Lean Startup propone un diseño más eficiente para reducir el riesgo asociado que está íntimamente ligado al lanzamiento de cualquier producto nuevo.
Sin embargo, como todo en el campo de los negocios, no es una fórmula matemática infalible. Se trata más bien una filosofía de trabajo nueva que busca sortear las trampas que te pone el lanzamiento tradicional de un negocio que es concebido de una manera estática.
Diseño del negocio
El método Lean Startup tiene un diseño que se adapta permanentemente a los cambios y problemas. Busca enseñarte a conducir un negocio a través de la experimentación. En lugar de hacer planes a largo plazo y muchas veces complejos, basados en presunciones, se hacen ajustes constantes con un volante llamado circuito de feedback de Crear-Medir-Aprender.
Estas tres palabras constituyen la viga principal de este método. A través de él, sabremos si ha llegado el momento de hacer un giro drástico al negocio, que es llamado Pivote, o si debemos mantener (Perseverar) el camino que hemos elegido. En el momento que tengamos la conducción renovada del negocio en marcha, Lean Startup te ofrece las herramientas para que el negocio se amplíe y crezca a velocidad.
Conducir con dirección
Lo bueno de esta metodología es que el empresario siempre sabrá a dónde va conduciendo su negocio. Y también te alertará si encuentras un desvío en el camino o te equivocas al girar. Lo importante es que te marcará el camino para llegar al éxito.
Entonces tío Trome ¿le conviene a mi negocio? Claro que sí Trome, las startups tienen un objetivo concreto: crear un negocio próspero. Para llevar a buen término esta misión, tienen varias estrategias que incluyen un modelo de negocio, un mapa de productos, un enfoque relativo a los competidores e ideas sobre quiénes constituyen los potenciales clientes.
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